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Disfraces, catanas y lentillas de colores para hacer de Feria Valencia un escenario de videojuego
Miles de jóvenes aprovechan la primera jornada de la Japan Weekend para lucir sus elaborados diseños de cosplay e incorporar nuevas piezas entre concursos de baile, juegos de rol y firmas de libros
Dar un paseo este sábado por Feria Valencia significaba hacerlo por un mundo más cercano al virtual que al real. Cada dos pasos aparecía un ... nuevo personaje de videojuego, que generaba entre los expertos de la matería una euforia similar a la de conseguir pasar de nivel. Fotos por aquí, recreaciones de momentos icónicos por allá, antes de empezar a escuchar gritos que podían ser de emoción al sumar una nueva pieza a una colección -desde catanas hasta pósters- o de asombro al ver de cerca al mismísimo Míster Jägger, uno de los grandes reclamos en la primera jornada de la Japan Weekend, que se celebra este fin de semana en Valencia.
El aparcamiento interior de Feria Valencia es un camerino improvisado para los grupos de jóvenes, de un rango de edad muy amplio, que llegaban hasta el lugar en el que iban a dejar su identidad a un lado para pasar a ser Jinx de la serie Arcane, Lucifer de Hazbin Hotel o simplemente Spiderman. También muchas familias con hijos pequeños amantes de la cultura pop llegan hasta el paraíso del cosplay. Y dirán, ¿y qué es eso del cosplay? Pues precisamente lo que han ido a hacer miles de valencianos al recinto ferial: vestirse y actuar del mismo modo que lo harían sus personajes favoritos de series y videojuegos vinulados a la cultura japonesa.
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Y no crean que es una fiesta de disfraces al uso. Ni mucho menos. Para poder lucir su disfraz de Amodeo, de la serie Hazbin Hotel, una joven valenciana ha tenido que sacrificar bastantes horas de sueño en las últimas dos semanas: «Me tenía que haber puesto antes a hacerlo, pero terminé ayer a las 3 de la madrugada. Es todo cosido a mano». No le falta detalle. La máscara que lleva, con luces incluidas, es el reclamo de todos los fans de la serie, lo que se traduce en no parar de hacerse fotos.

Precisamente, conseguir cuantas más fotos con personajes de sus videojuegos es uno de los objetivos de la mayoría de asistentes a esta feria. Otras dos amigas este sábado se han convertido en Arlequino, de Genshin Impact, y Jinx, de la serie Arcane. Han invertido varias horas en peinar sus pelucas para calcar el pelo de sus personajes, idear un maquillaje llamativo y complementarlo con un par de lentillas de color rosa en los ojos. No les falta detalle. O al menos eso es lo que supongo al ver cómo les piden fotos el resto de asistentes, que, al parecer, tienen mucha más idea que yo de esto. «Lo que más mola es ir paseando y que te digan: 'Buah, qué chulo está tu cosplay', porque así reconocen la cantidad de horas de trabajo que hay detrás», comenta una de ellas.

No me quedo atrás y les pido una foto. Al posar para mí, la Jinx del mundo real saca una pistola e imita el movimiento de la Jinx de la ficción. Todos conocen a la perfección cómo se mueven sus personajes y la indumentaria necesaria para parecerse a ellos. Algo que me ayuda a entender por qué hay varios puntos de venta de catanas. Sí, sí, catanas. El dueño de la tienda espadasymas me resuelve las dudas. «¿Se venden muchas?», le pregunto. «Desde hace un año hay furor», me responde. Entre los compradores, jugadores de juegos de rol, cosplayers o simplemente amantes del mundo friki que las adquieren para decoración.
Los precios van desde los veinte euros hasta los cien en los diseños más exclusivos. Sin embargo, el dinero no va reñido con la cultura pop. Los disfraces, las figuras, los videojuegos, los libros... todo cuesta dinero (mucho o poco depende de cada uno) y nada más entrar en la feria se observa como la tendencia de todos los asistentes es la de no irse con las manos vacías de esta Japan Weekend.
Y si puede ser con la firma de uno de los youtubers más populares del país, como es Míster Jägger, mejor que mejor. Eso sí, la cola para poder darle un abrazo y conseguir su dedicatoria es la más larga en una mañana de sábado en la que es imposible haberse aburrido. Si la idea de esperar para hablar con Jägger no convence, hay muchas otras. Desde juegos de rol hasta combates de artes marciales de la cultura japonesa, sin dejar de lado los concursos de K-Pop. Un ambiente digno de videojuego, pero en la vida real. Todo un espectáculo.
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