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Los datos ponen negro sobre blanco el impacto de los pisos turísticos en el sector inmobiliario residencial. En el caso de la ciudad de Valencia, ... la proliferación de este formato de alojamiento ha impedido la salida al mercado de 363 viviendas desde 2018. Así consta en el dictamen pericial encargado por la propia patronal de apartamentos turísticos (Aptur) para analizar el acuerdo de suspensión de la tramitación y el otorgamiento de licencias para la implantación de nuevos usos terciarios hoteleros. El documento desgrana los documentos de justificación en los que se ha basado el Ayuntamiento para ejecutar dicha suspensión.
Según el perito, el equipo redactor del acuerdo «hace mal los cálculos» respecto al impacto que ha tenido la expansión de las viviendas turísticas (VUT) en el mercado residencial. «Comete el error de equiparar registros de VUT con viviendas familiares. Debería haber descontado de las VUT registradas aquellas que lo hacen por cambio de uso terciario a cambio de uso terciario hotelero», afirma. Es decir, que el equipo técnico municipal pasó por alto que una gran parte de las viviendas turística procedían de bajos comerciales y no viviendas.
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Sin embargo, tras descontar este aspecto, el resultado es que las viviendas familiares sustituidas por turísticas, desde noviembre del año 2018 al 31 de diciembre de 2024, se han calculado en 363 viviendas familiares, según explica el profesional en su análisis. «Esto significa que se han sustraído una media de 60,5 anuales de viviendas familiares, en seis años», subraya.
Para el perito, no obstante, esta cifra no refleja un impacto suficiente que justifique la suspensión de nuevas licencias. «No justifica su causalidad en estas razones imperiosas de interés general: la protección del entorno urbano y el acceso a la vivienda», señala. En aras de esas dos razones, el Ayuntamiento incorporó cuatro informes de justificación cuyo contenido y argumentación son evaluados por el perito, a petición de Aptur, en el marco del recurso contencioso-administrativo interpuesto contra la suspensión de conceder nuevas licencias.
Otro de los aspectos que aborda el dictamen es el del impacto real sobre el incremento de los precios en el mercado del alquiler residencial. «En el escenario más desfavorable, la hipótesis de estimación sobre las VUT registradas, el impacto de las VUT en el precio de la vivienda en alquiler (2,27%), sería nueve veces inferior a la propia inflación (18,4%), en el período analizado», explica el perito, quien sostiene que la situación más consistente es que el impacto de los pisos turísticos (con un aumento de los precios del 0,53%), en el precio de la vivienda en alquiler (que subieron un 62,3%) sería del 1,8% sin descontar la inflación. «Es decir, la actividad de las VUT son causantes del 1,8% del incremento total de los precios de las viviendas en alquiler desde el año 2018 al año 2024, en la ciudad de Valencia», agrega el perito.
El perito insiste en que estos datos no otorgan al consistorio de María José Catalá motivos de peso que justifiquen la suspensión que la patronal ha recurrido judicialmente. «Considera este perito nuevamente que atribuir a las VUT el impacto en el entorno urbano y acceso de la vivienda en Valencia, carece de fundamento y es desproporcionado», destaca.
«No se pierden hogares»
En su análisis, el perito cuestiona el informe de Castroconsulting en el que se basa el Ayuntamiento. «Hace especial hincapié en la pérdida de población y en la sustitución de la misma por causas inferidas a la terciarización», explica y añade que el redactor del acuerdo «no repara en los errores conceptuales y de cálculos» del mismo informe.
Según indica, la ciudad de Valencia no pierde población, ya que ha ganado 32.927 habitantes entre el año 2018 y el año 2024, lo que significa un crecimiento del 4,16%. En el distrito con mayor número de VUT Ciutat Vella, ha aumentado el 10,26%. En el conjunto de la ciudad, 17 de los 19 distritos ganan población, según el perito.
«El equipo externo comete varios errores metodológicos. De sus propios datos se entiende que el fenómeno que se produce en Valencia es de una gentrificación clásica de su centro urbano», subraya. Según indica, se sustituyen familias mayores de 45 años, con mayor poder adquisitivo y menor número de habitantes por hogar, por familias en edad de procrear. «Se sustituyen familias locales por familias extranjeras con mayor poder adquisitivo, pero no se pierden hogares. Entre el año 2018 y el año 2024, la ciudad ha crecido el 7,48% en número de hogares», agrega. Este crecimiento se ha producido en los 19 distritos de la ciudad.
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