Pedro García Aguado: «Tenemos que aprender a parar y a aburrirnos»
El coach que presentó el progrma 'Hermano mayor' asegura que «el mayor riesgo para las adicciones está en las personas que no se conocen a sí mismas» I El especialista defiende que los centros edicativos dispongan de programas de prevención para el uso saludable de las pantallas
El coach Pedro García Aguado, exwaterpolista olímpico y exadicto al alcohol que protagonizó el programa 'Hermano Mayor', es un especialista en el acompañamiento a familias ... en las que se han asentado las adicciones y las conductas tiránicas de los hijos. Esta semana visitó Valencia para participar en la presentación del Proyecto FES para la prevención de adicciones comportamentales para adolescentes y familias. En conversación con LASPROVINCIAS da a conocer algunas claves para comprender a los hijos y para que las familias estén formadas.
–¿Qué nos falta, qué nos lleva a caer en las adicciones?
–Esa sería la clave preventiva mayor. Es cierto que la insatisfacción nos lleva a desarrollar conductas evita ticas, a decir: no me siento bien, quiero salir de este estado anímico. Pero sí no tengo buena inteligencia emocional probablemente no sepa afrontar la tristeza, la depresión, el enfado, la ira o los desengaños amorosos. Nos falta educación emocional ante situaciones difíciles.
–¿En esta sociedad de la opulencia cómo puede ser que nos sintamos tan insatisfechos?
–Que te sientas de una manera o de otra no tiene que ver con lo que tienes, sino con lo que sientes ante lo que te sucede. Quizás a mayor abundancia menor capacidad de disfrutar de las cosas y tal vez esto tiene que ver con que no te enseñen cómo tengo que afrontar la adversidad. Hay que tener en cuenta que si no enseñamos a nuestros hijos a retardar la recompensa, seguramente tengan mayor predisposición a sentir insatisfacción. En ello hay un factor genético.
–¿Sí?
–Dicen que es el determinante. Puedes beber mucho, jugar mucho, pasar mucho tiempo en las redes o en Internet. Si no tienes el factor genético abusarás, pero no tendrás dependencia.
–¿En este momento cuál es el mayor riesgo de adicciones?
–Yo, que soy adicto recuperado, entiendo la adicción como un todo. La persona adicta va a desarrollar la conducta abusiva con videojuegos, con redes, uso de internet, con las compras, si toma drogas legales o ilegales. No hay un peligro grande en lo externo, si no nadie podría jugar, ni tener videojuegos, ni tomar alcohol. El mayor riesgo está en las personas que no tienen un conocimiento sobre ellos mismos y sin darse cuenta pueden caer en una adicción si no saben que son impulsivas, que tienen cero tolerancia a la frustración, no saben motivarse y necesitan estímulos extra.
–¿Es posible empezar de nuevo?
–Siempre. Si no hay una patología muy grave y aún así. Habría que diferenciar entre la enfermedad de adicción y otras patologías mentales. Se puede convivir con dos enfermedades mentales, por ejemplo esquizofrenia y adicciones. Si tienes una buena regulación médica, la esquizofrenia la puedes controlar, y de la adicción se sale sí o sí haciendo un buen tratamiento, de alta exigencia y con una duración mínima de tres años.
–¿Somos adictos al trabajo?
–Si consideramos la adicción como necesidad, creo que nadie desarrolla la necesidad de trabajar para calmar el malestar. Somos adictos a no sentir, a huir de lo que nos pasa. Tenemos que aprender a parar y a aburrirnos.
–¿Las redes sociales sí o no?
–Sí bien llevadas. No demonizo nada, ni siquiera el alcohol que tanto problema me trajo. Soy partidario de sí a una edad adecuada y con un acompañamiento adecuado. Vengo a hablar de un programa de prevención para jóvenes y familias. Como padre, cuando le pongo a mi hijo el terminal móvil y le digo que se abra una red social, tendré que saber qué red y qué impacto está teniendo sobre su modo de pensar y comportarse. Pero red social, te doy el teléfono y espabílate, no, porque puede caer en riesgos.
–¿La familia es esencial para prevenir y para curar?
–Es muy importante. Ahora hay muchos tipos de familia y la mía era de las desestructuradas, pero cuando necesité ayuda tanto por un lado como por otro, estuvieron. El hecho de que la familia sea red de apoyo, cualquiera que sea el tipo de familia, es importante, pero entendiendo cuál es el valor de la familia. Pero, claro, como padre y como madre tenemos que formarnos para acompañar mejor a los hijos.
-¿La clave está en la formación?
–Sí, además hay que entender que en ocasiones seguimos educando a nuestros hijos para un mundo que ya no existe, el mundo ha cambiado.
–¿Qué papel tienen los centros educativos en el ámbito de la prevención de adicciones?
–Deberían tener programas de prevención para hacer uso saludable de las pantallas y promover hábitos de ocio apartados de las pantallas. También que las familias se formen en la irrupción de las nuevas tecnologías.
–¿Hay que implicar a los centros?
–Totalmente. Y no sólo centrarse en los jóvenes, también en las familias, muy necesitadas de formación y de información. Nosotros somos analógicos, tuvimos la suerte de aprender a esperar para ver una foto, pero yo no puedo juzgar a mi hija que se pone nerviosa porque tiene que esperar. Ella no lo ha aprendido, no lo ha necesitado.
–¿Tememos al fracaso, no hemos aprendido que del fracaso se aprende?
–Yo lo aprendí con el deporte. Nosotros perdimos muchas finales antes de llegar el oro. Ganamos mucha plata, pero perdimos mucho oro. Si el deporte no me hubiera enseñado eso, no sé cómo llevaría ahora mi vida. Pero es cierto que hay una generación de chicos y chicas cuyos padres han pensado que lo mejor era sobreprotegerles, no permitir que se equivocaran y así no se aprende a gestionar la frustración, lo cual puede llevar a reaccionar con violencia cuando las cosas no salen como quieres de manera que se desarrollan conductas tiránicas en el hogar. De ahí no todos van a salir adictos, pero los que no sepan gestionar la frustración querrán huir de esa situación.
–¿Hemos sobrevalorado el éxito, lo hemos considerado como lo que no es?
–Lo hemos definido como algo que no es. El éxito en la sociedad actual para nuestros jóvenes puede ser tener muchos seguidores en las redes, tener cierto éxito de reconocimiento social y no tanto que el éxito es estar bien contigo mismo. El gran error está en confundir felicidad con placer. Se trabaja poco en la felicidad, que es algo más continuado en el tiempo y tiene que ver con neurotransmisores como la serotonina y la oxitocina.
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