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La reforma del hospital de crónicos Doctor Moliner de Serra está trayendo muchos dolores de cabeza y polémicas, tanto a Sanidad como a los ... pacientes, familiares y profesionales. A partir de este verano, cuando el centro cierre sus puertas durante cinco años para comenzar las obras, los enfermos serán trasladados y se redistribuirán en cuatro partes. Los que necesiten más cuidados frecuentes irán a uno de estos tres hospitales: el Padre Jofré, el reformado hospital Militar de Mislata y en agosto al hospital Arnau de Vilanova, ya que se ha descartado que vayan al edificio de Enfermería de la antigua Fe, según el sindicato CSIF. Y con los pacientes que no requieran atenciones varias veces al día, se plantea también la hospitalización domiciliaria. Es decir, llevarlos a su casa y que sean atendidos allí.
El problema al que se enfrenta Sanidad es a la falta de espacio libre, ya que las 186 camas de las que dispone el Moliner dejarán de estar disponibles en julio (y desde el 16 de abril ya no están aceptando nuevas altas). Pero entre los tres hospitales habilitados para reubicarlos no hay suficientes habitaciones. Por eso se ha activado esa opción de la Unidad de Hospitalización Domiciliaria, aunque en principio sólo se podría realizar con aquellos enfermos que no precisen una atención constante de profesionales, ya que de lo contrario se pueden complicar con infecciones al no tener un sanitario cerca. Además, Sanidad también ofrece la opción de llevar 24 camas del hospital de Manises a Mislata para ampliar el servicio.
En concreto los plazos que se han marcado son que en julio ya tienen que estar los pacientes del Moliner trasladados en los otros centros. En agosto será cuando empiecen las obras en el Moliner y en septiembre se producirá el traslado oficial al nuevo complejo de Mislata. Por eso antes, tanto en julio como en agosto, el Padre Jofré y el hospital Arnau de Vilanova acogerán enfermos. Este segundo centro lo hará sólo durante el verano, sobre todo en agosto, aprovechando que cierra algunas camas al bajar la actividad hospitalaria, y sus pacientes irán a Mislata ya en septiembre.
La dirección del Moliner se ha reunido este miércoles con los trabajadores del centro para informar de las medidas que se van a llevar a cabo, entre ellas esta opción de mandar a algunos pacientes a casa, para que una vez al día vaya un equipo médico a curarlos. Algo que se hace de forma habitual en todos los hospitales pero que en este caso preocupa a los profesionales por si se lleva a cabo de manera más numerosa al carecer de camas suficientes para dejar ingresados a los que proceden del Moliner.
Junto a esta opción, está también la del hospital Padre Jofré, que va a ampliar su capacidad. En las últimas semanas, como informó este diario, los técnicos estaban estudiando cuántas habitaciones se podrían duplicar, y finalmente van a ser 30 en las que se coloque una cama más, separada por una cortinilla. Es decir, se reduce la intimidad y el espacio para los familiares en pacientes que son crónicos y de larga estancia. Los operarios están ya instalando incluso los interfonos junto a cada nueva cama en estas habitaciones dobladas para avisar al personal.
Además, las obras en el hospital Militar de Mislata están a punto de acabar en su primera fase y el centro podrá acoger a pacientes crónicos este verano, cuando cierre el Moliner. Las habitaciones disponibles ahora serán 78, pero en principio eran sólo 40 las destinadas a crónicos, ya que las otras 38 eran para salud mental, según anunció el conseller, Marciano Gómez, en febrero. No obstante, en la reunión del Moliner de este miércoles se ha hablado de contar con las 78 para crónicos.
El otro centro donde estaba previsto que también fueran algunos pacientes del Moliner era la antigua Fe, en concreto en la escuela de Enfermería, donde iban a realojar a más de una veintena de enfermos. Pero se ha descartado, ya que están justo en una etapa en la que las obras son constantes en el recinto por la demolición de los diversos edificios, ya que tras derruir el pabellón principal, ahora van a hacer lo mismo con el de Rehabilitación y Maternal, por lo que no parece un lugar idóneo para albergar a pacientes por el ruido, el polvo y las molestias que originan estos trabajos.
Aun así, con el espacio que ofrecen estos tres centros, harían falta en torno a 40 camas más para cubrir las que tiene el Moliner, y lo que critican los profesionales es que pueda llegar a ser ese número de pacientes los que manden a casa para atenderlos de forma domiciliaria. Una circunstancia que desde el centro explican que no será así, y que sólo se hará con los casos que cumplan los criterios médicos para poder darles el alta con seguridad. Incluso se valora la opción de los centros privados para poder derivar a enfermos si fuera necesario.
Y además de los enfermos, a estos centros se van a trasladar también los profesionales. Hace unos días la dirección del Moliner dio una carta a los empleados en la que se les daba a elegir uno de estos tres hospitales para ser redistribuido por un periodo de cinco años, mientras duren las obras en Serra. Por el momento no se ha informado de los criterios que van a primar para derivar a los pacientes a uno u otro centro.
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