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Un momento de la Tomatina de este año.

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Un momento de la Tomatina de este año. EP/Jorge Gil

La terapia roja de la Tomatina triunfa en Buñol

Miles de personas lanzan con fervor los 120.000 kilos de estos peculiares proyectiles en una animada batalla

R. González

Buñol

Miércoles, 27 de agosto 2025, 12:18

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La terapia roja de la Tomatina triunfa una vez más en Buñol. A las doce del mediodía se ha disparado el cohete que daba inico a esta batalla campal en la que los 22.000 participantes han comenzado a lanzar los 120.000 kilos de tomate que les han tirado desde los camiones.

El fervor se ha apoderado de aquellos que desde pie de calle, a lo largo de la avenida del Cid, se han enfrascado en esta lucha con esos peculiares proyectiles, que se ha prolongado durante una hora. Esta 78 edición lleva por lema 'Tomaterapia' para erigirse en un símbolo de resiliencia colectiva tras el paso de la dana por la localidad y la gente se ha entregado con pasión a esta fiesta, dejando atrás por unos momentos las preocupaciones y los problemas. Estaban deseando que les pasaran los tomates desde los camiones para apuntar al resto de participantes en busca de una diana certera. Los tomatazos llegaban desde todos los lados e incluso a algunos vecinos que admiraban el espectáculo desde los balcones de sus casas.

Entre el paso de un vehículo y el siguiente, la animación no ha cesado. Unos se han bañado en esa especie de río rojo que pronto ha empezado a cubrir el suelo, otros han aprovechado para echarse al suelo mirando al cielo y tratar de dibujar ángeles, emulando las típicas escenas en la nieve. También ha habido quien, aprovechando el calor del ambiente, ha expresado su amor a su pareja para protagonizar un cálido beso cubiertos de rojo pasión.

Aunque la diversión no ha hecho que se dejara de lado la parte reivindicativa, aprovechando la difusión que tiene este evento. A lo largo del recorrido había algunas pancartas que mostraban su rechazo a la guerra en Gaza con lemas como «No al genocidio del pueblo palestino». Y entre los participantes se han pasado una gran bandera palestina. Tampoco han faltado los carteles que reclamaban la dimisión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón.

Al llegar la una de la tarde, un nuevo cohete ha avisado el final. Sin embargo, a algunos les ha costado abandonar el campo de batalla y han aprovechado para hacerse las últimas fotos que inmortalicen el momento. Después, un reguero humano ha comenzado a deambular en busca de gente con mangueras que les ayudaran a quitar de su piel los restos de tomate.

Kai y Hiro, dos participantes procedentes de Japón. R. González

Un atractivo que cala en Japón, India y Australia

El influjo de la Tomatina traspasa fronteras. Su atractivo ha calado en países de todo el mundo, como Japón, India y Australia, entre otros. No en vano está declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. Entre los participantes de este año están Kai y Hiro, dos jóvenes nipones de 23 años procedentes de Osaka. Están viajando por Europa, pero su principal propósito era asistir a esta cita que conocieron a través de un show de televisión. James es un australiano que tiene en marcha un proyecto sobre fiestas del mundo y no podía faltar la de Buñol porque esta es «única». Una familia compatriota suya, pero que vive en Reino Unido ha reconocido que ha disfrutado mucho, ya que se trata de algo muy «loco». No podían dejar pasar la oportunidad de experimentarla en primera persona y no les ha defraudado. Grupos de ciudadanos de India han acudido para vivir la Tomatina. Esta fiesta es popular en ese país a raíz de aparecer en una película.

Pero la celebración no ha comenzado con el lanzamiento de tomates. A las cinco y las seis de la mañana de este miércoles ya había personas por las calles de Buñol. Y a las ocho eran un hervidero de gente, unos almorzando y otros dirigiéndose como una marea hacia las zonas por donde debían ir a los puntos de acceso al trazado.

Mesas en las terrazas de los bares y puestos en la calle, en los que la sangría era la reina, daban la bienvenida a participantes y visitantes. Unos llegaban desde municipios cercanos y otros incluso desde las antípodas. Todos tenían en común que querían vivir de cerca la Tomatina.

El ambiente en las calles ha ido creciendo conforme avanzaba la mañana. La música ha animado las horas previas. Las ganas de que estallara la batalla eran incontrolables. Poco antes de las nueve y media han comenzado a colocar todo lo necesario para el Palo Jabón, que debía iniciarse una hora antes de la Tomatina.

Pero la gente, impaciente, no ha podido esperar y de inmediato algunos han intentado encaramarse a ese largo palo cubierto de jabón para tratar de obtener el preciado premio, un jamón. El objetivo se ha conseguido cuando apenas pasaban unos minutos de las diez y, como siempre, la clave del triunfo ha estado en la cooperación para crear una fuerte base y, luego, dos personas asidas a modo de torre han permitido alcanzar el preciado tesoro.

Después, la presencia de participantes ha ido aumentando de forma rápida bajo la atenta mirada del amplio dispositivo de seguridad que se ha desplegado para que todo transcurriera sin incidencias. efectivos de Policía Local de diferentes localidades, Policía Nacional, Protección Civil y Guardia Civil se han repartido a lo largo de Buñol con motivo de esta fiesta con tanta repercusión nacional e internacional.

En los instantes previos, los chorros de agua procedentes de mangueras han servido para aplacar el calor de quienes llenaban el recorrido. Escenas que también se han repetido durante y después del lanzamiento de tomates.

Balance

A la conclusión de la Tomatina, la alcaldesa de Buñol, Virginia Sanz, se ha mostrado muy contenta con esta edición en la que se han vendido todas las entradas y ha remarcado que «ver a la gente disfrutar se contagia». Según ha explicado, han sido unos meses difíciles tras la dana, que causó «muchos daños materiales» en el municipio. «El pueblo necesitaba dejar de lado esa parte negativa y soltarse» y ahí es donde esta fiesta ha cumplido su cometido.

Una de las autoridades que ha acudido a disfrutar de esta batalla ha sido la vicepresidenta de la Diputación, Natalia Enguix. Era la primera vez que acudía y ha merecido mucho la pena». Este estreno ha sido desde uno de los balcones del Ayuntamiento, porque «me estoy familiarizando», y no ha descartado que vuelva otra vez, pero para vivirla desde uno de los camiones.

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