Castellón continúa con labores de prevención contra mosquitos en zonas de marjal, el Grao y los imbornables

La concejalía de Salud Pública en el Ayuntamiento de Castelló continúa las labores de control y prevención de mosquitos en distintos puntos del término municipal. Durante la última semana, los esfuerzos se han centrado especialmente en las zonas de marjal, el Grao y los imbornales distribuidos por toda la ciudad, considerados puntos «clave» en la estrategia de actuación.

Tras las últimas lluvias, los trabajos se concentran en las zonas donde existe mayor riesgo de proliferación de mosquitos, especialmente en aquellos puntos donde se acumula el agua y se generan condiciones óptimas para su reproducción, según ha indicado el consistorio en un comunicado.

El concejal de Salud Pública, Luciano Ferrer, ha destacado que «espacios como los marjales o los imbornales urbanos se consideran prioritarios en estas circunstancias, ya que actúan como focos potenciales para el desarrollo de larvas si no se interviene con rapidez».

«La lucha contra los mosquitos es un plan de prevención continuo, basado en la constancia, la planificación y el uso eficaz de los recursos de los que disponemos. Trabajamos todos los días en diferentes zonas de la ciudad para ser lo más eficaces posibles», ha apuntado.

En este sentido, el edil ha señalado que el actual contrato de control de plagas supone una «mejora significativa» respecto al heredado de la anterior administración: «El contrato anterior tenía un presupuesto de 55.200 euros. Lo incrementamos inicialmente hasta los 71.000 euros, lo que ya suponía un 15 por ciento más. Pero recientemente dimos un paso más y hemos aumentado la inversión hasta los 80.010 euros, un 26% más que el importe original. Es un esfuerzo presupuestario notable que demuestra nuestro compromiso con la salud pública y la calidad de vida en Castelló».

Los trabajos de campo se centran principalmente en la aplicación de tratamientos larvicidas con productos específicos diseñados para impedir la eclosión de mosquitos adultos. Estos productos se dosifican con «precisión» y se adaptan a las características de cada entorno, con el objetivo de «maximizar su eficacia sin comprometer el equilibrio medioambiental».

Además, cuando las condiciones lo requieren, se complementan estas medidas con tratamientos adulticidas. En estos casos se emplean insecticidas homologados, eficaces y seguros tanto para las personas como para el entorno natural. La combinación de actuaciones preventivas y correctivas permite minimizar el impacto de los mosquitos sobre la ciudadanía.

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