Los flamencos se mudan a la Albufera

Además, en esta ocasión se han concentrado al sur del parque natural, en los arrozales de Sueca y Cullera, según explica Mario Giménez, director de Seo-Birdlife en la Comunitat Valenciana. Esta ubicación no es casualidad. Han elegido la zona donde el parque se encuentra en mejor situación tras la dana del pasado 29 de octubre.

Estas aves eligen habitualmente los arrozales frente a Catarroja o en la parte norte del parque. Pero estos parajes son los que más han sufrido por el temporal de octubre por lo que se han desplazado hasta la zona sur del enclave que es donde se concentran en estos momentos, según explica Giménez que resalta que son visibles desde los puestos de cazadores.

La visita de la abundante colonia de flamencos el año pasado tuvo dos caras. Por un lado, sirvieron para atraer a gran número de visitantes al parque natural. El punto de observación del Racó de l'Olla llegó a registrar largas colas de visitantes durante las vacaciones de Navidad para observar de cerca a estas exóticas aves. Incluso se formaron atascos en la carretera del Saler como si fuera un fin de semana veraniego. Fue una forma de dar a conocer el paraje.

Esta fue la cara de la moneda porque la cruz la representaron los agricultores que vieron como les pateaban los campos de arroz y llegaban a destruir las cosechas. Los arroceros denunciaron que los flamencos están destrozando sus campos recién sembrados obligándoles a replantar con el gasto que esta operación conlleva.

Para hacer frente a esta amenaza los agricultores tuvieron que tirar de imaginación y pusieron en marcha varias iniciativas para proteger sus sembrados. Uno de los métodos más originales fue la instalación de cocodrilos hinchables en los campos. Se localizaron hasta cuatro o cinco. Pero no fue este el método más seguido por los arroceros que optaron por otros sistemas más convencionales para espantar a estas aves.

Una de las iniciativas más comunes fue la instalación de luces y señalizaciones similares a las empleadas en las obras por la noche para espantar a las aves. Varios campos en la Albufera las colocaron con una suerte desigual, ya que algunos sufrieron las consecuencias del paso de los flamencos pese a las medidas disuasorias.

Como constatan expertos de asociaciones como SEO/Birdlife estos ejemplares acuden al parque natural en busca de comida y descanso atraídos por temperaturas más templadas que en otros puntos de España y el mal estado de otros entornos por la sequía. Aunque es común también verlos en otras zonas húmedas del sur de la Comunitat Valenciana o de otras provincias como Málaga ya que no dudan en viajar de un lado a otro con frecuencia.

Los expertos señalan que el comportamiento habitual en estas aves es su continua movilidad. Explican que tienen un carácter migratorio y sus idas y venidas son continuas. Son capaces de viajar durante largas distancias de forma que teniendo su base en la Albufera pueden aparecer buscando comida hasta en el norte de África o en otros humedales del sur de la península ibérica. También van al Hondo en Elche o a Fuente de Piedra en Málaga.

Por otro lado, tienen una tendencia gregaria y si encuentran un sitio en buenas condiciones, se concentran». La desaparición o el mal estado de algunos humedales por la sequía de los últimos años ha hecho que estas aves se concentren en espacios en los que hay comida y puede estar confortablemente.

La razón por la que eligen la Albufera es porque aquí encuentran un alimento que no es accesible en otras zonas, según explican los expertos. Se puede poner el ejemplo de un restaurante. Si en un barrio hay tres restaurantes y uno cierra, los dos que quedan se benefician. Pero esto no quiere decir que los que permanecen se vuelvan mejores. De ahí que la presencia de estas aves no quiere decir que la Albufera esté mejor. Simplemente aquí encuentran comida y un hábitat confortable.