Una protesta en el aniversario de la dana recorre Aldaia para pedir el desvío del barranco de la Saleta
La marcha de 4.000 personas pide justicia para las víctimas de las inundaciones
Una manifestación recorrió la noche de este miércoles las calles de Aldaia en el primer aniversario de la dana. La marcha reunió a 4.000 personas, indicaron fuentes municipales. La asociación de afectados en este municipio fue la convocante de una jornada en la que se mezclaron el dolor por las víctimas, el reconocimiento a los voluntarios y el aspecto reivindicativo de que se acometan obras hidráulicas urgentes, sobre todo la conexión del barranco de la Saleta con el nuevo cauce del Turia.
Vicente Carcelén, portavoz de la Asociación de Afectados por la Dana en Aldaia, dijo que la respuesta de los vecinos fue todo un ejemplo, dado cómo había llovido unos minutos antes. Incluso en el inicio del recorrido los asistentes se protegían con paraguas.
La multitudinaria marcha, que partió del pozo del agua, realizó dos paradas, una a la altura de la Estación, donde se dispararon salvas y se depositaron cirios, y otra a la altura de la Iglesia de la Anunciación. La comitiva culminó su recorrido en la plaza de la Constitución donde se leyó un manifiesto y se guardó un emocionante minuto de silencio en honor a las víctimas, para finalizar con el himno de la Comunitat Valenciana.
El desvío del barranco es la primera obra que emprende la Confederación del Júcar tras la dana más allá de las decretadas de emergencia. Un canal subterráneo y luego en superficie hasta el nuevo cauce derivará parte del caudal de la Saleta. La inversión rondará los 90 millones y la previsión es adjudicar las obras a principios de 2026.
En el manifiesto leído al finalizar la marcha, que pasó por un tramo del barranco de la Saleta y acabó en el Ayuntamiento, se indica que el pasado «29 de octubre de 2024 fue una lección trágica. Hoy, a doce meses de distancia, exigimos que la memoria se traduzca en acción y prevención. Nuestro compromiso es doble: con la verdad y con la reconstrucción.
Por esta razón, reclaman que las «investigaciones sobre la gestión de la emergencia se realicen con total rigor y transparencia. Las responsabilidades deben ser dirimidas y las lecciones aprendidas para que una tragedia de esta magnitud jamás se repita».
También a todas las administraciones (local, autonómica y estatal) que mantengan y aceleren su compromiso con una «reconstrucción justa, ágil y duradera, prestando especial atención a los colectivos más vulnerables y a la recuperación ambiental de nuestros cauces y barrancos».
«Asumimos que los fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más frecuentes. Es imperativo revisar y mejorar los planes de prevención, las infraestructuras hidráulicas y los sistemas de alerta temprana. Debemos invertir en la adaptación al cambio climático comocomo una prioridad nacional y regional».
Afirman que no permitirán «que la magnitud de esta catástrofe caiga en el olvido. La unidad y el espíritu de ayuda que nos unió en aquellos días oscuros deben ser la base para construir un futuro más seguro y resiliente. Por todas las vidas perdidas, por los que luchan por recuperarse, y por el porvenir de nuestra tierra: No olvidamos, no fallaremos».
Por último, aseguran que el manifiesto «es, ante todo, un acto de recuerdo solemne. Honramos la memoria de cada persona que perdió la vida en aquella riada. Sus nombres y sus historias están grabados a fuego en nuestra conciencia colectiva. Extendemos nuestro más sentido pésame y solidaridad a todas las familias, amigos y comunidades que sufrieron pérdidas irreparables. Su dolor es nuestro dolor, y el luto por ellos perdurará».