Denuncian riesgo de contagio por falta de medios en juzgados y sedes policiales
Abogados, policías y funcionarios se quejan de salas para entrevistas estrechas, falta de ventilación o aforos sobrepasados
«Infraestructuras en las que abogados asisten a detenidos o víctimas no disponen de las mínimas condiciones de seguridad ante el virus». Mientras la pandemia no da tregua, esta es la dura crítica que lanzó esta semana Agustín Ferrer, presidente del Consejo Valenciano de Colegios de Abogados (CVCA). Se refiere tanto a juzgados como a dependencias policiales y asegura que los problemas «son generalizados».
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Y no son los únicos profesionales que alertan de las carencias. Funcionarios y agentes corroboran los problemas: despachos en los que no es posible la distancia social, falta de ventilación, aglomeraciones en citaciones en sedes judiciales, entrevistas en calabozos en sótanos. Estos son los puntos negros.
Despachos muy reducidos
El consejo menciona algunos ejemplos: «Los cuarteles de la Guardia Civil de Villanueva de Castellón, Alberic y Carcaixent tienen despachos muy pequeños y no permiten la distancia social recomendada de 1,5 metros». Lo mismo sucede, lamentan, en el cuartel de la Guardia Civil de Almassora, «muy pequeño y sin ventilación». O en la Comisaría de la Policía Nacional de Castellón, «a pesar de ser un edificio de reciente construcción».
Como denuncian los juristas, hay comisarías y cuarteles que no han aplicado cambio alguno en sus instalaciones y siguen «como antes de la pandemia, con despachos pequeños cerca de los calabozos, sin atención a la distancia social o con una ventilación inadecuada».
Aglomeraciones en juzgados
Bruno Antuña es delegado de Justicia en el sindicato CSIF. Y pone este ejemplo: «En zonas como Massamagrell, Ontinyent, Moncada, Ontinyent o Paterna, en los juicios rápidos se cita a todo el mundo a la misma hora. Todos los juicios no se pueden celebrar a la vez, pero todos vienen en masa y se juntan en la entrada. Hay carteles que marcan un máximo de 15 personas, pero se juntan hasta 50». Ante el problema, «ha habido quejas a Justicia pero echan balones fuera». En el Registro Civil de Valencia, ahonda, «pasa todo el que quiere, con problemas de aforo». Además, los funcionarios «exigimos mascarillas FFP2 pero sólo nos proporcionan quirúrgicas».
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Problemas en Zapadores
Las críticas las elevan también policías nacionales. Estos son los problemas que aprecia en Zapadores Juan Antonio Torrente, de Alternativa Sindical de Policía (ASP): «La sala donde esperan los abogados es un 'hall' con dos filas de sillas, una zona de paso. No tienen un metro y medio de separación y están sin señalizar para dejar espacios vacíos».
Y va más allá: «El despacho donde se asiste a la lectura de derechos tiene dos mesas para detenido, abogado y el instructor o secretario. Entre ellos no hay mamparas», añade.
«El arrestado usa el mismo teléfono que emplean los guardias y luego, a darle al trapo», lamenta un agente
Según Torrente, hay otra cuestión que indigna a los policías. «Cuando hay un detenido positivo o bajo sospecha de contagio, el abogado suele no entrar tras ser informar de este hecho. Pero a los policías que participaron en su detención, y que en ese instante están ya en sus casas, no se les informa para que tomen las medidas oportunas».
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Cuarteles deficientes
Francisco Javier García, secretario provincial de Asociación Unificada de Guardias Civiles, en Alicante, apunta a los juzgados de Orihuela. «Hay dos celdas y allí se juntan detenidos de toda la Vega Baja. Llegan a acumularse hasta seis presos en cada una y sin ventilación, muy común en los sótanos. Las entrevistas con los abogados son frente a los barrotes, sin mampara, o de pie, de mala manera, en un pasillo». En la mayoría de juzgados alicantinos, resume, «no hay calabozos con salas de entrevistas con condiciones anticovid».
Carencias similares aprecia en los cuarteles de la Guardia Civil. Salvo en Torrevieja, «son muy pequeños, cuchitriles». En Pilar de la Horadada, por ejemplo, «viene el letrado y se atiende al detenido en la misma oficina donde se toma declaración a denunciantes. Mientras, los guardias nos levantamos y nos vamos a otro lado por falta de una sala de entrevistas adecuada». Si el arrestado quiere hacer su llamada, «usa el mismo teléfono que emplean los guardias y tenemos que ir luego pasando el trapo», ejemplifica.
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Un habitáculo en el sótano
Marián Rubí es responsable de Justicia en el sindicato Comisiones Obreras. Refiere deficiencias en Elche, donde el juzgado de guardia «toma declaraciones en un pequeño habitáculo del sótano, sin ventilación o espacio para la distancia de seguridad».
También en Instrucción 4 de Vinaròs, donde resuelven «con imaginación la falta de espacios adecuados». Este problema se repite «en sedes judiciales que tienen que compartir salas de vistas o cuyas salas de vistas no tienen el tamaño necesario».
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