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No hay ningún relato en el análisis de la temporada 24-25 del Valencia que no ponga a Carlos Corberán como clave para la milagrosa ... permanencia en Primera. Un adjetivo justo para definir que un equipo que tenía 12 puntos en Navidad, se fichó al de Cheste en plena Nochebuena, haya terminado la Liga con 46 y una segunda vuelta de 33 que son números de Champions teniendo en cuenta que el Villarreal ha terminado quinto con 67. Lo de Corberán ha sido tremendo... pero ese relato no esconde la triste realidad del Valencia, que sigue varado en la mediocridad de Peter Lim. En los últimos tres cursos, el equipo se ha salvado del descenso por la catarsis que provocó en el vestuario la llegada de un nuevo entrenador. Ya pasó con Baraja en 2023, conviene no olvidarlo. Seguir jugando en el filo del alambre, si el proyecto no cambia de forma estructural, llevará, antes o después, al Valencia al infierno de Segunda. Si, tras un nuevo susto, se cambia el rumbo se dejarán de comprar papeletas para un escenario impropio de una entidad con 106 años de historia y una vitrina con más de 20 títulos oficiales, donde 6 son Ligas y 8 Copas.
Aunque el proceso de venta de las acciones de la Fundación fue eterno, y no se cerró hasta el otoño de 2014, la mano de Peter Lim en el proyecto apareció ese verano con la primera decisión de sustituir a Pizzi por Nuno. Contando la campaña 14-15, un particular canto del cisne de Meriton porque el debut fue alentador con 77 puntos en Liga y clasificación para la Champions, la década ha sido ominosa con pequeños destellos como la Copa de 2019 con Mateo Alemany y Marcelino al mando. El análisis global es demoledor. De las once temporadas con Peter Lim como máximo accionista, el Valencia sólo se ha clasificado en tres para competiciones europeas. Es decir, en el 73% de los cursos se ha fracasado con seis consecutivos sin clasificación para Europa (récord negativo de la historia de la entidad y que sigue fijando en marzo de 2020 el último partido continental en Mestalla).
Esa mediocridad se ha simbolizado en lo que se llama como 'zona Meriton' en la Liga, es decir quedar clasificado en la segunda parte de la tabla. Algo que ha ocurrido en casi la mitad de las temporadas, cinco, desde que el empresario de Singapur ostenta la mayoría accionarial. Y en tres de las seis donde el Valencia ha terminado del décimo para arriba se ha rozado el palo puesto que ha quedado noveno. Desde que se ganó la Copa en 2019, los valencianistas sólo han sumado en una temporada más de 50 puntos una vez (53 en la campaña 19-20) y desde entonces las últimas cinco puntuaciones han sido tan calcadas que profundizan en el lustro de la desinversión marcada por Meriton; 43, 48, 42, 49 y 46 puntos. Un club histórico, estancado.
Ahora le toca mover ficha a Peter Lim puesto que el análisis de su proyecto es tan claro que sólo una reversión evitará más análisis parecidos en los próximos años. En la confección de la plantilla, hasta que no se demuestre lo contrario, lo primero en el libro de recetas de Meriton es la operación salida. Ahí aparecen cada verano los mejores jugadores valencianistas de la temporada. Si en 2024 fue el momento de Mamadarshvili, que fue vendido por 30 millones al Liverpool, en las próximas semanas estarán expuestos Mosquera o Javi Guerra, dos de los jugadores que mejor han rendido este curso y que, también, son los más cotizados. Otros nombres, como los de Yarek, también habrá que seguirlos de cerca.
Las renovaciones también marcan un buen termómetro del rendimiento de una temporada. Ahí, los procesos abiertos con Diego López y Tàrrega son el premio al buen trabajo sobre el césped. Con el central de Aldaia, que ha estado sobresaliente en su año de debut en Primera, el Valencia de Lim no deberá encantarse puesto que la mejora de su contrato no acaba de producirse y con su sueldo actual, y cláusula de salida, es un caramelo para los clubes que han reforzado su seguimiento. Foulquier no está en esa horquilla, pero es un jugador importante para Corberán. El lateral, que ha sido de los más regulares este curso, no ha aceptado la primera oferta de renovación del Valencia de una temporada más otra opcional y quiere dos años.
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