La nueva consellera de Cultura se encuentra con un IVC inoperante y un sector escénico en armas
María del Carmen Ortí, profesora y gerente de la Universitat Popular, asume una cartera descuidada por sus antecesores y con numerosos asuntos abiertos en el IVAM, el Bellas Artes y Palau de les Arts
La nueva consellera de Cultura, María del Carmen Ortí, se va encontrar con un sector artístico agitado. Los problemas afectan a numerosos sectores y el ... Institut Valencià de Cultura (IVC) está en la diana de las entidades más cuestionadas. El IVC está en el punto de mira del sector teatral: por las ayudas, por el funcionamiento burocrático, por la gestión de los festivales y organismos dependientes de la entidad, las irregularidades en el personal que se detectan en las auditorías...
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Todo apunta a una especie de descomposición del ente que dirige Álvaro López Jamar con la que tendrá que batallar Ortí, fallera desde 1970 y miembro de la comisión Sant Antoni de Xirivella. Esta situación tampoco es nueva: en anteriores legislaturas se ha perfilado el IVC como un organismo poco eficiente y nada resolutivo. ¿Se va a corregir? En enero de 2025, Rovira anunció en les Corts la «reformulación» del IVC y ahí se quedó. Ahora es el turno de Ortí y de ella dependerá qué hacer con esta entidad, que tiene un presupuesto que ronda los 40 millones y de la que depende el audiovisual, la música y las artes escénicas.
Ortí, licenciada en Psicopedagogía y diplomada en Profesorado de Eduación General Básica, tendrá que apaciguar el sector escénico. A juicio de la asociación Actores y Actrices Valencianos Profesionales (AAPV), la situación de las artes escénicas valencianas es «crítica». «A las consecuencias que el sector ha sufrido este año por el golpe de la dana de octubre del año pasado se suma la falta de un decidido apoyo institucional al sector de las artes escénicas, un compromiso claro con los profesionales valencianos y una gestión destinada a la promoción del cine y del teatro de producción autóctona. Esta situación de falta de apoyo se acentúa por un lado con la política de ayudas que desde el gobierno valenciano se están dedicando al sector, con partidas presupuestarias más reducidas cada año, y por otro con convocatorias de subvenciones más tardías cada temporada. Pero este menosprecio al producto autóctono se evidencia todavía más en el número de producciones públicas de teatro promovidas por el Institut Valencià de Cultura».
A estas críticas se suman las de Asociación Valenciana de Profesionales de la Cultura, Gestió Cultural, que hace días denunció el total desprecio de la Generalitat a su trabajo al arrinconarle en las decisiones del Circuit Teatral Valencià. Y a las de Comité Escèniques que lamentó que gestión de ayudas del IVC «agrava el caos en las artes escénicas valencianas y complica aún más su ya frágil situación».
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Ortí, que fue nombrada gerente de la Universitat Popular en mayo de 2025 en el mandato de la alcaldesa María José Catalá, tendrá que hacer frente a la infrafinanciación del Gobierno, que afecta a buques insignias de la cultura valenciana como el Palau de les Arts. Tendrá que ser más beligerante o, como mínimo, obtener más frutos en la defensa de los intereses de la Comunitat referidos al coliseo pero también al González Martí, que aguarda su ampliación desde hace dos décadas; y el Museo de Bellas Artes, que está a a la espera de la mejora del entorno, de la fórmula jurídica que le dote de autonomía y del plan museográfico.
La apuesta de Ortí, que fue directora del Cefire de Torrent, por la cultura se podrá medir, entre otro factores, con el presupuesto. Si hubiera nuevas cuentas para 2026, hay mucho margen de ampliación tras el descenso generalizado en 2025.
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