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Sergio Ramos alza el título que acredita al Real Madrid como campeón del Mundial de Clubes.

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Sergio Ramos alza el título que acredita al Real Madrid como campeón del Mundial de Clubes. Andrew Boyers (Reuters)
Mundial de Clubes | Final

Jeques del mundo

El Real Madrid amarra su tercera escarapela consecutiva ante un Al Ain sobrado de ilusión pero escuálido en el plano defensivo

Óscar Bellot

Madrid

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Sábado, 22 de diciembre 2018, 00:14

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Con la vitola de indiscutible favorito que le otorgan tanto su lustroso palmarés como el poco pedigrí de su adversario, el Real Madrid se mide al sorprendente Al Ain en una de las finales más desequilibradas en lo tocante a potencial que haya tenido que encarar el conjunto español en sus 116 años de historia. Baste señalar que los blancos contabilizan más entorchados mundiales (tres de la añeja Copa Intercontinental y otros tantos del moderno Mundial de Clubes) que partidos suma el cuadro emiratí en la competición que reúne a los campeones de las diferentes confederaciones: tres. Un torneo que ni siquiera había cortejado el inesperado finalista hasta la presente edición, a la que acudió como anfitrión y del que es ya gran revelación. Todo lo que no sea revalidar el cetro que porta sin interrupción desde que lo agarrase en 2016 en Yokohama supondría un cataclismo para la entidad de Concha Espina, que ambiciona despedir 2018 aumentando sus pobladas vitrinas con otro trofeo que corone un año embellecido por el fulgor de la 'decimotercera' pero lleno también de turbulencias.

Galvanizado por la exhibición de Gareth Bale en la semifinal contra el Kashima Antlers, el Real Madrid pisa por novena vez en su historia el último escalón en la pelea por el reinado mundial. Seis de las anteriores las saldó con el título, cayendo únicamente ante Peñarol en 1966 y Boca Juniors en el año 2000. La derrota ante la escuadra 'xeneize' fue la última que sufrió en una final internacional hasta que sucumbiera el pasado mes de agosto con el Atlético en la Supercopa de Europa. En el interregno, trece pulsos victoriosos de modo consecutivo con un trofeo en disputa. Una fiabilidad que eleva aún más el desafío que afronta el Al Ain.

Pese a ello Santiago Solari, que ya sabe lo que es proclamarse campeón del mundo como jugador del Real Madrid al militar en la plantilla que alzó el título en 2002 gracias a los goles de Guti y Ronaldo en la final ante el Olimpia de Asunción, guarda recelo. Tiene especial predilección por una competición en la que se juega mucho más que un entorchado. La debacle ante el CSKA dolió a una directiva que escruta cada paso del argentino, sobre todo cuando se expone el prestigio internacional.

Alicientes

Once partidos y menos de dos meses en el cargo le han servido al rosarino para consolidar un bloque de confianza plenamente reconocible. Fue el que doblegó al Kashima y por el que nuevamente apostará ante el Al Ain. En él tiene cabida por ahora Marcos Llorente. Aunque Casemiro ya está disponible e incluso tuvo unos minutos el miércoles, el madrileño se ha ganado un sitio entre los elegidos con su despliegue y jerarquía. Tiene asombrados a sus compañeros y satisfecho al técnico. El hijo de Paco Llorente sostendrá la medular para que Modric y Kroos creen con libertad en un partido que podría valerle al croata para abrillantar de nuevo un año inolvidable en lo individual y convertir al teutón en el futbolista que más veces se ha aposentado en el trono planetario, deshaciendo el empate a cuatro que mantiene con Cristiano. Tablas que también podría romper el Real Madrid con el Barça si echa el lazo a su cuarto Mundialito. Otro aliciente más para un club que se encomienda asimismo a la moral de Bale, reforzada por el 'hat-trick' del miércoles que le coloca a una diana de Cristiano como el 'killer' por excelencia del torneo. Son baja por lesión Marco Asensio y Mariano.

Consciente de que media un abismo con su rival, El Alain no da nada por perdido. «El Real Madrid es el más grande que hay», reconoció su técnico, Zoran Mamic, que resumió en clave automovilística el irredento espíritu con que acude a la cita: «Somos casi como un Smart y un Mercedes, pero a veces un Smart puede ganar a un Mercedes», dijo el croata. La selección de su país ya tuvo un recorrido en el Mundial de Rusia que en cierta medida recuerda al periplo de su conjunto en este Mundialito, superando una ronda tras otra en la tanda de penaltis, aunque su anhelo es que a ellos no les ocurra como a los balcánicos, que remaron para morir en la orilla. «Estamos más cansados porque hemos tenido que jugar dos prórrogas pero saldremos con muchas ganas de ponérselo difícil al Real Madrid y aprovechar esta oportunidad histórica», advirtió.

«Somos casi como un Smart y un Mercedes, pero a veces un Smart puede ganar a un Mercedes»

Zoran Mamic

Principal referente del modesto fútbol emiratí con trece ligas, siete Copas del Presidente, una Copa de la Liga, cinco Supercopas, una Copa de Campeones del Golfo y una Liga de Campeones de Asia en su medio siglo de historia, el Al Ain, propiedad de Mohammed Bin Zayed, príncipe heredero de Abu Dabi, descabalgó primero al Team Wellington neozelandés, luego al Esperance tunecino y dio por último la campanada ante River Plate. El egipcio Hussein El Shahat, el brasileño Caio o el sueco Marcus Berg sobresalen en un equipo por cuyo banquillo desfilaron el español Quique Flores, el brasileño Tite o el croata Zlatko Dalic antes de la llegada de Mamic. La debilidad defensiva es el principal hándicap de una escuadra que tiene en la estrategia una de sus bazas, con ciertas argucias de las que está avisado Solari. «Usan muchos bloqueos y hacen incluso faltas en los córners, en las faltas laterales», dijo el rosarino. Para ellos es el partido de su vida. Para el Madrid, una oportunidad de alcanzar otra cima que nadie ha hollado.

Sin necesidad de despeinarse ante un rival sobrado de ilusión pero escuálido en defensa, con innumerables lagunas tácticas y el depósito de gasolina bajo mínimos al tener que disputar cuatro partidos en diez días, dos de ellos con el esfuerzo adicional de la prórroga y el sufrimiento de sendas tandas de penaltis,

Por siete veces ha ocupado ya el trono planetario el Real Madrid, tres cuando lo facultaba la Copa Intercontinental y otros cuatro habilitado ya el asiento por el Mundial de Clubes. Las tres últimas veces en las que ha puesto ahí sus posaderas lo ha hecho de forma consecutiva, otra frontera más que cruza la primera escuadra capaz de encadenar un triplete de Champions en un lustro glorioso en el plano internacional en el que ha firmado

Ni siquiera tuvieron que meter esta vez la tercera marcha los blancos. Les bastó con ir en segunda para, alumbrados por

Real Madrid

Courtois, Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo, Marcos Llorente (Casemiro, min. 81), Kroos (Ceballos, min. 70), Modric, Lucas Vázquez (Vinícius, min. 83), Bale y Benzema.

4

-

1

Al Ain

Khalid Eisa, Ahmad (Al Ahbabi, min. 63), Ismail Ahmed, Fayez, Shiotani, M. Abdulrahman (Amer Abdulrahman, min. 66), Doumbia, Yaslem, Caio, Berg (Nader, min. 74) y El Shatat.

  • Goles: 1-0: min. 13, Modric. 2-0: min. 60, Marcos Llorente. 3-0: min. 79, Sergio Ramos. 3-1: min. 85, Shiotani. 4-1: min. 90, Nader, en propia puerta.

  • Árbitro: Jair Marrufo (Estados Unidos). Amonestó a Sergio Ramos

  • Incidencias: Final del Mundial de Clubes disputada en el Zayed Sports City Stadium de Abu Dabi ante 43.000 espectadores.

Porque ahora presumen además de

Notable corolario a un 2018 cuya cima fue la 'decimotercera' tras un duelo que comenzó de modo trepidante pero en el que

Para cuando se escucharon esos primeros silbidos al camero, Lucas Vázquez había mandado ya un balón al palo y el Al Ain dado su correspondiente susto aprovechando una falta de entendimiento entre Varane y Courtois en la zona por la que merodeaba El Shatat.

Pero

El equipo de los Emiratos concedía muchos espacios, con centrales muy lentos y desordenados.

Sólo la falta de precisión y unas cuantas intervenciones de su cancerbero mantuvieron al Al Ain con opciones al intermedio. Pero, ya desfondados, acabaron sucumbiendo con los tantos de Marcos Llorente, Sergio Ramos y el autogol de Nader en una acción de Vinícius que cerró definitivamente un pulso en el que Shiotani hizo la diana de la honra para el Al Ain y tras el que

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