Amenábar se sincera en Torrent: «Podría grabar una película con las historias humanas de la dana»

Uno de los escenarios más decisivos de la película se emplazó en Anna, en el palacete árabe de Cervellón, una localización que superó sus expectativas con creces, según ha admitido. «Ha sido una de las localizaciones de las que más he disfrutado. Las instituciones se volcaron y eso lo hizo más sencillo», ha señalado. Aunque también ha reconocido que al principio mostró dudas sobre utilizar la Comunitat como lugar de rodaje y se barajaron otras alternativas como Marruecos, al suceder la historia en Argel. Finalmente, lo convencieron para rodar en el «gran plató que es Valencia», en sus palabras. Ahora dice estar «muy satisfecho» con el resultado gracias a todo el decorado, attrezzo y efectos digitales que se sumaron a la majestuosidad del lugar

El cineasta ha dejado entrever una puerta abierta para volver a la Capital del Turia en un futuro: «Podría grabar una película con las historias humanas de la dana», ha afirmado. Aunque se ha afanado en matizar que aún es muy pronto para convertir ese episodio trágico en ficción. «Lloré viendo el funeral», ha confesado como forma de subrayar el impacto emocional que le ha producido la tragedia. Una sensibilidad que, con el tiempo y la distancia necesarias, podría acabar en una obra cinematográfica que conmueva sin perder el respeto por la realidad.

Amenábar ha desgranado su proceso creativo, marcado por la técnica y la intuición a partes iguales. Ha expuesto que lo más importante para llevar un proyecto adelante es encontrar el «tono» adecuado para cada historia. También ha contado que, a pesar de que siempre va a los rodajes con una minuciosa preparación del guion técnico, también se adapta a las necesidades del proceso de grabación y escucha a los actores en sus sugerencias. «Si no encuentro la manera me frustro porque creo que voy a aburrir al público», ha resumido. El cine para él es una combinación entre el rigor técnico y la libertad narrativa

Amenábar, además de ser director y guionista, también compone las bandas sonoras para muchas de sus obras. Ya lo hizo en 'Tesis', uno de sus primeros proyectos, donde utilizaba las canciones para alargar la tensión, o en 'Mientras dure la guerra', una película de 2019, en la que incluyó un tema que tenía en la cabeza mucho antes de empezar a rodar y que finalmente formó parte del espectro sonoro. No obstante, ha explicado que, cuando tiene que componer, lo hace una vez la película está montada, aunque ha destacado siempre hay excepciones.

En su recorrido por muchas de sus piezas audiovisuales ha valorado pequeñas claves de cada una. 'Mar adentro' la considera su primer acercamiento más maduro por el tema social que la entraña. De 'La fortuna', una serie de televisión, recuerda un rodaje como el de «una película muy larga» y, por lo tanto, el más extenso de su carrera. No obstante, ha admitido que es «un animal de película», en un intento de inclinarse hacia el largometraje como preferencia. «Me es difícil embarcarme en una historia de varios capítulos, ya no te digo si es de varias temporadas», ha añadido, pero en el caso de la adaptación del cómic de Paco Roca a la serie fue un proceso que disfrutó mucho.

En su vida artística se pueden diferenciar dos etapas. Una primera más libre y la segunda marcada por un cine 'biopic'. «No me interesan los momentos históricos concretos, sino la Historia con mayúscula», ha dicho en su intervención en Torrent, en la que también ha habido lugar para las anécdotas. «Cuando grabé con Nicole Kidman mi inglés era casposo», ha comentado entre risas. Recuerda ese proyecto con cariño porque, a pesar de ser una producción con personal de Hollywood pero sin ser realmente de allí, él siente que supieron encontrar un «lenguaje común».

Amenábar sabe cómo hacer que cada proyecto valga la pena. Para él, el verdadero reto reside en hacer que la gente salga de su casa y haga el viaje hasta el cine. Y a esas personas son a las que dedica su trabajo. Por ello, ha recordado la frase de un amigo sobre una proyección televisiva: «En una noche lo ha visto más gente que en varias semanas en el cine». Su compañero lo dijo como un alago, pero el director, que tiene once Goyas y un Óscar, quiere que su arte haga levantar a los espectadores del sofá para ir a la butaca y que, después del visionado, salgan con la sensación de que vale la pena para que vuelvan de nuevo cuando 'Amenábar' presida la cartelera. Lo cierto es que los números que amparan su carrera reflejan su carisma 'cautivador' por su capacidad de transformar espacios como Valencia en escenarios vivos, de dar vida a personajes y de tocar al espectador, lo que convierte su trabajo en una experiencia que permanece mucho más allá de los créditos iniciales.