La sala de control de la CHJ estuvo bajo mínimos en las horas clave de la barrancada

Es la conclusión que se extrae de un informe remitido por la Confederación Hidrográfica del Júcar (SAIH) a petición de la jueza de Catarroja. Además de dos funcionarios, el jefe de área y el técnico superior del SAIH, que trabajaron todo el día, los empleados de la empresa encargada de la gestión del sistema se fueron turnando. El coordinador del servicio técnico estuvo también todo el día, pero la jefa de servicio de la explotación, que era además la técnico de guardia, se fue a casa a las 14 horas y volvió a las 20 horas. Dos especialistas en hidrología e hidráulica, que son quienes tienen que saber interpretar los datos que desvelen los medidores, se fueron a casa a las 16 horas. Trece minutos más tarde, desde la sala de control envían el último correo, hasta las 18.43, sobre el barranco del Poyo. Se queda trabajando un único hidrólogo.

La operadora de datos hidrológicos Carmen González, que es la que enviaba los avisos, trabajó toda la tarde, pero su atención estaba centrada en Forata, como reconoció en la comisión en el Senado. A las 15 horas, además, se fueron a casa el responsable de los servicios informáticos y el administrador del sistema, que se quedaron teletrabajando en una tarde en la que las comunicaciones fallaron en varias ocasiones como ha reconocido el mismo Centro de Control de Emergencias.

También había menos trabajadores en la calle. Hasta las 13 horas trabajaron cuatro técnicos. Tres más se quedaron hasta las 14, que es la misma hora a la que terminó su jornada laboral el técnico de estaciones de aforo, encargo de revisar si alguno de los medidores daba problemas. El jefe de mantenimiento alargó la jornada hasta las 15 horas y dos técnicos, hasta las 22 horas.

Otra clave que aparece en el informe es que la técnico de guardia era la jefa de servicio de Explotación. Es un cargo que rota semanalmente. Esa semana le tocaba a ella, que se ausentó de la sala del SAIH entre las 14 y las 20 horas. Volvió por la noche. «Durante las guardias, el técnico lleva un teléfono móvil a través del cual recibe avisos automáticos sobre posibles incidencias, ya sea relacionadas con el funcionamiento del sistema o con fenómenos meteorológicos o hidrológicos», indica el informe: «Debido a que el mismo personal atiende tanto las tareas ordinarias como las situaciones extraordinarias, en caso de episodios de especial relevancia —como el ocurrido en octubre de 2024—, el técnico de guardia se rota con el resto del equipo que realiza guardias para cubrir turnos presenciales de 24 horas durante toda la duración del evento, que habitualmente se extiende durante varios días. En tales circunstancias, todo el personal que participa en los turnos asume las funciones específicas de guardia».