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Urgente Bertín Osborne y Taburete, entre los artistas de los Conciertos de Viveros 2024

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Después de todo, resulta bastante probable que Cifuentes no tenga el susodicho máster en Derecho Público del Estado Autonómico, que tanto ha dado que hablar durante las últimas jornadas. O lo que es lo mismo: que lo tenga sin haberlo obtenido (lícitamente). Pero, lo que está claro es que, a estas alturas, y pese al ejército asesor del que dispone, al menos ya debería contar con sus 53 años académicos en el 'Posgrado de la Supervivencia Propia'. Un entrañable curso básico para la vida, tan gratuito, público y universal, como dispar, del que gozamos, a la par que padecemos, todos los mortales.

Si hubiese estado mínimamente atenta a semejantes lecciones vitales debería haber presagiado, en un santiamén, que las mentiras tienen las patas muy cortas. O lo que es lo mismo: «que se coge antes a un mentiroso que a un cojo». Y, sobre todo, que la soberbia pública rara vez es buena consejera. Quizá, si hubiese asistido a las clases de tan elementales enseñanzas, tampoco hubiera osado jamás subestimar el vigor de ese cuarto poder que, cual madre con zapatilla -o papeles- en mano, insistentemente le insinuó que «el que avisa no es traidor». Aunque, para predecir su final político, le hubiese bastado con empollar, de verdad, a aquel influyente filósofo alemán que tan acertadamente anunció: «lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti».

Pero, tal vez sea que estamos todos los demás un poco demodé lingüísticamente, pues «presencial» y «concluido» ahora parecen haber hecho un trasvase conceptual con su fiel antónimo. O, también es probable que el castizo refranero español esté desterrado de esas aulas políticas en las que sólo conquistan las recientes incorporaciones a la jerga popular del «todo es falso, salvo alguna cosa». Porque, de lo contrario, no se entiende que Pablo Casado no estuviera ya previendo aquella decrépita lección del «cuando las barbas de tu vecino (o posible predecesor) veas cortar...».

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