«Hay miedo y tristeza; evitaré los lugares públicos con mucha gente»

Samia El Amrani, 24 años, llegó el pasado 2 de noviembre a París. Estudiante de Farmacia por la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) hace dos semanas comenzó las prácticas de fin de carrera en una farmacia parisina. De nacionalidad marroquí, vive desde hace cinco años en Alicante y no tiene intención de regresar a la provincia. Quiere terminar sus prácticas, aunque reconoce que el viernes -la noche de los atentados- . se encontraba en «estado de shock». Ahora mismo el ambiente que se respira es de «miedo y de tristeza», por lo que tomará medidas de precaución y «evitaré los lugares públicos y con mucha gente».

Francisco José Gosálbez, de 21 años y estudiante de Periodismo en la UMH, tampoco piensa volver a casa. Natural de San Vicente del Raspeig, llegó a París en septiembre y la noche de la tragedia estaba en casa con una amiga. Iban a salir y se dirigían a Bastilla, donde habían quedado, pero recibieron un whatsapp avisándoles de los tiroteos. «No sabíamos qué pensar; claro que pasamos miedo».

Samia y José Francisco son dos de los 14 erasmus alicantinos que están en la zona de la tragedia. Tanto la UMH y como la UA se han puesto en contacto con ellos para verificar que están bien. Samia se encontraba la noche fatídica en casa con su hermana, pero una semana antes y, a la misma hora de los atentados, estuvo justamente en un restaurante situado a solo unos pasos de 'Le petit Cambodge', uno de los lugares donde los terroristas abrieron fuego contra los clientes.

«Para mí París era sinónimo de seguridad, ahora nunca va a ser igual. Hay tristeza, miedo e incomprensión. Estamos todos muy afectados. Nos hubiera podido tocar a cualquiera, pero la verdad es que ya no hay seguridad en ningún lado; solo hay que ser prudente durante un tiempo hasta que vuelva la normalidad», explica esta estudiante de Farmacia que tiene intención de quedarse hasta el 30 de abril cuando terminan sus prácticas.

José Francisco se dirigía a un bar con una amiga donde les esperaban unos conocidos, al lado de uno de los restaurantes de los atentados. «Gracias a unos amigos que nos enviaron un mensaje no fuimos. Mi amiga se marchó a su casa. Pasamos miedo por los amigos que estaban ahí y no podíamos concebir lo que estaba ocurriendo». Habla también de un «ambiente de inquietud muy extraña y de inseguridad, se ve en las caras que es un golpe duro para todo el país». «Cuando entras en un bar no paras de pensar que podríamos haber estado allí, pero no voy a volver a casa a pesar de que la situación es horrible, que ves el desastre y que tanta gente que ha fallecido. No puedes condicionar tu vida mediante el miedo», añade.

Las muestras de solidaridad recorrieron ayer todos los rincones de la provincia. Trabajadores, estudiantes, instituciones y ciudadanos en general guardaron minutos de silencio para condenar los atentados de y recordar a las víctimas. En Alicante se iluminaron por la tarde con los colores de la bandera francesa algunos lugares representativos como la fachada del Consistorio, la plazas de Canalejas y Gabriel Miró. Un homenaje para solidarizarse con las víctimas de atentados y de conflictos armados. Antes, a mediodía, la corporación municipal participó en la concentración de un minuto de silencio, al igual que en otros municipios y, en la UMH y la UA o el Liceo Francés, donde acudió Sènakpon Gbassi, cónsul honorario de Francia en Alicante. En Elche, los portavoces de los seis grupos políticos de la corporación firmaron una declaración institucional para expresar la «más absoluta condena y rechazo sin paliativos al ataque que el terrorismo fundamentalista ha perpetrado».