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«Te dejo que estoy en Viveros y hay un agobio brutal». Ha sido la última frase de una conversación telefónica entre dos adolescentes. Sí, ... algunos todavía llaman para comunicarse. Aunque quizás hablar de «agobio» es exagerar. La temperatura acompañaba; el entorno, que en primavera gana un encanto especial, era el mejor posible; y los invitados a la Fira del Llibre, que este sábado tenían el reto de no caer rendidos ante la incesante llegada de visitantes, eran excepcionales. A pesar de las complicaciones para caminar por el paseo Antonio Machado, el plan era el mejor posible para disfrutarlo, precisamente sin agobios.
Había motivos más que suficientes para hacerlo. La charla entre los periodistas valencianos José Luis Sastre y Juan Magraner en el escenario central para presentar la novela del primero ('Las frases robadas') tan solo era uno de ellos. Más de un centenar de seguidores del cada vez más popular locutor radiofónico decidían pasar parte de la mañana del sábado descubriendo como ha sido capaz de relatar la historia de una hija que desea darle el final más digno a su progenitor en apenas nueve meses y sin caer en el autobiografismo. «Si no hubiera leído lo que he leído no hubiera escrito lo que he escrito», explicaba Sastre.
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Su audiencia se mezclaba con otra incluso mayor, la que aguardaba pacientemente a las puertas de las casetas 76 y 77. El premio tras varios minutos (o incluso una hora) de espera tenía forma de dedicatoria de Santiago Posteguillo. El autor de novela histórica tenía claro que la primera gran jornada de la Fira del Llibre había que tomarla con ganas. Y sin agobios. Cada firma incluía: un extenso texto personalizado, una charla sin mirar el reloj sobre cualquiera de sus novelas y una foto o vídeo, siempre que ese fuesa el deseo del lector.
Sin embargo, la fila seguía creciendo. Nadie quería perder la oportunidad a pesar de la espera. «Esto no avanza ni de coña», comentaba uno de los fans de Posteguillo a los que el solazo, uno de los grandes incentivos para acudir este sábado al Jardín de Viveros, empezaba a resultarles un tanto abrasador.
Hablar de cifras no es sencillo, pero la sensación, no sólo en el estand de Posteguillo o en la charla de Sastre, sino en toda la feria, es que la sexagésima edición de la Fira del Llibre puede ser un éxito absoluto en cuanto a número de visitantes. Y de todas las edades.
Los más pequeños flipaban en cada caseta al escuchar como los propietarios de las librerías les relataban el argumento de cualquier cuento infantil. El público juvenil guardaba cola para conseguir la rúbrica de alguna nueva autora, como la influencer Cristina Prieto o la autora de novela romántica Moruena Estringana. Y los más veteranos acudían a su cita con el Premio de Les Lletres de la Generalitat, Ferran Torrent, que tampoco escatimaba a la hora de conversar con sus lectores sobre múltiples asuntos, entre los que su última novela, 'El jo que no mor', tenía un peso importante.
Todo hacía pensar que este podía ser un gran fin de semana para la Fira del Llibre y mucho se tienen que torcer las cosas para que no lo sea.
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