El uso de una excavadora y la falta de prevención de Tragsa, claves en la muerte de un obrero que limpiaba un colegio por la dana
El informe del Invassat subraya que no se debió emplear una máquina en un espacio tan reducido y que la empresa no efectuó una adecuada distribución del trabajo
La dana deparó numerosas derivadas. La primera, evidentemente, los 228 fallecidos por la barrancada. Y luego la gestión política, los ceses en la Administración autonómica ... y la convulsa investigación judicial en un proceso todavía por resolver. Pero también se registró otro suceso con consecuencias trágicas. Durante las tareas de limpieza de un colegio en Massanassa, un accidente laboral se saldó con la muerte del operario Pascual López. Otro compañero, Vicente Mocholí, resultó herido grave.
El accidente se produjo durante la retirada de escombros, colocados bajo una marquesina. Una retroexcavadora mixta participaba en la tarea. En un momento dado, la máquina impactó contra la estructura de un porche y provocó su desplome. Todo cayó sobre los dos operarios.
El informe definitivo del Institut Valencià de Seguretat y Salut en el Treball (Invassat), que formará parte del procedimiento judicial, ha enumerado una serie de circunstancias que influyeron en el riesgo de aquellos trabajos, desarrollados por Empresa de Transformación Agraria (Tragsa).
Por un lado, el hecho de que se utilizara un equipo no adecuado para ese cometido. «La máquina disponía de elementos auxiliares móviles (cazo) que pueden alcanzar y colisionar con dicha estructura en sus desplazamientos». Un hecho que finalmente se produjo.
La retroexcavadora terminó impactando contra parte de la estructura, lo que hizo que esta se desplomara. Además, en un contexto en el que no se puede descartar que el complejo «estuviera debilitado por el paso de la Dana».
De igual modo, los especialistas apuntan como una de las causas del riesgo que hubiera operarios trabajando bajo de la estructura al mismo tiempo que la máquina operaba en la zona. Y, por último, se incluye en el informe la falta de un procedimiento de trabajo específico para la obra que se estaba llevando a cabo. Es decir, no se contaba con una planificación previa de los medios humanos y materiales así como «la secuencia concreta de trabajos a realizar». Existía el peligro tanto de «atropello/golpe con la retroexcavadora, como de sepultamiento por la estructura» que finalmente se produjo.
El dosier de los expertos subraya algunas de las deficiencias detectadas en los trabajos en Massanassa. Por ejemplo, no se debió optar por la retroexcavadora «considerando el espacio disponible entre los elementos del porche» y la presencia de otros operarios.
Tragsa insiste en que debieron adoptarse medidas de organización para evitar que se encontraran trabajadores a pie en la zona de trabajo de algunas máquinas. De hecho, algunas no se cumplieron en el momento del accidente. Existía la prohibición «de arrancar el motor sin antes cerciorarse de que no hay nadie en el área de operación de la pala» y «de no permanecer en el radio de acción de la máquina». Esta instrucción también se obvió.
Todos estos aspectos deberían haber estado recogidos en un procedimiento de trabajo específico que tampoco se elaboró. Esta competencia es una atribución directa al empresario, apuntan los especialistas del Invasat.
El centro fue uno de los más dañados por la barrancada. La infraestructura sufrió daños severos. No había riesgo de derrumbe, pero se optó por la rehabilitación del inmueble. El agua alcanzó allí un nivel de 2,10 metros.
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