Consejos para aerófobos de una piloto valenciana y cifras para no temer al avión este verano
La comandante Lourdes Carmona anima a superar la fobia más común: «El avión siempre vuela, ante un fallo siempre hay un plan B y las turbulencias sólo son como un camino mal asfaltado»
Verano. Época de vacaciones, de elegir destino. El tiempo en que los aerófobos, víctimas de la más común de las fobias, las pasan canutas decidiendo si irán con un medio alternativo o se enfrentarán a sus temores en la cola de embarque. Por eso le pedimos a la instructora y comandante de aerolíneas Lourdes Carmona que ayude con su experiencia a las muchas personas que padecen este problema.
La ilicitana lo hace a diario desde su plataforma y canal de Instagram Listos Para Despegue, con más de 10.000 seguidores. Allí divulga todo tipo de asuntos relacionados con la aeronáutica y resuelve dudas. Madre, instructora de vuelo, piloto y residente en Cullera, lleva 30 años surcando los cielos por todo el mundo. Y no está dispuesta a permitir que el miedo se apodere de una experiencia «maravillosa». El miedo se queda en tierra. Al habla, la comandante Carmona...
Principios de aerodinámica. Un avión vuela gracias a su diseño aerodinámico. Siempre vuela. Se desliza sobre el aire y volar es suave. Ocasionalmente, el flujo de aire es turbulento y simplemente equivale a circular en coche sobre un camino mal asfaltado. Pero no todo el trayecto. Hay maneras de gestionarlo variando la ruta o altitud. Incluso así el avión se adhiere y se desplaza gentil sobre el aire, volando con suavidad y armonía.
Un fallo no es una catástrofe. El fallo de un motor no es motivo de catástrofe. Pasa inadvertido en su manejo. Es relativamente complicado que, de repente, se nos fundan todas las bombillas de casa. Y en los aviones sucede lo mismo. En ese caso también tenemos un plan B que nos permitiría aterrizar sin motores.
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Controles y confianza. Todas las tripulaciones de vuelo, sin excepción, pasamos controles muy exhaustivos a nivel médico y de competencia. No existe profesión más regulada y vigilada en el mundo. Por tanto, confíen en las personas que cuidan de usted y su seguridad en vuelo.
Supervisiones. La seguridad en aviación es una larga cadena de supervisión continua. Desde el ultimo tornillo al personal implicado en el trabajo en tierra: operaciones, mantenimiento, formación, elaboración y supervisión de los vuelos, asistencia al avión en tierra o servicios de control aéreo. Hay centenares de personas involucradas en cada vuelo y gracias ellas la aviación es segura. Los convenios de seguridad y sus regulaciones hacen de la aviación un sector con una baja siniestralidad difícil de superar.
Meteorología. No pasa nada si hay tormenta o mal tiempo. Las condiciones meteorológicas no afectan a la seguridad. Conocemos las limitaciones de nuestros aviones y los operamos siempre en base a estos limites permitidos.
Miedo de camino al vuelo. Para alguien en tierra que va a coger un vuelo con miedo le preguntaría: «¿A qué tiene miedo?» Infórmese o pregúnteme. Encantada de ser de ayuda. Vaya al aeropuerto con mucho tiempo de antelación. Las prisas no son amigas de la calma. Si el miedo asoma días antes, ponga en práctica al menos tres técnicas de relajación e intente tener dominio de ellas en el día del vuelo.
Miedo dentro del avión. Comunique a la tripulación de vuelo su inquietud y qué le produce dudas en ese momento. Uno no se lanza a la piscina donde cubre sin saber nadar, pese a que haya socorrista. Por tanto, es recomendable que antes de volar prepare un listado de aquello que le incomoda y se permita aceptar que necesita ayuda. Aclararlo.
Aire frente a carretera. El año pasado fallecieron 1.154 personas en accidentes de tráfico en las carreteras españolas. Y, naturalmente, fueron cero víctimas en accidentes de vuelo de pasajeros. Hay que remontarse a agosto de 2008 para encontrar el último accidente grave en un avión de pasajeros en España. Fue el vuelo 5022 de Spanair que se estrelló poco después de despegar en Barajas y murieron 154 personas. Es decir, las víctimas en carretera de cada año en España equivalen a siete siniestros aéreos como el descrito.
Más de un millón de pasajeros. Según datos del Aeropuerto de Valencia, más de un millón de pasajeros aterrizaron o despegaron de Manises en junio. Se supero esté umbral por primera vez en su historia y todos llegaron felizmente a sus destino, al igual que los 5,6 millones de viajeros que pasaron por la terminal valenciana en el primer semestre. Es decir, en la primera mitad del año han volado una cantidad de personas superior a la población total de la Comunitat.
Dos accidentes por cada millón de vuelos. Según datos de la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO), en los últimos años se han registrado menos de dos accidentes por cada millón de vuelos. Ya sea con víctimas o sin ellas. Y encima esta tasa va a la baja. En 2023 se alcanzó el valor más bajo en más de una década.
Una entre ocho millones. Las aseguradoras son expertas en calcular riesgos. Según cifras de Generali, la probabilidad de morir en un avión es minúscula: 1 entre 8 millones. «Esto quiere decir que, incluso si volases todos los días del año, tardarías 21 millones de años en tener un accidente, según la estadística». La mayoría de accidentes de avión que se registran ocurren en pequeñas aeronaves privadas o taxis aéreos.
Repercusión mediática. Los accidentes aéreos siempre tienen una enorme repercusión mediática por el criterio periodístico de que lo infrecuente es más noticioso que lo frecuente. Como el ocurrido recientemente en Rusia. A menudo hay vídeos e imágenes impactantes y dolorosas que se difunden con rapidez. Con los accidentes de tráfico no sucede lo mismo, a pesar de que dejan un lento y constante goteo de víctimas en carretera que es muy superior al de los aviones en el recuento anual.
