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Una mujer delante de la pared empapelada con fotografías en la exposición 'Jean Dubuffet. Un bárbaro en Europa'. DAMIÁN TORRES
La rebeldía de Jean Dubuffet en el IVAM

La rebeldía de Jean Dubuffet en el IVAM

El artista francés se sirve de grafitis, lienzos y esculturas para cuestionar la cultura convencional | El museo exhibe 150 piezas de uno de los creadores más relevantes del siglo XX en una muestra que viajará a Ginebra en 2020

Carmen Velasco

Valencia

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Martes, 8 de octubre 2019, 01:27

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valencia. 'Un bárbaro en Europa' no es una exposición de mirada rápida. Exige su tiempo. Sólo así el visitante se adentrará en el universo poliédrico de Jean Dubuffet (Le Havre, 1901 -París, 1985), uno de los creadores más relevantes de la segunda mitad del siglo XX. Leyendo cartelas y acercándose a las piezas de la galería 1 del IVAM, descubrirá el retrato del poeta alicantino Miguel Hernández, a quien el creador francés conoció en 1948; su relaciones con el ambiente parisino de las vanguardias (se casó con Lili Carlu-Dubuffet, amiga de la modelo y cantante Kiki de Montparnasse); o bien, su preocupación por las palabras («Si cambia el lenguaje, lo hará el pensamiento», dijo). Recurrió a todas las disciplinas para cuestionar la cultura convencional y así se aprecia en la exposición que hoy inaugura el museo valenciano.

Dubuffet, que ocupa el espacio que antes tomó Fernand Léger en el IVAM, se vale de pinturas, esculturas, grafitis, marionetas, dibujos y libros para atacar los conceptos preestablecidos del arte. «Fue un creador que puso en solfa el concepto de modernidad», dijo José Miguel G. Cortés, director del IVAM.

Conocido como el padre del 'art brut', es decir, el arte bruto o marginal (producido fuera de toda norma académica), tuvo en Pablo Picasso uno de sus principales valedores. «Dubuffet hace pintura con cualquier cosa, y lo más asombroso es que es auténtica pintura», dijo el genio malagueño de Dubuffet. Y cualquier cosa es válida para el artista galo, desde lienzos con escenas cotidianas del metro parisino («Suelo deambular por el metro por puro placer, con gran deleite. ¡Qué lugar tan extraño!») hasta dibujos con camellos del Sáhara, donde viajó para purificarse de una cultura que él juzgó opresiva y nefasta para su trabajo. Todo es válido para este iconoclasta porque él busca experimentar y explorar tanto técnicas como materiales.

Baptiste Brum, el comisario de 'Un bárbaro en Europa', explicó que no es una retrospectiva al uso. No sigue una exhibición cronológica, sino que apuesta por una contraposición entre todos sus periodos, colocando juntas creaciones tan dispares entre sí como un lienzo de la década de 1950 al lado de otro de más de veinte años después, junto a las citas del artista que estampan las paredes del museo. El objetivo, «mostrar toda la coherencia de su obra a través de su gran diversidad».

En la muestra, una colaboración entre el IVAM y Muceum de Marsella y Museo de Etnografía de Ginebra, se conjuga lo lúdico y lo serio, lo trascendental y lo efímero, la realidad y la fantasía. Las obras muestras el carácter irredento del artista, su desafío creativo, en definitiva, su rebeldía. «Hoy en día los grandes museos del mundo cuentan con obra de Jean Dubuffet. Es un bárbaro más domesticado», añadió Cortés.

La exhibición se divide en tres grandes secciones: Celebración del hombre común, Etnografía y Crítica de la Cultura. En la primera sala la obra 'Desnudus' (1945) recibe al visitante. Es un retrato de un hombre desnudo que trata de homenajear a un hombre cualquiera. Dubuffet entendía que «la pintura debe enfrentarse a la vida cotidiana para empezar de nuevo», puntualizó el comisario.

El recorrido avanza por las máscaras y marionetas que creó Dubuffet atraído por su «mezcla de miedo y risa», y objetos situados en los márgenes de la historia del arte occidental. Dubuffet cuestiona la noción de la belleza heredada de los griegos, evoca las culturas primitivas y muestra interés por objetos y materiales dispares. Todo regado por un espíritu de subordinación.

La exposición dedica un amplio apartado a mostrar los esfuerzos del artista por reunir y difundir la obra de autores 'indemnes a la cultura artística'. En palabras del comisario, se muestra «el ejercicio de la mirada de Jean Dubuffet» a través de una completa documentación, sobre todo fotográfica y bibliográfica, que recopila sus investigaciones en museos de etnografía y de artes populares.

'Un bárbaro en Europa' concluye con el último texto que publicó en vida, 'Oriflammes', un juramento de cuatro páginas manuscritas en el que «rechaza la realidad de las cosas del mundo».

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