Territorio y Economía se unen para evitar que el Valencia lleve la ATE al juzgado
Las dos consellerias perfilan una propuesta a la que pueda hacer frente el Valencia para que el nuevo Mestalla ofrezca garantías de ser sede del Mundial en 2030
Un escenario desconocido asoma para el Valencia en lo que se refiere al futuro Mestalla. El conflicto con la ATE que mantiene el club tanto ... con la administración autonómica como local ha entrado en una nueva fase. Ya sea por la visita de Layhoon, por el interés de todos los protagonistas de que Valencia participe activamente en la candidatura para el Mundial de 2030 o porque nadie quiere que esto acabe en los juzgados –o por los tres factores a la vez–, lo cierto es que la película ha empezado a dar un giro de guion de cierta consistencia. El origen hay que buscarlo en el despacho de más alto rango del Palau de la Generalitat. Ximo Puig ha dado consignas para que la burocracia autonómica se active de manera urgente y con cierta precisión para que se encuentre una solución definitiva que alivie a todas las partes implicadas y que borre las advertencias del club de judicializar y eternizar el proceso. «Es posible que haya que reconsiderar e interpretar algún cambio», decía Puig en El Faro de La 8 Mediterraneo.
Por eso, se ha activado un plan estratégico que afecta directamente a las dos consellerias implicadas con más o menos incidencia en la ATE: Territorio (dominada por el PSPV) y Economía (en manos de Compromís). Al departamento de Rebeca Torró le toca trabajar ahora codo con codo con la conselleria de Rafa Climent. Entre ambos deben perfilar un acuerdo con el Valencia que resulte definitivo y que pongan fin a las disputas y amenazas. Ya hay en marcha un recurso en el contencioso por parte del Valencia y una nueva reivindicación judicial sobre la ATE, no sólo dejaría en el aire durante bastantes años todo el problema sino que podría poner a la administración contra las cuerdas. Con trece años de parón en la obra de Cortes Valencianas ya ha habido bastante. Otro capítulo lo dejaría así durante un tiempo indefinido. Nadie, ni en el Ayuntamiento ni en la Generalitat contempla que el cemento que recibe a los visitantes a la entrada de la ciudad permanezca así otra década. Se esfumaría por supuesto la opción de que Valencia pudiera acoger un partido importante –más allá de la fase de grupos– del Mundial al que se opta.
Está por ver, en cualquier caso, qué tipo de solución intermedia y rápida se encuentra. Van a negociar sí o sí con el club. El Valencia ya ha dejado claro que no quiere de salida un estadio de 70.000 espectadores y desde el Ayuntamiento ya le han dicho por activa y por pasiva que hay que ajustarse a lo estipulado en el convenio firmado en su día. Aunque pueda ser esta disputa un motivo de conflicto con el club, el tono que se respira ahora en esta nueva línea de actuación entre las dos consellerias dista bastante de percibir una intención de fuerza e imposición.
Las tesis de Economía
Lo curioso de todo esto es que quien llevaba la manija en los últimos meses en todo lo que tiene que ver con la ATE y al margen de la parte que corresponde a Urbanismo (Ayuntamiento) era la conselleria de Territorio. Con Arcadi España, las tesis de Economía habían quedado en un segundo plano. Realmente, las relaciones de una y otra conselleria han tenido de todo: momentos de tensión (que obligaron a intervenir al propio Ximo Puig para evitar que la guerra salpicara al propio gobierno de la Generalitat) y fases de cierta resignación (cuando Economía cedió el protagonismo a Territorio para evitar una tensión añadida). Ahora, en cambio, se vislumbra un mayor protagonismo de parte de Rafa Climent, conseller de Economía, que no ha tenido ninguna duda en los últimos meses en admitir que cualquier intento por parte de Meriton de reactivar las obras debían ser al menos tenidas en cuenta. Climent ha estado bastante alejado, pese a ser del mismo partido político, de los vaivenes públicos de Enric Morera y Joan Ribó, y siempre ha creído además que su conselleria tenía competencia directa sobre la ATE.
El reto que se les presenta a los técnicos de ambas consellerias es de peso, no sólo por la trascendencia del envite sino por la premura de tiempo. Puig quiere dejar todo encarrilado antes del verano y saben que el 15 de este mes de julio es una fecha clave en lo que tiene que ver con la ATE.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión