Artesanía y diseño, todo es abanico

Artesanía y diseño. Dos universos que desde ayer se muestran unidos de la mano del abanico. Tradición y vanguardia. El deseo de preservar lo de siempre con el deseo de viajar con éxito al futuro. Y qué mejor vehículo que el diseño para emprender tan apasionante periplo. Es la línea argumental de la muestra 'Diseñar el aire' –que ayer abrió sus puertas en el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí–, propuesta enmarcada en el programa de Valencia Capital Mundial del Diseño.

Entrar en la sala supone un encuentro con una nueva manera de concebir el abanico, popular objeto que no está dispuesto a dejar de regalar aires frescos. No le van a faltar aliados. Vicent Martínez, comisario de la muestra, destacó ayer la oportunidad que ofrecen las nuevas tecnologías y las renovadas maneras de concebir el abanico para conjugar artesanía, diseño y tecnología. Las veinte piezas que se exponen demuestran que es posible darle nuevas formas sin que este pierda el contenido emocional que a lo largo de siglos ha alentado su elaboración y uso. La exposición reúne piezas nacidas de materiales tradicionales como el nácar, junto a abanicos de tablero contrachapado de mínimo grosor cortados con láser, telas impresas digitalmente o maderas impresas con tecnologías innovadoras.

La propuesta no deja lugar a dudas: es posible sumar. Para ello hay que implicarse, algo que ayer Martínez apuntó como proyecto en marcha. Habló de las conversaciones con la Escuela de Arte y Diseño para que el abanico gane protagonismo. Todavía no hay resultados.

Y es que parece que se impone echar un cable a un sector que ayer representó el artesano Ángel Blay, de Aldaia, el último que trabaja con el nácar en Europa y que advirtió del riesgo de desaparición que corre un hacer artesano que ahora viene a demostrar que también es diseño, algo que por lejano que siempre haya parecido, resulta que a lo largo de siglos la sociedad siempre ha tenido entre manos.

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