Educación abre la puerta a retrasar el inicio de curso en cuatro colegios afectados por la dana

Aunque todavía no se ha tomado una decisión definitiva, a la espera de si las empresas adjudicatarias pueden cumplir sus previsiones, la Conselleria de Educación ya ha abierto la puerta a que se produzca esta situación. Y ha sido el titular del departamento, José Antonio Rovira, el que se ha expresado en estos términos tras visitar el colegio público Malilla de Valencia, cuyas obras finalizarán este mismo año.

El conseller, preguntado por la situación, se ha referido a la existencia de «problemas que estamos terminando de ajustar» en tres de las localidades afectadas por la dana. Se trata de Massanassa, donde se sitúan los centros Ausiàs March -de Infantil- y Lluís Vives -de Primaria-, Alfafar, que acoge al colegio Orba, y Algemesí (Ceip Carme Miquel).

En cuanto a los dos primeros, ha reconocido que «las obras tuvieron un retraso en el suministro de los últimos materiales de cierre de la pastilla cuarta», en referencia a uno de los bloques de barracones que se destinará a aulas de Primaria. «El centro no son tres prefabricadas, sino una escuela infantil y un colegio unidos, de tres líneas», ha añadido Rovira, aludiendo a las dimensiones de la nueva instalación, situada en el polideportivo municipal. «Los retrasos se están intentando solucionar esta semana, y en cualquier caso estaríamos hablando de un día o dos para el inicio del curso, nada más, no estamos hablando de un retraso de meses», ha explicado Rovira.

En las últimas horas tanto la Ampa como el Ayuntamiento han publicado sendos comunicados sobre la situación. Las familias, que en días previos advirtieron de que no se podría empezar el día 8 tras visitar los barracones, han informado de que todavía no hay una comunicación oficial sobre el arranque, y no se descartan movilizaciones durante lo que queda de semana.

Por su parte, el Ayuntamiento ha puesto a disposición de la conselleria a técnicos y brigadas municipales para agilizar las tareas pendientes y que el estudiantado «pueda empezar cuanto antes y en condiciones de total seguridad». Además, se ha trasladado a los dos equipos directivos la posibilidad de ocupar cualquier espacio municipal en caso de que finalmente sea necesario retrasar la vuelta y «reubicar durante unos días al alumnado». Las mismas fuentes han señalado que este jueves está prevista una nueva visita de obras, y en función de la evolución de los trabajos se sabrá si finalmente la administración autonómica da la autorización de ocupación.

Desde el centro, por su parte, las últimas comunicaciones oficiales decían que se estaba a la espera de instrucciones de la conselleria, tanto en relación al arranque como al servicio de comedor. Y respecto al inicio, que su prioridad era que el alumnado «empiece en las mejores condiciones y de manera segura, no conviviendo con una obra sin finalizar y espacios sin acondicionar».

Por otro lado, José Antonio Rovira también se ha referido a «ajustes pendientes» en los centros de Alfafar y Algemesí, cuya fecha de inicio se podría retrasar un día, al miércoles 10, pues hay que tener en cuenta que la previsión inicial es empezar el martes 9 al ser el lunes 8 festivo de carácter local. Por último, el conseller ha dicho no estar preocupado al tratarse de una demora de días. «Sí lo estaría si estuviéramos hablando de un mes», ha sentenciado.

En caso de confirmarse el retraso en las labores de montaje, no sería el primero, para desesperación de las comunidades educativas. El curso pasado, al poco de adjudicarse la instalación, se trasladó que se podrían utilizar tras las vacaciones de Semana Santa, algo que no llegó a suceder en ninguno de los tres centros citados. Tampoco en el instituto Berenguer Dalmau de Catarroja, que estrenarán las prefabricadas el próximo lunes y también con algunas carencias.

Según explicaron en su día desde la conselleria, influyeron las dificultades para disponer de materiales o la necesidad de realizar obra civil (acometidas de agua y electricidad y soleras) en las parcelas cedidas por los ayuntamientos, cuyas decisiones, cambiando las ubicaciones originales (una vez en Alfafar y hasta tres en Massanassa) también influyeron en las previsiones.