Una violinista rusa, encarcelada por formar parte de un grupo criminal

Todo comenzó cuando, a través de un familiar, le pidieron ayuda para efectuar una traducción en un encuentro de negocios entre ciudadanos españoles y rusos y ella acudió a esa cita.

Sin embargo, el auto del juzgado número 3 de Alicante sostiene que tanto ella como otras dos personas «se habrían concertado para conminar en contra de su voluntad y con empleo de medios violentos a dos personas a efectuar un pago de cuatro millones de euros en criptomonedas y previo encargo de terceros«. De este modo, continúa señalando el auto, »llevaron a efecto el secuestro de dichas personas tras intimidarles con una pistola uno de los intervinientes y haciéndose pasar dos de ellos por policías«. Así, hay abierta una causa por presunta detención ilegal y presunta pertenencia a organización criminal. El juzgado apreció riesgo de fuga por los delitos que se le atribuyen. Además, la Audiencia Provincial de Alicante desestimó el recurso de apelación solicitado por los abogados de Natalia y confirmó la decisión del juzgado con respecto a la prisión provisional.

Esta versión es rechazada de plano por los representantes legales de la violinista, quienes apuntan en su recurso que Natalia «no ha formado ni forma parte de ningún grupo criminal». Añaden que, «muy al contrario, cuando el día 19 de junio, Natalia se subió a un vehículo para servir de interprete de ruso entre éste y dos personas que se subieron a él con ella,(...) al que mi defendida no conocía de nada hasta el sábado, 18, era desconocedora de lo que iba a suceder posteriormente, quedando sorprendida y atrapada en una situación provocada por dichas personas sobre la que ella carecía de cualquier posible control ya que, ante la imposibilidad de salir del vehículo, decidió reaccionar intentando calmar a los presentes en ese momento, pero sin ánimo alguno de amedrentar o amenazar a nadie».

El representante legal agrega de que una prueba de que Zhigulina «no se sentía partícipe de los hechos protagonizadas por las personas que se hicieron pasar por policías (...) ni tampoco integrante de ningún grupo criminal organizado con ellos es que, desde el primer momento, y sin necesidad de ningún tipo de presión, ha colaborado de forma espontánea con los investigadores de la Guardia Civil, aportando todos los detalles que recordaba de todas las personas que estuvieron con ella los día 18 y 19 de junio y, además, los ha reconocido cuando se les ha mostrado fotográficamente, logrando con ello que pudieran ser identificadas y, por tanto, localizadas por dichos agentes».

Por tanto, puede considerarse, según su abogado, «no solamente decisiva la colaboración de la señora Zhigulina sino también un fuerte indicio de su falta de integración en la presunta organización o grupo de todas esas personas a las que había conocido únicamente unas horas antes de que fuera detenida».

Sus representantes han pedido la salida de prisión de Natalia alegando que no tiene nada que ver con los hechos: «Ella no ha matado una mosca en su vida. Ni siquiera tiene una multa de tráfico». Han recordado que Natalia trabajaba, «porque ha sido despedida», en un centro musical en la localidad de Albuixech y colaboraba con diferentes orquestas, por lo que esta situación «también le está generando un grave problema económico. El mejor resumen es que estaba en el momento equivocado en el sitio equivocado».

Para manifestar el apoyo a Natalia, entre 20 y 30 músicos participarán este domingo en un concierto en el centro penitenciario en el que se interpretarán obras de autores como Shostakovich y bandas sonoras de películas y series como La vida es bella, Titanic, Juegos de Tronos y Moon River, entre otras.

Quienes la han visitado han destacado que la dirección de la prisión de Fontcalent «está encantada con Natalia, que está dando clases de música y también apoya a los enfermos mentales. Por lo bien que se relaciona, eso no cuadra con un perfil criminal».