Los primeros valencianos en ver de cerca al nuevo Papa: «Había mucho respeto, se me ponían los pelos de punta»

Aunque resulta complicado imaginar la emoción que debió recorrer su cuerpo en el momento en que comenzó a ver la fumata blanca salir, pasadas las 18:00 horas, de la chimenea la chimenea instalada en el techo de la Capilla Sixtina. El acontecimiento les sorprendió en una terraza cercana a la plaza de San Pedro. Varios vídeos para recordar el momento, alguna foto y a partir de ahí un carrusel de sensaciones, como es lógico. Casi sin darse cuenta estaba presenciando un momento para la historia.

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De hecho, el móvil de Víctor no dejó de sonar desde que subió un vídeo a sus redes sociales en el que se podía ver perfectamente cómo la humareda se desvanecía por el despejado cielo de Roma, pero él no pudo responder hasta bien entrada la noche cuando todo había pasado y trataba de asimilar lo vivido antes de ir a dormir.

Tras el shock inicial que supuso ver la fumata blanca la pareja de valencianos inició su particular carrera para coger un sitio de privilegio en el punto al que se dirigían todas las miradas del planeta. «El ambiente era espectacular. Había gente de todo el mundo por la calle corriendo y súper contenta», explica Víctor, que logró adentrarse hasta la avenida que da acceso a la plaza, quedándose a unos 400 metros del balcón en el que Prevost ofreció sus primeras palabras bajo el nombre de León XIV. Las pantallas que se habían instalado por la plaza y los aledaños permitieron seguir todo el acto de cerca a la pareja valenciana: «No estaba cerca pero se sentía como si estuviera al lado».

De hecho, si Víctor tuviera que destacar algo del histórico momento que vivió este jueves de forma inesperada en El Vaticano sería el respeto que reinaba en el ambiente. «Ha sido muy emocionante. Había muchísimo respeto. Era espectacular, se me ponían los pelos de punta», afirmaba el valenciano, que tardará tiempo en olvidar la tarde en la que presenció el nombramiento del Papa número 267 de la historia eclesial.

Una vez concluida la ceremonia de nombramiento, los valencianos aprovecharon para acercarse todavía más a la plaza de San Pedro para seguir disfrutando del ambiente festivo que se respiraba en las calles del país más pequeño del mundo.