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Consuelo Císcar, a su llegada a la Ciudad de la Justicia. LP
Piden 12 años de cárcel a Císcar por la compra de las obras falsas de Rueda

Piden 12 años de cárcel a Císcar por la compra de las obras falsas de Rueda

La acusación popular, que ejerce Acción Cívica, solicita la misma pena para el hijo del artista y el que fuera director financiero del IVAM

A. Rallo

Valencia

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Jueves, 28 de noviembre 2019, 10:37

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El futuro de Consuelo Císcar cada vez parece más incierto. La presentación de los escritos de acusación en el caso IVAM muestra las elevadas penas a las que se enfrenta por la compra de obras de Gerardo Rueda como si fueran auténticas cuando, en realidad, eran fundiciones hechas con posterioridad a la muerte del artista. La acusación popular, que ejerce la organización Acción Cívica, reclama 12 años de prisión para la exdirectora del museo. Idéntico castigo pide para el descendiente de Rueda y su número 2 en el recinto cultural, Juan Carlos Lledó.

La acusación considera que los tres son responsables de un delito de malversación -en su modalidad agravada por la enorme cantidad de dinero supuestamente distraída–, prevaricación y falsedad documental. El relato apunta a que el trío elaboró un plan «con el fin de lucrarse en perjuicio del erario». Para ello, tramitaron entre los años 2004 y 2006 dos expedientes de adquisición de obras «de supuesta autoría del mencionado artista». En total, según este escrito, los acusados gastaron 4,1 millones de fondos públicos en esta operativa fraudulenta. Sólo en la compra de las piezas se invirtieron 2,9 millones de euros. A esto hay que añadir el coste de la fundición de las piezas –también corrió a cargo de la institución valenciana– y una serie de exposiciones para promocionar la obra del artista, lo que repercutía supuestamente en la valoración de las piezas que se exhibían.

Como ejemplo del despropósito de adquirir este tipo de obras como si fueran auténticas, la acusación recoge que mientras se pagaron 360.000 euros por 'El Gran Relieve', un informe pericial en la causa establece su valor en 36.000 euros. Esta diferencia entre el importe abonado y su precio de mercado es una constante en todo el procedimiento.

«Es palmaria la intencionalidad de los acusados de lucrarse a costa de las arcas públicas teniendo en cuenta que eran todos conocedores de que las obras no eran originales, que no las había realizado en vida el artista, que no eran fruto de su creatividad, que tampoco se ejecutaron por su voluntad y ni bajo su autoridad, y que la mayoría ni existía», sostienen desde la acusación popular.

Los informes periciales que constan en la causa coinciden en el nulo valor artístico de las creaciones tras la muerte de Rueda. Hasta cinco expertos censuran la actuación de la exdirectora y cuestionan que una institución pública pueda invertir dinero en la adquisición de piezas de esta naturaleza.

La acusación pone en duda incluso que el hijo de Rueda sea el propietario de las piezas. Destaca cómo cuando se conoce el testamento nada se dice de la existencia de las obras de arte. Sólo diez años después y una vez se ha tramitado ya el primer expediente de compra por parte del IVAM, acude a otro notario diferente al del testamento para hacer constar que se había «omitido involuntariamente» un inventario de bienes que comprendía más de 600 piezas de arte con un valor de 21 millones de euros. Un olvido que la representación popular pone en duda.

A continuación, una vez materializado el proceso de compra, se realiza toda una serie de exposiciones -hasta 23 certámenes– que se sostienen que eran «una tapadera para promocionar de manera torticera obras de la colección privada del hijo de Rueda».

El cálculo de la responsabilidad civil asciende a más de cuatro millones de euros. No es esta una cuestión que preocupe en exceso. Sólo al hijo de Rueda se le ha bloqueado un patrimonio que supera los cuatro millones de euros desde que la Abogacía de la Generalitat pidiera el embargo de bienes. Consuelo Císcar tiene ya retenido un patrimonio de 1,7 millones entre dos pisos en Artes Gráficas, un finca en Picanya y otra propiedad en Benicàssim.

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