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Marcos Sánchez
Valencia
Miércoles, 7 de mayo 2025, 17:53
Hace no mucho se cumplían seis meses de la dana que asoló hasta 75 municipios de la Comunitat Valenciana. En muchos pueblos ya se va ... viendo una pequeña luz al final del túnel, manteniendo la esperanza de volver a ser lo que habían sido sus hogares antes del desastre meteorológico. En otros, todavía queda mucho camino por recorrer. Muchos negocios han vuelto a reabrir, las plantas bajas y casas avanzan en sus obras con lentitud pero sin pausa, se vuelven a ver coches nuevos en las poblaciones y ya hay polideportivos que van recuperando parte de sus instalaciones.
No es el caso del polideportivo de Benetússer ni de su equipo de fútbol, que aún se encuentran muy lejos de volver a disputar algún partido en su feudo, ya que las fechas previstas para replantar el terreno de juego son a principios de julio. «El césped estará listo para poder entrenar en julio. Además, si la federación da el visto bueno, podríamos hasta competir, pero nosotros nos conformamos con tenerlo para septiembre», afirma Pedro, presidente del Unión Benetússer Favara.
Como ha pasado en muchos otros pueblos, el polideportivo, durante la dana, pasó de ser un lugar donde se practicaban innumerables deportes y servía como espacio de desconexión para muchos niños, adolescentes y adultos, a convertirse en un sitio cubierto de escombros, barro seco y coches apilados e inservibles tras el paso destructor del agua. Con la mala suerte de la dana, hasta 24 equipos y 440 personas tuvieron que cesar su actividad.
Por eso es importante tener en cuenta que, tras haber albergado durante meses escombros, barro seco y la propia devastación del agua, al igual que los coches convertidos en ruinas, los cimientos y varias infraestructuras de las instalaciones, como las gradas o los vestuarios, podrían estar en serio peligro. «El problema del polideportivo es que tiene que haber un estudio previo para ver las cargas de toda la grada y determinar si tiene un daño estructural o no. En el primer avance se dijo que había que tirarlo todo, pero una vez se vació el campo de coches y escombros, el informe ya no era tan negativo. Lo más afectado son las gradas y los vestuarios. Hay que valorarlo todo y el Ayuntamiento lo decidirá, lo que determina la viabilidad es el informe del ingeniero», comentan desde el club.
El material deportivo es otro de los problemas que tuvieron posteriormente al desastre del temporal, ya que todo quedó prácticamente inservible. Es ahí cuando gracias varios clubes de Primera División les apoyaron y mandaron lo que necesitaban como esencial, entre ellos, estaba el Athletic Club, pero no el Valencia CF. «Bueno, del Valencia, cada uno tiene su opinión. Al final a nosotros como usuarios de la instalación, lo que queremos es que lo hagan cuanto antes. Que me hubiese gustado que hubiese sido gente de la casa o de la tierra, pues sí, pero super agradecidos. Al final si viene alguien y te ayuda, me da igual que sea el Barcelona, el Real Madrid o el Athletic de Bilbao y agradecido a todo lo que quieran ayudarnos», comentaba Pedro, presidente del Unión Benetússer Favara.
Además, el estar tanto tiempo sin entrenar les ha pasado factura, ya que han perdido el ritmo de competición, algo que ha terminado notándose en sus respectivas ligas. Tanto es así que algunos equipos se encuentran en una situación crítica, cuando al principio de la temporada marchaban como un absoluto disparo. «Hoy en día, por ejemplo, nosotros estamos en una situación delicada. Al inicio de la temporada la dinámica era muy buena; de hecho, en las primeras siete jornadas estábamos terceros en la clasificación. Pero a partir de la dana hubo un cambio radical y no conseguimos conectar», afirmaba el presidente del Unión Benetússer Favara.
La solidaridad de otros clubes ha sido clave para que el equipo no terminara de descolgarse por completo de la competición. Sin los dos días que les han cedido en sus instalaciones, el Benetússer estaría en una situación mucho más desesperante. «El equipo ha pasado de entrenar tres días por semana en su campo, con un nivel espectacular, a entrenar solo uno o dos días fuera de su campo y a jugar fuera de casa. Las circunstancias ahora mismo no son del todo favorables: están fuera de forma. Uno de los entrenamientos es los viernes, y compiten contra equipos que siguen una dinámica de tres sesiones semanales y que no han parado. Eso se nota: en el ritmo, en la implicación y en la frescura. Ahora estamos en una situación complicada, todavía queda temporada por delante, pero habrá que tomar medidas en cuanto termine», sentenciaban desde el club de fútbol.
Todo esto era posible porque durante unos cuanto meses, la Federación Valenciana de Fútbol financió autobuses a disposición del club para viajar a otras localidades, sin embargo, es algo que duró poco, ya que hasta los propios presidentes, acordaron que esta no era la solución, porque al final iban prácticamente vacíos y los horarios eran complicados. «Un niño o un querubin no puede entrenar a las nueve de la noche, su horario es las cinco de la tarde o cinco y media como muy tarde para estar a las siete fuera. El tema de los autobuses es un gasto innecesario en el sentido de que eso es una de las cosas que demandamos o que pusimos encima de la mesa de los presidentes que no era una solución. Aclaro que la Fundación Trinidad Alfonso puso sus condiciones, pero es que la mayoría de los autobuses iban vacíos o semivacíos era gastar dinero por gastar dinero», afirma el presidente del club.
Lo que no tienen que lamentar por suerte es la perdida de jugadores, ya que pese a que han estado alejados del fútbol y de su rutina deportiva durante meses, pocas han sido las personas que por motivos más que obvios como encontrar una nueva casa, o reajustar su vida. Sin embargo, pese a la situación, hay un equipo que ha perdido la ilusión y las ganas debido a este mal momento que pasan. «No hemos perdido mucha gente por desgracias personales, solo a 10 o 15 jugadores. Si que hay un equipo que se ha retirado de la competición, que es el amateur C, pero se han retirado porque no tienen campo, ni ganas, ni como poder desplazarse», afirman desde el propio club.
Porque para ellos, como para muchas otras personas, no es dejar de jugar solo al fútbol, sino que es perder una rutina, una forma de vida de los fines de semana, no relacionarse con los padres de otros hijos, es algo esencial, porque el fútbol es la cosa más importante de las menos importantes. «El fútbol no es solo deporte. Es un ámbito social en el que los padres se reúnen los fines de semana, con sus almuerzos, con sus relaciones personales, y es mucho tiempo viéndose todas las semanas, al final en una situación así todo acaba ayudando. Es importante desconectar con el deporte o con lo que sea. Nosotros estamos también con ganas, pero cansados porque al final son muchas cosas y cuesta, a la gente le cuesta entender decisiones, pero es lo que nos toca hacer», afirman desde el Unión Benetússer Favara.
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