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«No hemos podido dormir en toda la noche»
Los vecinos de Teresa de Cofrentes respiran este jueves más tranquilos tras comprobar la evolución favorable del incendio
Belén González
Teresa de Cofrentes
Jueves, 14 de agosto 2025, 11:29
La alta humedad y la ausencia apenas de viento han posibilitado que la noche en Teresa de Cofrentes haya sido tranquila. No obstante, gran parte de los vecinos mo han podido dormir ante la incertidumbre de que las condiones meteorológicas pudieran cambiar.
Así, con las ventanas y puertas cerrada y pendientes al bando municipal han pasado la mayoría. «Yo no me he acostado en toda la noche. No me he puesto ni el camisón, pendiente a los vehículos de emergencias», asegura Maruja Montoya, quien recuerda que en las primeras horas tras declararse el incendio pasaron mucho miedo porque veían las llamas acercarse por la ladera.
«Menos mal que cambió el viento y cayó la tormenta, si no habrían tenido que evacuar el pueblo», asegura Francisco Torregrosa, vecino de Almansa pero que está veraneando en el pueblo de su suegra.
Quienes sí tuvieron que ser evacuados fueron una quincena de vecinos de casas del diseminado, en pleno macizo del Caroig. Una de ellas fue la familia de Ana María Jiménez. Su hija, su yerno y su nieta de tan sólo 8 días tuvieron que salir corriendo.
Su casa está cerca del lugar donde se inició el fuego, en la zona del 'Nacimiento', como se conoce en este pueblo del Valle de Ayora. «Vieron cómo bajaba tan rápido el humo por la loma, cogieron a la niña y salieron corriendo. Están alojados en mi casa. Pasaron mucho miedo y no hemos dormido en toda la noche».
Al cambiar la dirección del viento saben que la casa no se ha visto afectada. Así se lo han comunicado también las autoridades a Monique Vork. Una holandesa que lleva viviendo tres meses aquí y que aún no habla ni entiende mucho el español.
«El fuego estaba detrás de nuestra casa, pero luego el viento cambió de dirección y se fue por la otra parte del valle», explica. Han pasado la noche en la autocaravana que tienen, junto a sus tres gatos. Desde el balcón que da a la sierra, mira la situación, confiando en poder volver a la que desde hace apenas 90 días es su casa.
Esta mañana los ánimos en Teresa están más calmados. De hecho, los dos bares del pueblo son el lugar de reunión de los vecinos, que almuerzan más tranquilos y confiando en el buen trabajo de los efectivos de extinción.
Lo que sí lamentan es que se ha perdido un paraje de una riqueza medioambiental importante, en el entorno del área recreativa del Nacimiento.