Los agricultores consideran que las medidas contra la sequía no beneficiarán al campo valenciano
Los regantes reclaman el 'kilovatio agrario' para abaratar los costes del riego
El paquete de medidas contra la sequía aprobado por el Gobierno central y que implica la movilización de más de 2.100 millones de euros no ha gustado a los agricultores valencianos. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) ha considerado que estas propuestas «apenas van a beneficiar al campo en la Comunitat». La salvedad, según señalan, puede ser algunos cultivos de secano, la ganadería y la apicultura. Pero los regantes se quedan fuera «pese a los efectos que la falta de lluvias ya está ocasionando».
La entidad que preside Cristóbal Aguado considera que las ayudas directas dirigidas a ganaderos y apicultores pueden significar un alivio, pero AVA cuestiona el fondo de 276 millones que el Gobierno aún no ha desvelado a qué cultivos y en qué zonas de España se aplicará por lo que considera que pueden no llegar a muchos agricultores en la Comunitat Valenciana.
Por otro lado, y respecto al aumento de la subvención de los costes de las pólizas de riego de sequía en cultivos de secano (hasta un 70% del total), «podrá beneficiar a las producciones que tienen una cultura de contratación porque el seguro funciona bien, como son los casos de la uva para vinificación y los cereales, pero, por el contrario, tendrá una incidencia mínima en otros como el almendro y el olivar (muy importantes en la Comunitat) donde apenas se contrata esta cobertura porque no se ajusta a las necesidades reales del cultivo».
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Además, la organización agraria señala que las ayudas fiscales directas y de liquidez se quedan «cortas». En esta línea, la asociación tacha de «tomadura de pelo» que el Gobierno sólo retrase el cuaderno digital de explotación cuatro meses (del 1 de septiembre de 2023 al 1 de enero de 2024) e insiste en «dejarlo en suspenso y repensarlo al menos hasta 2026, que es cuando la Unión Europea establece el plazo máximo para aprobarlo».
AVA también cuestiona la ampliación del plazo de tramitación de la Política Agraria Común (PAC) hasta el 30 de junio que había sido reivindicado por el sector agrario valenciano. Para la entidad, «es la evidencia del fracaso en la gestión de esta nueva PAC, ya que ni aumentando un mes el periodo de solicitud se podrá compensar el retraso que están comportando los problemas de la aplicación informática Sinapa de la Administración».
También es grave para la entidad la situación en la que se encuentra el regadío y hacia el que no va dirigida ningún tipo de medidas. AVA recuerda que los regantes que emplean agua subterránea han empezado a regar tres meses antes que el año pasado con el consiguiente costo energético y, además, han aumentado un 40% el consumo de agua. En este sentido, la organización agraria insiste en pedir un precio especial para el kilowatio agrario. También solicita permitir de manera indefinida dos cambios de potencia contratada al año y eliminar el tope del gas en el sector agrario.
En este sentido, Cristóbal Aguado ha advertido de que «2023 es un año muy seco y, aunque la Comunitat Valenciana no es la más castigada por la escasez de agua, gracias a que sus embalses están menos vacíos que en otras regiones españolas, las consecuencias negativas ya son evidentes».
El presidente de la asociación recalca que el mundo rural del interior de Valencia y Castellón, que se está vaciando, «es el que peor lo está pasando. En secano, la mayoría de los cereales ya se han perdido, mientras que se prevén hundimientos de cosechas en uva, almendro y olivar. Incluso se teme que muchas cepas y almendros se sequen hasta tal extremo que acaben muriendo o, en caso de salvarse por futuras lluvias, no recuperen su nivel de productividad».
Por lo que respecta a la ganadería, AVA-ASAJA lamenta que «la falta de pastos está obligando a los ganaderos a asumir sobrecostes en la compra de piensos y forrajes«. Estos alcanzan cotizaciones muy costosas debido a la conjunción de los problemas logísticos derivados de la pandemia, la guerra en Ucrania y la sequía. »Además, en aquellas granjas donde las balsas o los depósitos se han agotado ya han empezado a llevar cubas de agua, lo que encarece aún más los gastos», ha explicado.
Además, considera que en el regadío , además de los encarecimientos de los productos fertilizantes y fitosanitarios, «hay preocupación tanto por el descenso de los niveles de los acuíferos como por el coste de la energía eléctrica precisa para bombear hasta la superficie los caudales».
La organización agraria también ha alertado de que «la extraordinaria sequedad de los montes va a desplazar aún más la superpoblación de fauna salvaje hacia las zonas de cultivo en busca de agua y comida, creando aún más problemas de los que lamentablemente ya sufrimos».
