«No me voy a bañar. Me preocupa que pueda ser algo tóxico»

Allí permanece mezclado con la arena. Su presencia es continua pero no masiva.

Concha es una vecina de Cádiz que disfruta del gran libro de David Uclés 'La península de las casas vacías'. Ha tenido que hacer uso de la sombrilla al abrirse paso el sol.

«Sí. Estoy preocupada y no me voy a bañar por si se trata de algún producto tóxico», comenta.

A pocos metros de donde Concha disfruta de la vida, en el puesto de la Cruz Roja se alza la bandera roja. A los carteles que hay en los accesos y donde se recomienda no bañarse, se sube pues un grado más y se prohíbe el baño.

Los propios trabajadores de Cruz Roja están a la espera de que les digan si las personas pueden permanecer en la arena o incluso han de salir de la playa. «Espero que dejen estar al menos en la arena porque si no los niños no tienen dónde jugar», comenta una pareja mientras sigue su paseo.

Apenas hay un puñado de personas desperdigadas a lo largo de esta playa. Nadie se baña pero sí hay gente que pasea junto al material sin mucha preocupación.

El concejal Borja Bover recorre el paseo. A cada pocos metros le detiene una persona para preguntar. «Lo que tarden los análisis. 24 o 48 horas», explica. El mal menor ha sido que este episodio se ha producido con aún una ocupación muy escasa, pero es una dificultad más que añadir a la presencia y limpieza de cañas y a la regresión de la costa.

Por el momento la gente está siendo prudente, salvo alguna persona que sumerge sus pies en el agua, algo que no recomiendan desde los municipios afectados.