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Adela Cortina. txema rodríguez
Adela Cortina, sobre los nacionalismos: «Retroceder a la tribu es reaccionario»

Adela Cortina, sobre los nacionalismos: «Retroceder a la tribu es reaccionario»

«Internet nos está haciendo más estúpidos. La gente tiene menos capacidad de leer un libro», dice la filósofa valenciana, que obtiene el premio De Sancha

ÁLVARO SOTO

Viernes, 21 de septiembre 2018, 00:53

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La filósofa Adela Cortina (Valencia, 1947) lanzó ayer un alegato contra los nacionalismos en el acto de concesión del premio Antonio de Sancha, otorgado por la Asociación de Editores de Madrid. La catedrática de la Universitat de València califica a los nacionalismos como «retrógados y supremacistas» y asegura que no tienen sentido en la globalización.

«Ahora que estamos construyendo una sociedad cosmopolita, todo lo que sea retroceder a la tribu es reaccionario», dice Cortina. «No hay razas ni pueblos superiores y los nacionalismos tienen un tinte de aporofobia», agrega, introduciendo en la conversación el término que ella misma creó para designar el «odio al pobre». «Pero la aporofobia es algo más, es el odio a quien creemos que no tiene nada que aportarnos», señala.

Sin embargo, Cortina se muestra optimista y opina que la sociedad se está dando cuenta de que la aporofobia «no es admisible», igual que la pobreza «no puede permitirse en un mundo en el que hay suficientes medios». «El siglo XXI acabará con la pobreza porque una sociedad radicalmente desigual no puede ser democrática».

Becaria de la Fundación Von Humboldt, miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas y autora de títulos como 'Ética mínima' o 'Ética sin moral', Cortina pertenece a ese grupo de filósofos que no tiembla al entrar en el barro de los asuntos terrenales. Cree que la inmigración y la acogida es el gran asunto pendiente en Europa y que los políticos en España deben guiarse por el interés de los ciudadanos y no por ganar votos. También opina que los movimientos feministas están para quedarse y que «acabarán deslindando lo razonable, que es la igualdad, de la exageración, de algunos extremos pacatos a los que a veces están llegando».

Cortina, Premio Valencianos para el siglo XXI de LAS PROVINCIAS, lanzó un alegato por los libros. «Es fundamental: tiene que servir a una sociedad que no puede sustentarse sólo en los trazos rápidos del Whatsapp». «Internet nos está haciendo más estúpidos», sentencia Cortina. «La gente tiene menos capacidad de leer un libro hasta el final, estamos acostumbrados a ir más rápido y cada vez resulta más difícil argumentar y pensar. Pero no hay nada como el placer de leer un libro, el gozo de llegar hasta el final de un buen libro».

Preguntada por otras cuestiones de actualidad, Cortina enumeró las «asignaturas pendientes» de la ética que, a su juicio, existen en la sociedad: la inmigración y los refugiados, y la política, al tiempo que reclamó apartar de la primera línea a quienes difunden discursos populistas basados en la xenofobia. «La inmigración y los refugiados son la asignatura pendiente de Europa aunque la ciudadanía tiene una excelente actitud a favor de estas personas. Hay que organizar jurídicamente la acogida y la integración en toda Europa», afirmó.

En cuanto a la clase política, hizo un llamamiento para que exista «un esfuerzo por el bien común» en detrimento de cuestiones particulares «para ganar votos». Además, lamentó que la ciudadanía tiene la impresión de estar en «una campaña electoral constante, al vivir una continua «agresión moralista» en la que los candidatos se lanzan constantes acusaciones éticas.

Sobre la situación en Cataluña, dijo «no ver una salida» pues «quienes defienden la independencia no arrojan la toalla y los que quieren tender puentes lo tienen difícil». En cualquier caso, aseveró que «ante problemas globales, las soluciones deben ser globales».

El Premio Antonia de Sancha reconoce a Cortina por su trayectoria personal e intelectual y por sus aportaciones al valor y papel de la ética en la empresa, en la educación, en la cultura y en la vida pública, como explicó el presidente del jurado, Miguel Barrero. El galardón se otorga anualmente a aquellas personalidades que destacan por la promoción y defensa de los valores culturales en general y del libro y la promoción de la lectura en particular.

En este sentido, la filósofa valenciana defendió la importancia de la «libertad para publicar y escribir» y lamentó la existencia de «un lenguaje oscuro en todos los ámbitos que impide conocernos los unos a los otros». «Por eso es fundamental promover la lectura y sobre todo los libros», apostilló, al tiempo que reconoció que «cuando era pequeña leía 50 veces el mismo libro».

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