La lucha a caballo de Ruben Llata, el ganadero que pasará hambre por sus animales

Tal y como a alegado Rubén Llata, «no ha habido un solo ganadero en Valencia que se haya quedado sin terreno para pasto después de una repoblación ya que existen más de 200.000 hectáreas que no se usan».

«Hay términos que no se sacan para pasto para no tener conflicto con la caza»,ha señalado el cuidador. De no llegar a un acuerdo con la Conselleria de Agricultura comenzará una huelga de hambre en la misma Ciutat Administrativa a partir del 1 de diciembre hasta que le ofrezcan una solución viable para continuar con la crianza de sus caballos.

Desde la conselleria que dirige Mireia Mollà transmiten que entienden su caso y le quieren ayudar con alternativas, aunque en palabras de Rubén «todavía no hay nada seguro por escrito».

Sin embargo, la institución también ha señalado que el acuerdo de concesión de los pastos para los caballos de Rubén tenía una duración determinada. Como toda concesión el aprovechamiento de terreno agrícola es de cinco años y, tras ese período, el ganadero era plenamente consciente de que deberá retirar sus caballos de las parcelas de Tous.

Por otro lado, algunos ayuntamientos, como el de Bocairent, se han ofrecido a proporcionar una zona de pasto para el ganado de Rubén. No obstante, el plan de Ordenación de Montes de este municipio ha de ser adaptado ya que sólo cubre 16 animales y 150 hectáreas. Un espacio insuficiente para que sus 180 caballos puedan «vivir en libertad», afirma el ganadero.

La pasión del criador por estos animales le motiva a seguir explorando opciones en los montes de la provincia de Valencia para continuar con su labor de crianza de yeguas, aunque lamenta tener que enfrentarse a las trabas burocráticas por parte de la administración y a las dificultades por las que atraviesa el sector ganadero en España.

Por el momento, Rubén se ve abocado a abandonar los terrenos de pasto que tenía concedidos en Tous por el plan de reforestación que tendrá lugar a comienzos de 2022. Un plan para restaurar parte del monte que quedó devastado tras el incendio de la zona de Cortes de Pallás en 2012. De hecho, el ganadero afirma que no tiene problemas con la repoblación, pero el tiempo no juega a su favor dado que afirma que la conselleria le dio tres meses de plazo a finales de septiembre para abandonar los campos. De no ser así, se encontraría en una situación ilegal a partir del 1 de enero de 2022.

La huelga de hambre supone una medida desesperada ante una situación de cuenta atrás para el único ganadero trashumante del monte del Mediterráneo. A sus 29 años de edad, Rubén Llatas no se rinde pese a lamentar la situación adversa a la que se enfrenta la ganadería trashumante. «Consumimos carne de otros países y discriminamos la que producimos en nuestros pastos», ha sentenciado.

Después de presentar su permiso ante el registro ha vuelto a subirse al caballo para abandonar la Ciutat Administrativa. Rubén seguirá ejerciendo su profesión donde sea necesario.

La semana que viene se volverá a reunir con representantes de la Conselleria de Agricultura para explorar opciones y tratar de llegar a un acuerdo que le permita seguir criando sus yeguas.