La renuncia de Ferran Torrent a un premio institucional se suma a las de Albert Boadella y Javier Marías
La lista de creadores que rechazan un galardón es alargada e incluye nombres como la fotógrafa Colita y el artista Santiago Sierra
Rechazar un premio genera en ocasiones más ruido que la propia designación. En el caso de Ferran Torrent, que recibió el Premi de les ... Lletres Valencianes el 8 de octubre de 2024 y lo rechazó el 14 de octubre de 2025, el alboroto ha sido notable en ambos casos.
No aceptar un galardón institucional, que a veces conlleva dotación económica, genera todo tipo de reacciones sobre todo porque la persona que renuncia a la distinción suele tener renombre. Javier Marías rechazó el Premio Nacional de Narrativa en 2012. Quería evitar «estar vinculado a cualquier partido político o al poder». El galardón estaba justificado por la novela 'Los enamoramientos'. Fue elegido por un jurado aunque previamente ya había rechazado premios con apoyo público. «Creo que el Estado no debe darme nada por efectuar mi tarea de escritor», argumentó el autor de 'Corazón tan blanco', quien se consideraba una persona independiente.
La declinación puede considerarse un feo o un desagradecimiento al trabajo del jurado, por eso quienes renuncian suelen argumentar la decisión. En 2004, Albert Boadella rechazó la mayor condecoración de Cataluña, la Creu de Sant Jordi. ¿El motivo? Consideró que el gobierno de Jordi Pujol había devaluado la distinción y consideraba «coherente» con su trayectoria su postura respecto al galardón. Mucho antes, en 1994, el fundador de Els Joglars, no aceptó el Premio Nacional de Teatro. Entonces argumentó que el entusiasmo del público era suficiente y que el premio podía haber sido concedido por motivos políticos.
Jordi Savall renunció también al Premio Nacional de Música 2014 que le fue concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. Lo hizo a través de una carta dirigida al ministro José Ignacio Wert (PP), en la cual comunica su decisión de renunciar a esta distinción con «una inmensa tristeza» por sentir que no podía aceptarlo sin traicionar sus principios y sus convicciones más íntimas. En su carta de renuncia, el músico catalán le dijo al ministro Wert que no podía «aceptar una distinción que viene dada de la mano de la principal institución del estado español responsable del dramático desinterés y de la grave incompetencia en la defensa y promoción del arte y de sus creadores». Añadía que su ministerio es responsable de «mantener en el olvido una parte esencial de nuestra cultura, el patrimonio musical hispánico milenario, así como de menospreciar a la inmensa mayoría de músicos que con grandes sacrificios dedican sus vidas a mantenerlo vivo».
Apenas una semana después de que Jordi Savall renunciase al Premio Nacional de Música como rechazo a las políticas del Ministerio de Cultura, la fotógrafa Colita, galardonada con el Nacional de Fotografía, hizo lo mismo aduciendo que «la situación de la cultura y la educación en España, cómo expresarlo, es de pena, vergüenza y dolor de corazón».
La fotógrafa barcelonesa envió una carta al ministro José Ignacio Wert, explicándole sus motivos para no aceptar la distinción, al igual que Ferran Torrent remitió una misiva al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. «Ignoro donde reside este ministerio, e incluso si existe como tal. En cualquier caso, yo no lo conozco», dijo la catalana.
En 2010 y también por carta, el artista Santiago Sierra rechazó el Premio Nacional de Artes Plásticas por «sentido común» mediante una carta dirigida a la ministra de Cultura, Angeles González-Sinde (PSOE). «Este premio instrumentaliza en beneficio del Estado el prestigio del premiado», apuntó.
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