Borrar
Lotería La pedrea de Eurodreams reparte en España cientos de premios en el sorteo de este jueves

Las grandes preguntas

Tienda de campaña ·

Las elecciones andaluzas han puesto sobre la mesa hondas preocupaciones nacionales de las que nadie habla

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Martes, 4 de diciembre 2018, 09:40

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Pocas veces se había visto cosa igual. Las cátedras y los púlpitos, los foros y las academias... todos se estaban ocupando de la cuestión palpitante: ¿el patinete es un juguete o un vehículo a motor?

Y estando en esos graves asuntos, llegaron las elecciones andaluzas y el PSOE perfiló unos resultados que le invitan a dejar el poder, mientras el centro derecha se sitúa en posición de gobernar después de 36 años. Con todo, la gran noticia ha sido Vox, el partido de la extrema derecha, que acaba de poner el escenario político-periodístico patas arriba, en plena Semana de la Constitución.

Se veía venir. Se temía tanto, o más si cabe, que la evidencia creciente de su irrupción parlamentaria en la región más poblada. Se empezó a presentir, sobre todo, cuando Pedro Sánchez se puso en manos de extremistas de izquierda e independentistas radicales para sacar del poder a Mariano Rajoy; cuando empezó a gobernar en precario entre bandazos y alardes de oportunismo y populismo. En la medida en que dejaron de hablar de los asuntos importantes, los partidos, y no solo el PSOE, estaban abriendo las puertas a una formación que tocara las fibras más sensibles y asustadizas de la sociedad española: el equilibrio de los poderes en democracia, la unidad nacional, el exacerbado papel de las autonomías, la debilidad del Estado, la inseguridad jurídica, la banalidad y el descrédito de la política... han terminado por componer un cóctel que ha dado alas a una formación de extrema derecha que exhibe un programa a base de reacciones ante sensaciones nada agradables.

Desde el 15 de mayo famoso, las dos grandes formaciones nacionales, PP y PSOE, vienen dando muestras sobradas de insolvencia a la hora de abordar, juntas como era su obligación, una serie de respuestas eficientes a las grandes preguntas nacionales: desde el desafío catalán al descrédito de la Justicia, desde la corrupción a la frivolidad de una vida política basada en los mensajes en la red, España es un erial, vacío de ideas serias y reformas necesarias, donde dan brazadas políticos que cada vez manifiestan un más bajo nivel. No debe extrañar que una sociedad mal educada políticamente se decante por formaciones de oportunidad y abandone a dos partidos que envejecen a fuerza de perder y más perder. Para colmo, el alejamiento de miles de electores de las urnas hace más fácil la llegada de oportunistas radicales. El PP, el domingo, brindaba por su éxito... y puede llegar a gobernar Andalucía con mitad de escaños que conquistó hace doce años.

Se aleja, según parece, el adelanto de las elecciones generales. Se va a olvidar también cualquier tentación de adelanto de las elecciones autonómicas valencianas. Se va a buscar, en Valencia, a un candidato del más alto nivel posible. Y mientras aumentan las dudas sobre qué hacer con el estado de las autonomías, se va a hablar, hasta la náusea, de ese nuevo partido, Vox... lo que no hará sino aumentar el eco de su súbita irrupción en escena.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios