La huella valenciana de los premios Planeta
Alicia Giménez Bartlett y Daniel Sánchez Arévalo recalan en la Comunitat en el periplo en el que presentan sus últimas novelas
CARMEN VELASCO / MIKEL LABASTIDA
Jueves, 19 de noviembre 2015, 00:15
Atesora infinidad de premios, dentro y fuera del país, pero asegura: "Me faltaba el reconocimiento en España que brinda el Planeta". Y el Planeta ya está en manos de Alicia Giménez Bartlett, una escritora capaz de adentrarse en el Maestrazgo de Castellón en busca del maqui La Pastora ('Donde nadie te encuentre', Premio Nadal 2011) y de hacerse un nombre en la novela negra con Petra Delicado.
La veteranía de Giménez Bartlett no desluce su ilusión por acercarse a más lectores y ser más leída, un objetivo que persiguen novelistas curtidos en la batalla de las letras y autores noveles.
Sánchez Arévalo es nuevo en estas lides. 'La isla de Alice' es una especie de debut literario, aunque ya había coqueteado con esta disciplina. "Me daba miedo que los escritores y colegas me dijeran tú qué haces aquí. Por eso es bueno el premio, porque se trata del reconocimiento de compañeros", comenta el realizador de 'La gran familia española' y 'Primos', que se refugió en esta obra tras la muerte del actor Héctor Colomé, el que fue compañero sentimental de su madre más de veinte años. "Necesitaba volar, alejarme de mí mismo, y por eso de repente me voy a Estados Unidos a contar una historia a través de una mujer en primera persona. Pero al final cuanto más he intentado alejarme, más de dentro de las entrañas me ha salido. Y luego coincidió con el proceso de aceptar una pérdida y de alguna manera fue paralelo a lo que le sucedió a una persona que era como mi padre segundo", argumentó. "El cine, el teatro y la literatura te permiten evadirte para que luego al volver la realidad sea más soportable", culminó.
Alicia Giménez Bartlett (ganadora del Planeta): "En años de bonanza nos hicieron creer que el progreso es una línea ascendente"
Recogió el Premio Planeta vestida con una sudadera plateada con la palabra 'Merde' (mierda, en francés), pero pese al galardón no mandaría al ídem su profesión: "No podría hacerlo porque me gusta mucho escribir. Mi marido dice que cuando no escribo me pongo de un humor terrible. Con el galardón me puedo permitir estar tres años sin publicar, pero tengo muchos ligámenes con los lectores y no me apetece cortar el diálogo con ellos", asegura Alicia Giménez Bartlett.
La novelista tampoco está dispuesta a enviar a la mierda ni a borrar de su memoria sus años valencianos: "Repetiría cien veces mi pasado en Valencia. Fue mi época universitaria y nunca me he divertido tanto en la vida ni he aprendido tanto en una universidad. Yo fui de la primera promoción de Filología Extranjera con profesores como José Francisco Yvars y Sanchis Guarner. Sentí un gozo de la vida brutal... Comíamos, bebíamos, corríamos delante de los grises porque éramos batalladores. Fue una época maravillosa. En mis ocho años aquí fui muy feliz",
Bartlett ensalza el carácter abierto de los valencianos y su espíritu emprendedor, pero no oculta que debajo del Mediterráneo luminoso está el desagüe: "A Petra Delicado le excederían los casos de corrupción valenciana. Tendría muchas tramas por resolver, pero no quiero que los valencianos se enfaden conmigo", bromea la autora, que pasa largas temporadas en su casa de Vinaròs, aunque conserva su residencia en Barcelona. Desde la ciudad condal ha hecho carrera y ha sorteado los peligros del mundo editorial: "El riesgo de los escritores es dejarse manipular", apunta.
Desde su vivienda castellonense observa la vida que después ficciona en sus novelas. Así lo ha hecho en 'Hombres desnudos'. Un novela de corte realista en la que molesta al lector: "Me gusta incomodarlo, obligarlo a que reaccione". La literatura ha de recuperar "la labor testimonial de la novela, contar lo que está pasando"-
En la obra ganadora del Planeta, la autora muestra una mirada nada complaciente sobre las vidas partidas por la crisis y el deambular moral de los ciudadanos. "Nos han hecho creer que el progreso es una línea ascendente, pero la crisis nos ha dejado desnudos ante el espejo", asegura. Giménez Bartlett es muy crítica con las secuelas sociales de la crisis: "En algunos casos la economía mata, por ejemplo, está detrás de algunos casos de violencia doméstica. No me acabo de creer que la crisis permita que algunas personas se metamorfoseen en nuevas vidas. ¿Cómo alguien sin recursos se reinventa?".
En la novela, hace una radiografía de la cotidianidad a través de personajes en los que mostrar la lucha de clases y los nuevos roles de hombres y mujeres todo tamizado por la economía. "Si una persona no hace un riguroso examen individual de cuál es el sentido de tu vida, a qué aspiran y a qué no está dispuesta... va dando bandazos", comenta.
Daniel Sánchez Arévalo (finalista del Planeta): "Me ha pateado todos los certámenes de cortos de la Comunitat varias veces"
Antes de que los primos, los gordos y los azulesoscuroscasinegros llegasen a su vida, Daniel Sánchez Arévalo presentó sus trabajos en festivales valencianos. Cinema Jove dio cobijo a los primeros trabajos del realizador madrileño. En 2004 se pudo ver en el certamen 'Física II', corto que luego fue preseleccionado para los Oscar. Y en 2008 le tocó el turno a 'Traumatología', una surrealista y pequeña joya que también obtuvo muy buena recepción.
"Asocio toda la Comunitat Valenciana a mis comienzos porque hay muchísimos certámenes de cortometrajes y me los he pateado todos y varias veces", aseguró el cineasta y escritor, que espera regresar pronto a la gran pantalla después de la aventura literaria en la que se ha embarcado. "Necesito hacer algo pequeño de pocos personajes, que sea sencillo y sentido. Estoy dándole vueltas a una idea. Lo necesito siempre, estar agarrado a alguna historia, si no mi vida no tiene sentido".
En medio de ivas culturales y de estampida de espectadores ha buscado refugio tras las letras el creador de 'La gran familia española'. "Soy un poco suicida. Está mal el cine y te metes a escribir novela, que está peor. Necesitaba respirar. Cuando noto inercia, que me dejo llevar por las situaciones, me paro. Me da miedo que me pueda acomodar", asegura el finalista del Planeta, que no es tan recién llegado a la escritura. "Llevo 23 años ganándome la vida como escritor, sobre todo en el cine y la televisión. Ahora vivo esta etapa con responsabilidad, no quería que me viesen como un intruso. Yo siento que la literatura está un peldaño por encima, requiere más dedicación, exigencia y compromiso. Pretendía que la novela tuviera entidad en sí misma y que caminara sola", admite.
Fruto del esfuerzo por "estar a la altura" nació 'La isla de Alice' que narra el viaje que inicia una mujer cuando su marido muere en un accidente de coche sospechosamente lejos de donde debía estar y ella decide indagar los secretos que le ha ocultado. Parte para responder unas preguntas y se encontrará con otras. "Una mentira hará que el mundo de la protagonista se tambalee, porque efectivamente por mucho que creas que puedes conocer a la persona que tienes al lado hay partes que no compartimos".
Al margen de las intrigas la novela pretende desnudar a la sociedad americana, con la que él ha convivido cuatro años. "Me fascina y deseaba hacer mi particular retrato. No quería que fuese la visión de un europeo, sino ponerme en su misma esfera", reconoce. "Me llama la atención su obsesión por la foto perfecta, la familia, los hijos. Todo es muy amable y cortés. Cuanto más veo esa pose más entiendo que esconden algo. Y la experiencia me ha dado la razón y está en la novela", resume.