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Fernando Belzunce: «Generar espacios de confianza con información rigurosa es un reto frente a la desinformación brutal que va a venir»
El director editorial de Vocento presenta 'Periodistas en tiempos de oscuridad', un libro con el testimonio de más de 100 profesionales sobre los peligros de un oficio «que es imprescindible defender»
«Hace 20 años ibas a los congresos de periodismo y veías las grandes diferencias entre los medios de comunicación de las distintas nacionalidades. Es curioso que ahora, en las conversaciones, los problemas son los mismos. Todo se ha globalizado y las preocupaciones en este oficio son la desinformación, los algoritmos, la brutal influencia de las redes sociales, las grandes plataformas tecnológicas, los populismos y los ataques a los periodistas». Esta reflexión puede servir como resumen de «'Periodistas en tiempos de oscuridad'», un manual que recoge la situación actual del oficio a través de entrevistas a más de 100 profesionales de reconocido prestigio de más de 40 países. Es fruto del trabajo de más de tres años de su autor, Fernando Belzunce, director editorial de Vocento, que ha presentado la obra este miércoles en Valencia.
Para ello ha elegido el foro Aula LAS PROVINCIAS, en un evento organizado por este diario y la Universidad Cardenal Herrera CEU en el Palacio de Colomina. Belzunce ha mantenido una charla con el rector de la institución educativa, Higinio Marín, con el director del periódico, Jesús Trelis, y con su jefe de opinión, Pablo Salazar. «Estamos ante el reto de generar espacios de confianza con información rigurosa frente a la desinformación brutal que está por venir», ha señalado Fernando Belzunce, en un acto al que han acudido estudiantes de periodismo, que también han formulado sus preguntas al autor. Ante estos jóvenes, ha defendido la mayor importancia de la actitud frente a la aptitud y ha afirmado: «Estamos en un momento de recabar datos, de las esencias y de estar en el lugar de los hechos».
Porque ha puesto diferentes ejemplos, como El Salvador, Filipinas, o en los Estados Unidos de Trump, donde la profesión del periodista está en un momento complicado. No obstante, la realidad es que en la charla se ha presentado ese ataque contra la información global como un problema global. «Estamos en el momento más peligrosos desde la consolidación de las democracias. Se ha desprestigiado esta profesión, y los medios serios tienen menos influencia que antes. El impacto de las redes es tan brutal que condiciona al medio informativo», ha señalado Fernando Belzunce, que ha añadido: «Ha cambiado todo de una forma increíble y vivimos en unos momentos inciertos, con mucha convulsión. Estamos casi en la antesala de un cambio de época».
Pese a ello, para el director editorial de Vocento, el manual, cuyo primer borrador tenía más de 1.000 páginas y necesitó un exhaustivo trabajo de edición, no es pesimista: «Aporta luz y testimonios. Hace una defensa del periodismo y pretende inspirar. Con 20 años me habría encantado tener una obra así. Es duro pero necesario, muy ético», ha señalado Belzunce, que ha realizado a lo largo del encuentro una defensa a ultranza del oficio: «En el libro hay mucha autocrítica. Hay tertulias que retratan a los periodistas como políticos. Para mí eso es un error. Es más importante la independencia editorial. El periodismo es muy mejorable en España, pero es imprescindible defenderlo. Sin este oficio todo seria muchísimo peor».
Para apuntalar esta tesis, ha citado una frase de Iñaki Gabilondo, uno de los entrevistados en la obra: «El periodismo cubre el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz con la que tomar decisiones libres». Fernando Belzunce estudió periodismo porque le gustaba escribir, leer y tenía curiosidad, y que esta profesión unía las tres facetas. En sus inicios se curtió en El Correo, en la etapa más dura de ETA, con amenazas y ataques a trabajadores de medios de comunicación. «'Periodistas en tiempos de oscuridad' es imposible leérselo de un sorbo, Tiene testimonios de una profundidad y una valía que a medida que lo leo me empequeñece. Te sientes tan impotente ante cosas que hace gente en nombre del periodismo», ha señalado Jesús Trelis.
«La situación era tremenda. Por ejemplo, asesinaron de siete tiros a Santiago Oleaga porque no pudieron matar al director del Diario Vasco, José Gabriel Mujika», ha recordado Belzunce, que ha indicado: «El compromiso que tenían los periodistas pese al hostigamiento era brutal. A mí eso me marcó, como lo que leo cada día. Por ejemplo, el trabajo que realizó la redacción de LAS PROVINCIAS en los días posteriores a la dana». En la charla se ha destacado la importancia del periodismo a nivel global, pero se ha puesto especial énfasis en el enorme valor de los medios regionales, como este. «El periodismo no tiene por qué ser épico, el gran periodismo se ejerce en las ciudades. El testimonio de la gente posee un gran valor. Lo que se ha hecho en LAS PROVINCIAS en el año posterior a la tragedia está a la altura de lo que se narra en el libro».
Pablo Salazar ha puesto el dedo en la llaga y ha reflexionado sobre si al periodismo le ha faltado autocrítica, sobre si debería haberse mostrado más enérgico frente a las ruedas de prensa sin preguntas. Además, ha avisado de que, aunque los intentos por cortar las libertades a los informadores son más evidentes en otros países, hay casos de ataques a reporteros en España: «Aquí ha habido ministros señalando periodistas en Twitter». «Por hacer su trabajo, a corresponsales de ABC en Estados Unidos por hacer preguntas sobre España en la Casa Blanca».
Higinio Marín ha destacado los testimonios de personas que han convertido el periodismo como medio de vida, por ejemplo Martin Baron, que fue director del Washington Post. «El libro es interesante porque estimula una profesión aparentemente en crisis, y presenta un compromiso apasionado con un oficio que se convierte en una forma de vida. Parece que hace 20 años esa faceta vocacional estaba, que implicaba una profesión ética, en la constante tesitura de decir la verdad». Cuando se ha abierto el turno a las cuestiones de los estudiantes, se ha reflexionado sobre el brutal impacto de la IA en todo (también en el tratamiento riguroso de la información) o de la seguridad de los periodistas al hacer su trabajo. El corresponsal en zonas de conflicto Mikel Ayestaran cuenta en la obra que un compañero británico, durante una travesía en coche entre bombas, se quitó el chaleco antibalas y se lo entregó: «Toma, que tú lo necesitas más que yo». Ese reportero fue reflexivo en un momento de máxima tensión y llegó a la conclusión de que su compañero tendría más opciones de seguir ejerciendo la profesión que ambos amaban. Sufría un cáncer que se lo llevó poco después. Periodistas de raza, en tiempos de peligro, de oscuridad, en las situaciones más desesperadas… pero periodistas hasta el último aliento.