Les Arts refuerza su músculo musical

Los nuevos intérpretes aportarán su grano de arena. Casi todos son jóvenes, pero cualquiera lo diría a juzgar por el bagaje con el que se sientan ante los atriles valencianos. Se han formado en grandes centros de referencia y prestigiosas orquestas ya les conocen. Han tocado a las órdenes de Colin Davis, Antonio Pappano, Bernard Haitink, Paavo Järvi, Bychkov, Fabio Biondi, Zubin Mehta, Pablo González. Juanjo Mena o el valenciano Gustavo Gimeno por poner sólo algunos ejemplos.

Cinco son españoles, entre ellos, la violinista valenciana Inés Romaguera. Uno de los nuevos violines, Andriy Viytovich, es de origen ucraniano. Marta Wasilewcz, también violín, es polaca. Llegan impulsados por la ilusión de integrarse en una orquesta de la que alguno predica que es «una de las mejores de España». Ya han tocado este fin de semana a las órdenes de Juanjo Mena.

¿Qué les ha traído hasta la ciudad del Turia? ¿Cómo valoran Les Arts y a la OCV? ¿Qué objetivos les acompañan? La violonchelista madrileña Blanca Gorgojo ha aterrizado en Valencia con 33 años previo paso por EE UU y Alemania. En el país germano estudió, pero ya tocó con la Filarmónica de Dortmund. Luego se sentó con la Sinfónica de Berna. Ahora llega a la OCV, orquesta «genial», con la intención «de encontrarse cómoda», de descubrir aquí el sitio que le concede la plaza conseguida en una formación de la que destaca «cómo suenan los vientos. Es increíble. Hay bastante diferencia con otras orquestas, para mejor». 

El mayor de los flamantes intérpretes, 50 años, es ucraniano. Repleto de experiencia con el arco de la viola tras pasar por la Sinfónica de Londres y la Royal Opera House Covent Garden, Andriy Viytovich confiesa que entre las razones que le llevaron a pretender Les Arts se encuentra el deseo de «conocer la música propia española, la ópera, la zarzuela; la obra de compositores españoles, y trabajar con directores españoles de renombre». El tono de su voz desprende ilusión cuando se acaba de integrar en una formación en la que «el nivel de los músicos es increíble». 

 Guilermo Ortega es el más joven de los recién incorporados. Con 26 años y el violonchelo al hombro el madrileño ha llegado a Valencia cuando ya ha tocado en la Joven Orquesta Nacional de España, la Orquesta Nacional de España, la formación de RTVE y ha sido academista en la Tonhalle Orchester Zürich. ¿Por qué aspiró a la orquesta de Les Arts? «Me encanta la voz, el canto», asegura. A esa pasión le acerca una formación intrínsecamente ligada a la ópera. Si regresaba a España, Les Arts era una pretensión. Consiguió el objetivo que le ha abierto las puertas de un coliseo del que también destaca «la estética del edificio», algo «importante» para su trabajo. 

¿Están de paso? ¿Seguirán marcando el ritmo y acompañando a las voces operísticas a lo largo de su carrera profesional en territorio valenciano? El violínista onubense Rubén Mendoza anuncia «la intención de quedarme». Llega procedente del Teatro Real de Madrid y no duda en afirmar que de las formaciones que conoce, la OCV «es de las mejores de España con seguridad» y le desea que «como una de las grandes orquestas de Europa que es, vaya subiendo para ser la grande de Europa».

Pero para que haya orquesta se necesita director. «Es muy joven y enérgico, trabaja muy bien en alto nivel. Me gusta y estoy emocionada para empezar a trabajar con él». Es la opinión que Marta Wasilewcz ofrece de Gaffigan. Las palabras de la joven polaca, de 29 años, dejan entrever ilusión. Define como «privilegio» alcanzar «una orquesta de gran prestigio en España». 

La valenciana Inés Romaguera, que ya ha tocado con la ONE, la Jonde y la Sinfónica de Basilea, está convencida de que Gaffigan desarrollará «un buen papel» al frente de la OCV, formación de la que destaca que «es una de las más reconocidas de España».

Algo parecido afirma el viola riojano Samuel Espinosa. Asegura que «es una muy buena orquesta. Para trabajar en España me parece la mejor opción». Entre los retos de un joven músico que ha tocado con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín y en la del Gewandhaus de Leipzig, está «aprender repertorio de ópera», en una formación a la que desea que encuentre «una plantilla grande y hacer un buen trabajo con un nuevo director titular. Con Gaffigan sólo estuve con él un mes antes de la pandemia y me gustó mucho». Todos están preparados para empezar.