Bonaire y MN4 acumularon tanta agua como 53 piscinas olímpicas
Los parkings de los centros comerciales de l'Horta Sud funcionaron como tanques de tormentas y redujeron la riada
Sólo se escuchaba el ronroneo lento de las máquinas extractoras de agua aquella noche. Hacía frío, pero la verdad es que desde el 29 de ... octubre parecía que el frío se nos había metido dentro. Alrededor de Bonaire, sólo había controles de policía y camiones de bomberos trabajando en silencio. Aquella noche, tres días después de la barrancada, el parking se había convertido en epicentro de los bulos. Se decía que en su interior podía haber cientos de fallecidos, como si el drama que todos veíamos no fuera ya suficiente. Lo cierto es que en su interior sólo había unos pocos coches y miles de litros de agua. Millones. De hecho, en el aparcamiento de Bonaire y en el del MN4, en Alfafar, se acumuló tanta agua como la que cabe en 53 piscinas olímpicas. Los parkings de los bulos salvaron vidas.
Nadie puede decir, de primeras, que los aparcamientos subterráneos hicieran lo mismo. De hecho, decenas de personas fallecieron cuando, sin saber la ola que les venía encima, bajaron a sacar sus coches de los parkings de los edificios. Sin embargo, lo cierto es que lo hicieron. Según las primeras conclusiones del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex), en los aparcamientos subterráneos de l'Horta Sud se acumularon nada más y nada menos de 4 millones de metros cúbicos de agua. El 4,5% de esa cantidad fue a parar a los aparcamientos de Bonaire y MN4, de varios pisos de profundidad. En total, 180.000 metros cúbicos sólo en los dos aparcamientos.
Aquellas imágenes del agua hasta el techo, un agua oscura y llena de basura que sobresalía de las pendientes de entrada como lenguas que se adentraban en la oscuridad, poblaron las pesadillas de los valencianos. Y también del resto de españoles, que vivieron con el corazón en un puño las tareas de limpieza de los aparcamientos. Bomberos de todo el país ayudaron a las labores de retirada del agua, como hicieron con los coches acumulados en su interior o amontonados en otros parajes de pesadilla, como el túnel entre Alfafar y Benetússer. En ninguno de esos lugares, afortunadamente, falleció nadie.
En el caso del aparcamiento de Bonaire, lo cierto es que el centro comercial cuenta con un amplísimo espacio exterior donde estacionar, mucho más cómodo que el parking. En su interior, eso sí, se acumularon 130.000 metros cúbicos de agua, un agua que no llegó a Aldaia o localidades limítrofes. Se trata de un aparcamiento poco utilizado. Caso distinto es el del MN4, en Alfafar. Aunque a su alrededor hay varios restaurantes y tiendas o supermercados que ofrecen parking gratuito, sí es cierto es que muchos visitantes lo empleaban para ir a los cines o al resto de espacios del centro comercial. Aquella tarde, afortunadamente, nadie murió en su interior. Este aparcamiento acumuló casi 50.000 metros cúbicos.
Hasta que supimos eso, claro, vivimos asustados. El 3 de noviembre, cinco largos días después de la tragedia, este diario informaba de que en el interior del aparcamiento no había víctimas. Esperanza en medio de la oscuridad. Los bomberos publicaron más tarde vídeos de la inspección de los vehículos situados en el parking, con lanchas que surcaban el agua oscura y bomberos que, con linternas, alumbraban el cavernoso y fétido interior de los coches abandonados como arrecifes oscuros. Así lo confirmó Rafael Sancha, portavoz de los Bomberos de la Diputación de Huelva, una de las unidades que ha participado en el rescate: «Puede quedar un metro de agua pero los vehículos están totalmente revisados, señalizados y todos descartados. Hemos hecho una inspección ocular y se han revisado los coches, desde dentro y por debajo. Se ha revisado todo y no se ha encontrado nada».
En el MN4, las tareas fueron más lentas porque se averió una de las bombas extractoras del agua de la Unidad Militar de Emergencias. Con todo, los especialistas se adentraron en las tripas del centro comercial y, con gran riesgo para su salud, porque en los aparcamientos podía haber gases acumulados. Comprobaron también que no había fallecidos. Dos buenas noticias, por tanto, en medio de la desgracia.
Ninguno de los dos parkings ha reabierto todavía. Bonaire lo hizo en febrero, pero el aparcamiento todavía estaba siendo objeto de tareas de limpieza. La previsión es que abra este verano, pero todavía no tiene fecha. El del MN4 reabrirá el 17 de julio, y se prevé que lo haga ya con el estacionamiento subterráneo operativo. El retraso en la reapertura de ambas instalaciones da cuenta de la magnitud de la desgracia y de los daños provocados en los dos subterráneos, que acumularon agua suficiente para salvar vidas en l'Horta Sud. Lo mismo hizo la vieja cantera de Calicanto. Tanto es así que el plan de resiliencia de la Confederación Hidrográfica del Júcar estudia ampliarla para que en caso de riada pueda actuar como tanque de tormentas improvisado. A estos espacios, y a balsas de laminación en los terrenos agrícolas que rodean los barrancos, fía la CHJ los trabajos de lucha contra las inundaciones para que nunca más tengamos que esperar con el corazón en un puño a saber si en un parking hay fallecidos.
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