Meta presenta sus nuevas gafas inteligentes: ¿se convertirán en el 'gadget' de moda?
Los tres modelos a punto de salir al mercado son el ejemplo de que la compañía sigue empeñada en este dispositivo al que muchos todavía miran con recelo
El último evento 'Meta Connect' deparó la presentación de tres modelos de gafas inteligentes a manos de Mark Zuckerberg, creador de Facebook. La compañía, también ... responsable de WhatsApp e Instagram, materializó el sueño de los entusiastas tecnológicos al mostrar las 'Meta Ray-Ban Display', las primeras lentes con pantalla monocular de alta resolución.
A diferencia de los modelos preexistentes, en los que las interacciones del usuario dependían del micrófono y los altavoces integrados, las Ray-Ban Display permiten consultar información desde un panel situado en el cristal derecho. Este se encuentra ligeramente desplazado para no obstruir el campo de visión y desaparece al cabo de unos segundos, una vez hayamos leído los mensajes entrantes, llegado a nuestro destino con indicaciones sobre plano o consultado las últimas fotografías tomadas con las cámaras del aparato.
Otros usos prácticos serán la obtención de subtítulos en tiempo real cuando alguien nos hable en otro idioma, las llamadas de vídeo bidireccionales o las respuestas visuales a cualquier pregunta que le formulemos a la Inteligencia Artificial de Meta.
Con todo, la característica más peculiar de estas Display será la pulsera 'Neural Band'. Al llevarla puesta, interpreta la actividad de los músculos de la mano para permitirnos controlar todo lo que ocurre en la pantalla con sutiles gestos («casi imperceptibles para quienes te rodean», promete Meta). De este modo, evitaremos tener que hablarle a las gafas en público, lo que suele echar para atrás a más de uno.
Disponibles en Canadá, Francia, Italia y Reino Unido a comienzos del año que viene (los usuarios españoles tendrán que esperar un poco más), las Ray-Ban Display cuentan con una cámara de 12 megapíxeles y triple zoom digital, sistema de 6 micrófonos, 2 altavoces de oído abierto, 6 horas de autonomía y 32 GB de memoria interna para el almacenamiento de fotos y vídeos. Podrán graduarse en las tiendas autorizadas y tendrán un coste de 799 dólares.
La nueva generación
Por su parte, la segunda generación de las Ray-Ban Meta originales –para quienes busquen algo más asequible– ofrecen novedades como la grabación de vídeo a resolución 3K, nuevas formas de interactuar con la IA y una funcionalidad que nos ayudará a oír mejor en entornos ruidosos: «Conversation Focus utiliza los audífonos de oído abierto de tus lentes para amplificar la voz de la persona con la que estás hablando», explican desde Meta. Todo ello con hasta ocho horas de batería y a partir de 419 euros.
Cuanto más veamos estas gafas por la calle, menos raras se nos harán, como pasó en su día con los móviles
Finalmente, las gafas deportivas Oakley Meta Vanguard llegarán el 21 de octubre desde 549 euros. Diseñadas para la grabación de vídeo (UHD) en circunstancias extremas, cuentan con una cámara de 12 megapíxeles con campo de visión panorámico de 122 grados; registran un audio nítido en condiciones de viento de hasta 50 kilómetros por hora y están certificadas a prueba de sudor, polvo y agua. Además, son compatibles con dispositivos de las marcas Garmin y Strava (líderes dentro del segmento deportivo), lo que permitirá ilustrar nuestras tomas con estadísticas de desempeño. Su autonomía alcanzará las 9 horas de uso habitual.
Aunque Meta no fue la primera en apostar seriamente por las gafas inteligentes (todos recordamos la debacle de 'Google Glass' en 2012), sí que consiguieron lanzar el primer modelo verdaderamente exitoso a nivel comercial. La primera generación de las Ray-Ban Meta supera ya los 2 millones de unidades vendidas en todo el mundo, lo que ha hecho a otros fabricantes interesarse por este mercado. Xiaomi espera despachar 5 millones de sus 'AI Glasses' (también provistas de pantalla) en los próximos dos años; y firmas como HTC, Samsung o Apple se encuentran inmersas en sus respectivas visiones de las gafas del futuro.
Varios factores explican por qué las gafas inteligentes modernas triunfan donde sus predecesoras fracasaron. Utilizar las monturas de toda la vida en lugar de diseños futuristas y llamativos (que generaban rechazo por convertir al usuario en centro de atención) ha sido todo un acierto, pero también ha tenido que ver el auge del segmento de los dispositivos ponibles o 'wearables': a estas alturas estamos más que habituados a llevar pulseras, relojes, colgantes e incluso anillos inteligentes para monitorizar nuestra actividad física o la calidad del sueño, por lo que existe un menor reparo a cambiar nuestras gafas de toda la vida por otras más avanzadas, provistas de microprocesador.
Asistentes de voz
Luego está la forma en que las inteligencias artificiales han desbancado a los asistentes por voz: ofrecen respuestas contextuales allí donde Siri o Alexa se limitan a decirnos aquello de 'mira lo que he encontrado en Internet'. La posibilidad de interactuar con ChatGPT y derivados sin sacarnos el móvil del bolsillo ni hablar solos (gracias a soluciones como la pulsera de Meta), será muy bien recibida.
En último término, cuantas más gafas inteligentes veamos por la calle, menos nos extrañarán y más personas se sumarán a la moda. De ahí a su adopción masiva, como ocurrió con los smartphones, tan solo habrá un paso. Esto no quita, por supuesto, para que la tecnología enfrente escollos como el de la privacidad: aunque modelos como las Ray-Ban Meta integran indicadores luminosos y acústicos en sus cámaras a modo de alerta, se han encontrado métodos para inhabilitarlos.
Llevar unas de estas gafas en un gimnasio, una reunión de empresa o una sala de cine puede generar incomodidad o meternos en problemas a día de hoy, pues nadie quiere ser grabado sin su consentimiento. La necesidad de cargar las monturas cada noche –la autonomía sigue siendo limitada– es otro punto en el que los fabricantes deberán trabajar si quieren que sus apuestas resulten exitosas a largo plazo.
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