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Un municipio de la Comunitat afectado por el despoblamiento. J. Signes
El Consell no da ayuda por despoblación a veinte municipios cuyo censo se hunde

El Consell no da ayuda por despoblación a veinte municipios cuyo censo se hunde

El fondo creado por el Consell deja fuera a localidades que pierden hasta una cuarta parte o casi la mitad de sus habitantes

Arturo Checa

Valencia

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Sábado, 17 de noviembre 2018, 02:44

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El Decreto 182/2018, del Consell emitido el pasado 10 de octubre es el que regula «la línea específica del Fondo de Cooperación Municipal para la Lucha contra el Despoblamiento de los Municipios de la Comunitat Valenciana». En total, más de tres millones destinados a combatir «la desertización humana en parte de nuestro territorio, lo que nos perjudica a todos, al conjunto de la Comunitat, no sólo a las comarcas afectadas directamente», como enfatizó el presidente de la Generalitat al presentar las ayudas. Una inversión de hasta 100.000 euros (cantidad máxima), aunque también de apenas 10.000, para 144 localidades. Pero muchos municipios de la región no se han quedado precisamente contentos.

Hasta 20 poblaciones cuyo censo se desplomado considerablemente en las dos últimas décadas no reciben ni un sólo euro del fondo antidespoblación fijado por la Generalitat. Así lo ha comprobado LAS PROVINCIAS al cruzar las cifras del Instituto Nacional de Estadística con la tabla de ayudas hecha pública la semana pasada por la Generalitat. Y entre algunas de las poblaciones marcadas por este olvido hay algunos enclaves tan afectados como Quatretondeta, que a pesar de perder casi la mitad de sus residentes (un 41%, como se ve en la tabla situada junto a estas líneas) no recibe ningún tipo de ayuda del citado fondo. U otros pueblos como Torrella, Bufalí o Sellent, que han visto como se evaporaba casi uno de cada cuatro habitantes, y que salen igual de mal parados.

Otros municipios, como Aín o Rugat, sobreviven pero de manera casi agónica, con un censo que apenas supera el centenar de vecinos. Y tampoco en este caso han sido escogidos por el Consell como uno de los destinatarios de fondos, a pesar de retroceder su padrón en los últimos 20 años entre el 16 y el 18%.

Como ya publicó LAS PROVINCIAS la semana pasada, la penalización que sufren los municipios con menor número de habitantes y con mayor éxodo residencial es evidente, a pesar de la incongruencia de tratarse precisamente de unos fondos destinados a combatir la despoblación. Y es que, las ayudas se conceden a aquellas localidades que cumplen cinco de seis criterios: densidad de población inferior a 20 habitantes, crecimiento demográfico menor o igual al 0% en 20 años, crecimiento vegetativo menor o igual a 10% en dos décadas, porcentaje de mayores de 64 años superior al 200%, proporción de dependientes en la localidad y la tasa migratoria. A la vista de la veintena de pueblos que, pese a su más que notable pérdida residencial, no reciben ni un céntimo de ayudas públicas contra la despoblación, parece evidente que los filtros de concesión de los fondos son más que perfeccionables.

En esta tabla se puede observar a las localidades peor paradas, es decir, poblaciones que han perdido más del 10% de sus vecinos en los últimos veinte años y no han recibido las ayudas contra el Despoblamiento:

Como ya desgranó este periódico, el municipio que más ayudas recibe, el máximo fijado por el decreto (100.000 euros) es Ayora, que sin embargo ha perdido únicamente un 3,5% de población en 20 años. Una caída de residentes tremendamente inferior a la que padecen los citados enclaves de Millares y Vallanca, los más golpeados por la lacra con la mitad de éxodo.

No hay más que irse a los extremos para constatar que algo falla. En la tabla de ayudas aparece Casas Bajas, a la cola en lo que a dinero se refiere con una inversión de 10.580 euros, pese a estar en la cúspide de la despoblación, con un retroceso de su padrón del 42,7% en 20 años. Por contra, Domeño, que ha crecido un 40% en 20 años (casi 200 vecinos más), se lleva una ayuda de 31.000 euros.

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