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El Palau de les Arts lleva meses sin una solución para su cubierta. :: IRENE MARSILLA
El Consell ve insuficientes las garantías  de Calatrava para reponer el trencadís

El Consell ve insuficientes las garantías de Calatrava para reponer el trencadís

El arquitecto y las empresas constructoras proponen un seguro de sólo tres años, mientras que la Generalitat exige que sea de diez

NOELIA CAMACHO

Jueves, 31 de julio 2014, 23:28

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No hay acuerdo y el Gobierno valenciano sigue con el proceso judicial contra el arquitecto Santiago Calatrava y la Unión de Empresas Temporal (UTE) por la caída del trencadís del Palau de les Arts Reina Sofía. La razón principal es que el Consell ve insuficientes las garantías propuestas por el arquitecto para reponer este material en la cubierta del auditorio.

Los abogados de la Ciudad de las Artes y las Ciencias rechazaron ayer el documento propuesto por Calatrava y las empresas Acciona y Dragados (miembros de la UTE) y en el que los responsables de la construcción de Les Arts cumplen sólo con cuatro de los cinco requisitos exigidos por la Generalitat.

Entre las exigencias del Consell se encuentra la obligatoriedad de que el arquitecto y la UTE ofrezcan un seguro de cobertura ante posibles desprendimientos de diez años. No obstante, en el documento presentado por los organismos privados únicamente se ofrece un seguro a todo riesgo de tres años y diez años de responsabilidad civil.

Pero esto no es todo. Cacsa también reclama que, tanto el arquitecto de Benimàmet como las empresas constructoras asuman contractualmente su responsabilidad solidaria frente a cualquier tipo de defecto, es decir, los tres por igual. No obstante, en el texto presentado, cada uno de ellos pretende cargar con las consecuencias que les correspondan, pero no conjuntamente.

Desde la Generalitat quisieron poner de manifiesto que, a pesar de que el nuevo proyecto supone «un avance significativo sobre el anterior, éste no garantiza suficientemente la responsabilidad solidaria de diez años que exigida para las obras de reparación».

La segunda propuesta, recibida el pasado viernes por Cacsa después de que el Consell diera un ultimátum a Calatrava para que presentara un informe con garantías absolutas, sí cumple con otros cuatro requerimientos. Entre ellos, está el compromiso de arreglar la fachada con un recubrimiento liso, de superficie uniforme y sin ondulaciones, ajustado a la curvatura de la fachada. Además, confirman que el material utilizado será de tipo cerámico blanco lo más similar en apariencia al original. La palabra trencadís no aparece en el informe. El propio conseller de Economía, Máximo Buch, ya abrió la puerta a no utilizar este tipo de cerámica cuando el viernes pasado aseguró que el material escogido para cubrir la fachada debía cumplir con estas características, aunque en ningún momento insistió en que fuera trencadís. Otro de los puntos en los que hay acuerdo es que el mantenimiento del edificio ha de ser técnica y económicamente razonable.

Ante la falta de consenso, el proceso judicial continúa y, aunque la intención es alcanzar un acuerdo amistoso, aseguraron fuentes de la Conselleria de Economía, se ha decidido seguir adelante con la demanda.

Pero desde el Consell van un paso más allá. Cacsa estudia convocar un concurso público para que empresas privadas opten a la restauración de la cubierta en caso de que, finalmente, no se llegue un acuerdo. Además, según fuentes de la Conselleria de Economía, «la finalidad es que los trabajos se inicien en el menor tiempo posible».

El Gobierno no se fiaba

Lo cierto es que, desde el Consell, ya habían mostrado sus reservas al primer proyecto presentado por Calatrava. Hace más de veinte días el arquitecto y la UTE enviaron al responsable de Economía un informe en el que se proponía volver al material cerámico y en el que se aseguraba que se podía hacer con medidas técnicas suficientes para garantizar su durabilidad.

Sin embargo, el Gobierno valenciano no quería que se repitieran errores. Y, sobre todo, insistieron en lo que siempre han mantenido: que la Generalitat no iba a pagar ni un euro por la reparación. Buch fue claro. «Nosotros no somos técnicos y nos tienen que garantizar ellos que esta solución es duradera y hacerse responsables si no lo fuese, como ha ocurrido en esta ocasión».

En diciembre del año pasado cayó una parte del revestimiento cerámico de la cubierta del Palau de Les Arts y, posteriormente, la Generalitat alcanzó un acuerdo con el despacho de Arquitectos e Ingenieros Santiago Calatrava y las constructoras Acciona y Dragados por el que ambos decidieron trabajar conjuntamente para solucionar los desprendimientos.

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