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Pedro Rico fue alcalde de Madrid entre 1931, 1934 y 1936. Fue despojado de todas sus propiedades por el régimen franquista en 1938. Se exilió ... a Francia donde falleció sin tener oportunidad de reclamar su colección de cuadros del siglo XIX, su biblioteca y archivo. Fue su familia la que emprendió el camino para recuperar las obras de artes incautadas. Las obras de Rico se dispersaron por toda España y se han localizado en el Museo del Traje, en el del Romanticismo y en centros de Málaga, Segovia y Valencia. Este jueves han sido devueltas a los herederos de Rico, entre ellas una pieza que estaba custodiada en el Museo de Bellas Artes de Valencia.
Se trata de 'Romería', un lienzo de Ángel Lizcano Monedero (Alcázar de San Juan, 1846 - Leganés, 1929). La obra fue pintada en 1887. El pasado miércoles dejó el Museo de Bellas Artes de Valencia con destino el Museo del Prado. El resto de piezas que regresan a sus legítimos propietarios son 'La Nota de prensa romería', que se encontraba en el Museo Nacional del Romanticismo; 'El viático' y 'El bautizo', en el Museo del Traje; 'Salida de toreros', en el Museo de Málaga; y 'Escena de majos y celestina' y 'Asalto a la diligencia', en el Museo del Prado.
Así lo anunció este jueves el ministro de Cultura, que ha presidido el acto de restitución de las obras de arte incautadas que ha tenido lugar en el Museo Nacional del Prado. «Es un acto de justicia y reparación histórica. Estos cuadros cuentan una historia de reparación tardía. Sería imposible sin las familias que sufrieron esas violencias», según Ernest Urtasun.
En el acto también ha participado el presidente del Patronato del Museo Nacional del Prado, Javier Solana, que ha calificado el momento de «histórico» y le ha dado la enhorabuena a la familia. «Os devolvemos lo que es vuestro. Os lo merecéis», ha señalado.
El Ministerio de Cultura publicó en junio de 2024 el inventario de un total de 5.126 piezas incautadas durante la Guerra Civil y el franquismo que se encuentran en los Museos Estatales, abriendo la puerta a familiares y herederos a reclamar su devolución. En el catálogo aparecen piezas de la colección Weissberger en el Museo de Artes Decorativas, algunas más valiosas como una acuarela de Sorolla, 'La tablilla', que está en el Museo Sorolla y otras piezas ornamentales como anillos, joyas, vajillas o cerámicas. De este listado se extrae que el Museo González Martí de Valencia tiene 160 piezas de arte expoliadas. Se trata de joyería (anillos, colgantes, pulseras, relojes y cadenas), objetos cotidianos (teteras, platos, bandejas, ceniceros y cubertería) cuya creación está datada desde 1751 hasta la edad moderna, como 1930.
Los nueve museos estatales que han identificado entre sus fondos bienes procedentes de incautaciones realizadas durante la Guerra Civil e inmediata posguerra son el Museo del Traje-Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico, el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Nacional del Romanticismo y el Museo Nacional de Artes Decorativas, el Museo Nacional de Antropología, el Museo de América y el Museo Sorolla, en Madrid; el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias 'Gonzalez Martí', en Valencia; y el Museo Nacional de Escultura, en Valladolid. Además, se ha identificado una pintura conservada en la sede del Ministerio de Cultura con el mismo origen.
No abunda la información respecto a las incautaciones de arte en España. La voz más autorizada es la de Arturo Colorado Castellary, autor de 'Arte y botín de guerra' (Cátedra). El catedrático ha estudiado y documentado cómo el franquismo mercadeó con el grueso de las 17.000 obras tuteladas por los republicanos y con las expoliadas a sus «enemigos». Ha rastreado el destino de la obras usurpadas a políticos, militares o intelectuales republicanos presos, exiliados o represaliados. Casi la mitad de las piezs, 8.710, fueron entregadas en depósito «a menudo desconociendo su procedencia y sin investigar su origen». De ellas, 3.761 fueron entregadas a 35 museos; 2.330 se repartieron entre organismos oficiales como ministerios, ayuntamientos o cuarteles; 2.040 se entregaron a la Iglesia y 579 a particulares. Todas estaban controladas e inventariadas por la Junta del Tesoro Artístico (JTA) y almacenadas en grandes depósitos del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional (Sdpan) entre 1939 y 1945.
El estudio de Colorado apunta a que la institución religiosa más beneficiada por la política franquista fue la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, fundada por José María Escrivá de Balaguer en 1943, «íntimamente unida al Opus Dei» y que recibió 320 obras. El museo del Prado recibió catorce obras, alguna de procedencia desconocida y otras con propietarios identificados. Acogió dos cuadros de Pedro Atanasio Bocanegra, propiedad de Alcalá Bernardas; otros tantos de Francisco y Rodrigo de Osona, propiedad de Gonzalo Rodríguez, o sendas obras atribuidas a Boucher, evacuadas a Ginebra por la JTA y procedentes de la Caja de Reparaciones.
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