Borrar
Urgente Acuerdo total entre Valencia y Athletic por Agirrezabala
Raúl Jiménez, antes de disputar la semifinal ante Alemania. FEF

El tesoro escondido que tiene el Valencia

Raúl Jiménez| El guardameta de Catral disputará este jueves frente a Países Bajos, como titular y capitán, su segunda final del Campeonato de Europa sub-19

Miércoles, 25 de junio 2025, 00:34

Menos de media hora se tarda de ir en coche por autopista desde Torrellano a Catral, mucho más al sur. En la primera localidad –de ... poco más de 7.600 habitantes– nació José Manuel Sempere Maciá (15-2-1958), el portero con más partidos en la historia del Valencia; de la segunda –de 9.400 habitantes– es Raúl Jiménez Latorre (16-2-2006), uno de los grandes tesoros que posee la Academia y que puede poner a prueba la capacidad de maniobra de los responsables de Paterna si no logran acertar de lleno en la gestión del camino del chaval. El Valencia, al menos en las últimas décadas, siempre se ha caracterizado por tener una producción jugosa en lo que a defensas centrales se refiere. La lista, que bien podría liderar Ricardo Arias, tendría también nombres como Tendillo, Giner, Voro, Camarasa... y ahora los Mosquera, Tárrega y un Yarek, con la maleta ya hecha por si acaso. Pero, y ¿porteros? Posiblemente, el recordatorio de Sempere venga idóneo al caso para encontrar el último gran jugador en esa demarcación tan en ocasiones poco agradecida y que se formó en la cantera y triunfó en el primer equipo. Nombres de la tierra después de Sempere y también con buen currículum han habido como Palop, Guaita y Jaume Doménech por ejemplo, pero desde luego Sempere desbordó todas las previsiones (15 años en el primer equipo), quizás hasta del mismo Pasieguito cuando le dio la alternativa en el Camp Nou en 1980.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias El tesoro escondido que tiene el Valencia

El tesoro escondido que tiene el Valencia