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Bordalás charla con sus vcf

Un Valencia de rachas que busca Champions

Tras un gran inicio y empeorar los números de Celades los de Bordalás acabarán el 2021 cuartos si ganan al Espanyol

Domingo, 26 de diciembre 2021, 23:06

Si el Valencia cotizara en bolsa y su valor dependiera exclusivamente de los resultados deportivos habría supuesto una buena prueba en los últimos cuatro meses ... para todos los brokers que tienen olfato a la hora de saber cuándo hay que comprar o vender. La entidad de Mestalla terminará el 2021 enfrentándose al Espanyol en casa en el primer partido programado de la última jornada de la primera vuelta. De ganar, se comerá las uvas en puestos de Champions a la espera de lo que ocurra en el resto de partidos. Un escenario que nadie podía imaginar hace sólo unas semanas pero que, a su vez, se acerca a la ilusión que el 'efecto Bordalás' transmitió desde el partido de presentación a lo ocurrido en el primer tramo liguero.

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El Valencia comenzó la temporada haciendo saltar por los aires ese halo de pesimismo y frustración que se había instalado en el aficionado medio desde el despido de Marcelino, después de que el asturiano se convirtiera en el símbolo del último Valencia campeón con la Copa del 2019. Hasta la llegada de Bordalás, el tono siempre fue gris con Celades y Javi Gracia. Los 10 puntos conseguidos en los primeros cuatro partidos no sólo pusieron al equipo segundo, por detrás del Real Madrid, sino que se consiguieron tras ganar 1-4 en Pamplona. Hasta ese momento, la última vez que los valencianistas habían ganado un partido liguero fuera de casa Filomena había teñido de nieve la mitad de la península –en enero en Valladolid desde donde encadenaron cuatro empates y siete derrotas– y para encontrar dos victorias seguidas del Valencia había que viajar a los años de antes de la pandemia.

Es cierto que el técnico alicantino, sabedor de que contaba con una plantilla corta que no se había reforzado como él hubiera querido en puestos tan básicos en su esquema como la defensa o el mediocentro, no paró de lanzar mensajes de calma en aquellos días. Bordalás quería frenar la euforia y calmar las cuentas que ya hablaban de luchar por la Champions. Es cierto que, también, no podía imaginar en ese momento el colapso que iba a sufrir su equipo de forma automática en los siguientes dos meses de Liga.

En ese tramo, desde la Jornada 5 la Jornada 15, el Valencia sólo fue capaz de sumar 9 de los 33 puntos en juego y los números globales acercaban al equipo de Bordalás no a ese momento de vino y rosas de Marcelino y la última clasificación para la Champions sino a la etapa en tierra de nadie de un Javi Gracia que nunca pudo quitarse el traje de continuar a disgusto después de denunciar en público que Anil Murthy le había engañado en el mercado de fichajes pero que no podía presentar la dimisión por la penalización que tenía que pagar. Esa temporada de funcionariado se transmitió a un equipo apático y gris. Los 19 puntos del Valencia de Bordalás en esa Jornada 15 se acercaban mucho a los 16 que tenían los de Mestalla con el navarro a esas alturas.

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Es más, en ese tramo que se inició con siete partidos sin ganar para el Valencia, se vivió otro momento estadístico que hizo temblar hasta a los mayores defensores de la creada 'bordaleta'. Cuando se habían acumulado seis fechas sin conocer la victoria, tras el empate contra el Mallorca en Mestalla, los tres puntos conseguidos por los valencianistas en ese tramo dejaban su registro en 13 puntos en los primeros diez compromisos en la Liga. Cuando Albert Celades llegó a la decena de partidos, tras sustituir en el banquillo a Marcelino, su botín era de 16 puntos.

El Valencia viajó a Vigo con la presión de haber conseguido sólo una victoria en los últimos once partidos ligueros. El gol de Iago Aspas a los 11 minutos heló la sangre hasta al más optimista pero la remontada, con tantos de Hugo Duro y Maxi Gómez, en una cita donde los de Bordalás llegaban repletos de bajas volvió a cambiar el rumbo oscilante del equipo en la primera vuelta. En una competición muy igualada, donde encadenar varias victorias tiene un efecto ascensor inmediato, los tres triunfos consecutivos (al de Vigo se sumaron las victorias en los dos derbis contra el Elche y el Levante) permiten encarar el último partido del 2021 en una situación privilegiada, con 28 puntos y el mismo balance que el Barcelona (7 victorias, 7 empates y 4 derrotas). No es el actual proyecto de Joan Laporta el mejor espejo en el que fijarse pero, comparando la diferencia abismal de presupuestos, es un dato llamativo antes de recibir al Espanyol en Mestalla.

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El equipo catalán ya ha vuelto al trabajo para preparar el partido mientras que Bordalás ha concedido vacaciones a su plantilla hasta el próximo 29 de diciembre, al cumplir los jugadores el objetivo que le marcó el cuerpo técnico de ganar los cinco partidos de diciembre (incluidas las dos eliminatorias de la Copa). Para que esa poca preparación para el último partido de 2021 no sea un problema, todos deberán volver finos de las vacaciones.

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