Urgente La jueza de la dana cita a declarar al jefe de la emergencia 15 meses después de la tragedia
El centro comercial de Aldaya, casi desierto en su apertura este lunes. A. Checa

Bonaire cierra al empeorar el temporal tras abrir con apenas 20 tiendas en marcha

El centro comercial toma la medida por la tarde después de levantar las persianas a las 10 horas aunque con el parking subterráneo clausurado

Arturo Checa

Valencia

Lunes, 29 de septiembre 2025, 12:08

«Mira, en aquella terraza de la parte alta pasé la noche el día de la dana. ¿Miedo hoy? Bueno, tranquila no estoy, pero por ahora no llueve y no pinta mal». La frase es de la dependienta de una tienda de ropa juvenil que prefiere no dar su nombre. »Acabo de empezar el contrato...». Amanece en Bonaire, el centro comercial de Aldaya asediado por la riada, uno de los lugares más icónicos de la dana y que más hicieron contener la respiración a España y la Comunitat hasta que se consumó al menos una buena noticia entre tanto dramas: nadie había muerto en su inundado y embarrado gigantesco parking subterráneo. Y al poner un pie en el complejo, abierto desde las 10 de la mañana, lo primero que llama la atención en este lunes de alerta roja es eso: el aparcamiento situado bajo el centro comercial está clausurado.

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Barreras en los accesos desde el exterior y escaleras mecánicas bloqueadas para que nadie baje desde la galería comercial. Aunque es fácil que nadie lo haga. Apenas una docena de personas nos cruzamos en nuestra visita a Bonaire. «Sí, sí, estamos abiertos con normalidad, pero cada negocio ha hecho lo que ha querido. Abrir o no abrir», explican dos vigilantes de seguridad que patrullan el lugar.

Un grupo de turistas extranjeros, de los pocos visitantes este lunes al Bonaire. A. Checa

La apertura se ha prolongado hasta primera hora de la tarde. Han sido pasadas las cuatro de la tarde cuando el centro comercial ha decidido cerrar sus puertas. «Como medida preventiva ante la situación meteorológica del día de hoy, la galería comercial del centro comercial Bonaire se encuentra actualmente cerrada. Para Bonaire la seguridad es nuestra máxima prioridad y hemos tomado todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de nuestros visitantes, trabajadores e inquilinos», han asegurado en su página web.

Aunque lo cierto es que la apertura inicial del recinto por la mañana se ha producido con la gran mayoría de negocios cerrados. Apenas poco más de una veintena de tiendas de las más de 200 que hay en el centro comercial están iluminadas y con las dependientas y dependientes dentro, más que vendiendo (que no) charlando o colocando el género. Nadie hay a quien atender. Apenas una mesa ocupada en el Starbucks que se sitúa en la entrada del lugar.

Llama la atención una cosa. Muchos extranjeros. ¿Se ha convertido Bonaire en un lugar 'turístico' tras la tragedia de la dana? Las palabras de Julien así lo insinúan. Charla relajadamente con otros dos amigos mientras uno de ellos degusta un Frapuccino. Son de Munich y pasan unos días en Valencia. «Les estoy contando que el agua llenó todo esto y que se inundó el parking. Es terrible», explica Julien de su conversación con los otros dos 'guiris'.

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Una de las entradas al túnel subterráneo, cerrada. A. Checa

Apenas llueve en el centro comercial en las primeras horas de la mañana de este lunes, pero aún así son contados los coches aparcados en el parking exterior. «Sin comentarios», responde el dueño de un negocio a LAS PROVINCIAS al interesarse sobre cómo va el día. Dos vigilantes nos preguntan «que qué hacemos». Es notable la presencia de más guardias jurados que un día normal. Y más recelo de lo habitual. Y dudas. «¿Abrimos o no abrimos?», espeta el hombre antes citado a las dos chicas de un negocio vecino. Una tienda de ropa de la que están subiendo la persiana. Unos minutos más tarde la persiana ya está a medio bajar.

El parking exterior del Bonaire, desierto. A. Ch.

El Alcampo cerrado, media decena de tiendas de ropa abiertas, el Starbucks y otro sitio de desayunos con la persiana levantada, Fnac con un dependiente ojeando un libro, la empleada de una tienda de joyas bajando la persiana apenas media hora después de haberla levantado... «A mí me han dicho que venga y yo he tenido que venir. Bueno, la gente que hay por aquí tendrá que almorzar», señala otro encargado de un negocio de bollería, bocadillos y repostería. El que no se conforma es porque no quiere.

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Sí hay un negocio cuya apertura llama la atención. Y con hasta cuatro personas esperando ser atendidas. La administración de lotería de Bonaire. Quizás por aquello de que la desgracia llama a la suerte. Cosas de la superstición. Y es que, Pedro Joaquín Cámara, el lotero, repartió en el pasado sorteo de la Lotería de Navidad hasta 200.000 euros de un cuarto premio. Muchos con décimos embarrados. Este lunes no está él y quienes despachan prefieren no comentar nada a la prensa. «Vivo en Aldaya y me he dicho, voy a comprar un número. Me podía haber pasado cualquier día pero he venido hoy», reconoce un cliente.

Camino del mediodía, la lluvia cae con algo más de fuerza sobre Bonaire. Julien y sus amigos de Munich pasean por una desangelada galería comercial. Pasan junto a la barrera y tela de protección que tapa la bajada en uno de los accesos al subterráneo. «Mira, ahí decían que habían cientos de muertos. Menos mal que no», apunta a sus acompañantes. Y se alejan hacia el coche en un desierto Bonaire que intenta vivir un día casi normal, en alerta roja, y con la mente puesta en aquella tensa y eterna noche del 29-O.

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