Borrar
Urgente El nuevo precio del tabaco desde hoy, en el estanco y con recargo: cambia en Marlboro, Chesterfield o Phillip Norris

¿El violador soy yo?

la guerra por mi cuenta ·

Esa misma izquierda que nos llama a todos violadores es la que abomina del agravamiento de las penas a quienes de verdad violan

CARLOS FLORES JUBERÍAS

Miércoles, 18 de diciembre 2019, 07:43

Si no la han escuchado ya, lo harán a buen seguro en breve. Y si tienen la discutible fortuna de hacerlo en directo, incluso podrán sumar a la experiencia de escuchar su letra y apreciar su coreografía, la inquietante sensación de que los dedos acusadores de quienes la entonan se dirijan unánimes contra vd., al tiempo que un estruendo de voces enardecidas le escupen a la cara: «¡el violador eres tú!».

Me refiero, cómo no, al himno feminista recientemente importado desde Chile, y que en nuestra ciudad interpretaron días atrás varios cientos de militantes congregadas -seguro que por casualidad- sobre las escalinatas del Puente del Mar que dan a la nueva sede del Partido Popular.

Admito que en contextos donde la incidencia de la violencia sexual contra las mujeres sea tan alta como en algunos países latinoamericanos, y en donde la pasividad -cuando no la abierta connivencia- de las fuerzas policiales con éstos y tantos otros crímenes sea endémica, incluso esa acusación hiperbólica -nada menos que violación-, genérica -el ritual se lleva a cabo con los ojos tapados, dando a entender que poco o nada importa a quien se esté señalando- y por supuesto infundada, podría ser admisible. Pero en un país como España, donde desde hace décadas el sistema educativo tiene entre sus principales objetivos la erradicación del sexismo; donde las administraciones públicas destinan cada año ingentes cantidades de dinero para luchar contra la violencia contra las mujeres; donde existen juzgados y fiscalías específicamente destinados a ello; y donde cada día miles de policías y guardias civiles velan por la seguridad de las mujeres, clamar que «El Estado opresor / es un macho violador» constituye un insulto a la inteligencia. Y corear «El violador eres tú / La Policía / Los jueces / El Estado», un insulto sin más.

Pero es lo que cierta izquierda, anclada todavía en los arcanos del pensamiento marxista, lleva toda la vida haciendo. Congénitamente incapaz de creer en la libertad -y por lo tanto, en la responsabilidad- del individuo, no tiene más alternativa que acabar socializando desde la generosidad hasta la culpa. Es la izquierda que meses atrás rechazaba las donaciones de Amancio Ortega argumentando que la lucha contra el cáncer no era cosa que concerniese a un individuo sino al sistema sanitario público. Y que desde las mismas premisas ideológicas sostiene que del delito no es responsable solo su perpetrador -es decir: quien libre y voluntariamente decide saltarse todas las normas morales y legales para agredir a otro- sino el sistema entero que supuestamente lo educa, lo estimula, lo encubre y lo justifica. Y en consecuencia, que el castigo no debería quedar restringido al criminal, sino extenderse -o más bien repartirse: recuérdese que esa misma izquierda que nos llama a todos violadores abomina también del agravamiento de las penas a quienes de verdad violan- a todos y cada uno de los miembros de la sociedad en tanto que cooperadores necesarios.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias ¿El violador soy yo?