Las grandes cadenas hoteleras aterrizan en el Cabanyal y Ruzafa
Hilton y Sercotel preparan su desembarco en dos barrios auténticos con unos inmuebles de obra nueva que ofrecerán más de 80 habitaciones
Entre los polémicos apartamentos vacacionales, en numerosos casos irregulares, dos barrios cargados de identidad como el Cabanyal y Ruzafa reciben a grandes cadenas hoteleras. ... Está previsto que, a lo largo de los próximos meses, puedan abrir sus puertas dos voluminosos alojamientos de nueva construcción y más de 80 habitaciones. Las reconocidas firmas Hilton y Sercotel ultiman su desembarco en unas calles que cautivan por su autenticidad. Un par de proyectos que representan la creciente demanda de los empresarios del sector por hacerse un sitio en el corazón de los distritos de Poblats Marítims y l'Eixample. Las solicitudes de licencias de obras y las maniobras para la adquisición de estratégicos solares se amontonan.
En el Cabanyal y Ruzafa, donde la proliferación de pisos turísticos ha alarmado especialmente, se preparan para el aterrizaje de dos potentes cadenas hoteleras que asumen el reto de integrarse en la idiosincrasia de estos barrios.
Con cierto retraso partiendo de las previsiones iniciales, Hilton avanza en las obras del establecimiento de 84 habitaciones que se levanta entre las calles Mariano Cuber y Francisco Baldomar. La multinacional estadounidense, que hace de la exclusividad su carta de presentación, regresa a la capital del Turia 15 años después. Cabe recordar que la compañía americana bajó la persiana de su hotel junto al Palacio de Congresos en 2010.
«Esto va a revitalizar el barrio de una manera muy significativa. Además, para la ciudad es muy atractivo tener cadenas como esta. A Hilton, a un nivel un poco más bajo, le pasa lo mismo que a Four Seasons. Hay 'clientes Hilton'. Es decir, clientes que van a una ciudad sólo si hay un Hilton», comenta Luis Martí, presidente del Gremi d'Hotels de Valencia.
Este alojamiento, denominado Cuber House Valencia, anuncia elementos de diseño inspirados en el Cabanyal. El pasado mes de enero, el Ayuntamiento extendió al barrio marítimo, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), la suspensión de las licencias de edificación para la implantación de nuevos usos terciarios hoteleros. Mientras funciona la moratoria, el Consistorio ultima la nueva normativa que regulará las concesiones en toda la ciudad.

Los datos son rotundos. En 2024, en el Cabanyal, se dispararon las solicitudes de títulos habilitantes para establecimientos hoteleros con un total de 478 plazas. «Hay apetito de los inversores por buscar zonas con un valor añadido como son los barrios tradicionales», apunta Luis Martí. Se refiere también a Ruzafa.
Habla de una experiencia para los visitantes: «El Cabanyal y Ruzafa tienen un grado de autenticidad que los hace únicos. En ellos, hay mucho interés y sé que hay varios grupos que se están moviendo para comprar solares y esperar que la moratoria les permita abrir hoteles. Son dos zonas que tienen un sabor muy especial y donde puedes ir y encontrar todavía un barrio que no es el estándar de cualquier ciudad europea».
Saliendo de los barrios marítimos y acercándose al centro histórico de la ciudad, los turistas dispondrán de una vistosa alternativa en Ruzafa. Concretamente, entre la Gran Vía Germanías y la calle Cuba. La cadena Sercotel encara la recta final de la construcción de un hotel de cuatro estrellas, 85 habitaciones, skybar y piscina.
Un modelo que supone un salto respecto a los alojamientos que han imperado hasta ahora en Rufaza, que apostaban por el concepto de boutique. Es el caso del Yours, inaugurado en 2021 y ubicado a cien metros del Sercotel; o del Petit Palace, que aterrizó en 2004 en la calle Sueca para convertirse en el primer hotel del barrio.
A Martí, además, le consta un relevante proyecto pendiente de licencia en Ruzafa: «El turismo está cada vez más vinculado a la experiencia». El presidente del Gremi confía plenamente en la armonía con los vecinos tanto en l'Eixample como en Poblats Marítims.
«Un hotel que decide asentarse en un barrio de estas características sabe perfectamente dónde va. Y sabe qué tipo de cliente quiere atraer. Y va a esa zona precisamente para eso. Por tanto, los primeros interesados en que la convivencia sea perfecta son ellos. No vas a ir a un barrio tranquilo como el Cabanyal y vas a poner un hotel de 400 habitaciones y dos estrellas y llenarlo de despedidas de soltero, porque sabes que te vas a encontrar un problema. Te cargarías la razón de ser por la que has ido ahí», concluye Martí.
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