Una mujer permanece seis meses con una gasa infectada en el estómago tras una operación
Corrió riesgo de morir por las consecuencias que le produjo y Sanidad deberá pagarle 34.000 euros
La habían operado unos días antes pero tenía mucho dolor en el estómago. Incluso apareció un bulto que cada vez estaba más hinchado. Así permaneció una mujer durante seis meses tras una intervención quirúrgica en un hospital valenciano, hasta que un TAC confirmó que en la operación se habían dejado una gasa dentro del cuerpo de la señora y ahora se le había infectado. Tuvieron que volver a intervenirla para retirarle esa gasa, pero durante ese medio año incluso corrió riesgo de haber muerto por la infección producida.
Por este caso, que los informes médicos determinan que fue un error de la intervención hospitalaria, Sanidad deberá indemnizar a la mujer, de 47 años, con 35.000 euros, tras el dictamen que ha realizado el Consell Jurídic Consultiu de la Comunitat por esta deficiente asistencia.
La operación fue en enero de 2023, y se trataba de una histerectomía, es decir, una cirugía para extirpar el útero. Una intervención que presentó algunas complicaciones. Pero en el quirófano no realizaron bien el contaje de las gasas utilizadas y se olvidaron una dentro de la paciente. Desde entonces, la mujer empezó a sentir gran dolor y no consigue recuperarse de la intervención. Pero, como consta en el escrito de denuncia, pese a tener un bulto evidente en la zona operada, no le realizaron ninguna prueba.
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Sólo cuando ya el dolor se hace casi inaguantable, el centro le da fecha para un TAC, que se lo realizan en agosto, medio año después de la operación. El resultado de la prueba refleja que hay líquido, gas y un aumento de densidad en la grasa adyacente, con cambios inflamatorios, por lo que detectan esa gasa infectada, que tenía unas medidas de 78x71x63 mm. Esa inflamación que había provocado este elemento, que estaba junto al intestino delgado, llegaba hasta la pared abdominal anterior y músculos anterior y recto.
Pese a la situación, aún tardaron otros cuatro días hasta operarla definitivamente para quitarla la gasa que se había quedado en su interior. La mujer había pasado seis meses y 16 días con ese material en su cuerpo. El informe médico detalla que al sacarla, «era una gasa putrefacta e infectada, que podría haber terminado con la vida de la paciente por sepsis en caso de no ser extraída».
Además, esto le provocó lesiones e importantes secuelas. Le tuvieron que extirpar el ovario derecho y le hicieron una resección del intestino delgado. Además, en la actualidad, más de dos años después, la mujer sigue teniendo dolor al movimiento, estreñimiento crónico, imposibilidad de coger peso y una cicatriz en forma de ancla tras las intervenciones.
Según el informe quirúrgico del hospital de la primera intervención, consta que el contaje de compresas fue «correcto», lo que refleja ese error del centro. Pero no era así, y la mujer pasó esos meses con la gasa en su interior, hasta que en julio fue a urgencias con un bulto en el abdomen, a partir del cual al mes siguiente le hicieron el TAC y la operación.
El informe médico pericial concluye que la asistencia sanitaria «no fue correcta en cuanto al olvido de material quirúrgico», mientras que la Inspección de los Servicios Sanitarios, en su informe destaca que la atención del servicio de Ginecología no fue correcta por «el olvido del material quirúrgico» y concluye: «Puede establecerse un mal funcionamiento de los servicios médicos de la Conselleria de Sanidad».
Además, la Comisión de Valoración del Daño Corporal también incide en este aspecto: «Se considera un error de la actuación sanitaria al permanecer una gasa en el interior, que más adelante ocasionó un gasoma infectado. Hubo una actuación deficiente». Por todo ello, el Consell Jurídic estima la reclamación de la paciente e impone a Sanidad una indemnización de 34.841 euros por este caso.