Ver 16 fotos
Los profesionales de Kiat
La noche pasa de los pitos en el 10' a la euforia por tumbar a un rival Champions| El desacierto del equipo en el primer tiempo deja muy tocado sobre todo a Raba, a quien la grada silbó cuando Corberán le retiró del campo
No hay que tener miedo a volar y menos ahora que, como dice el presidente Kiat Lim, «contamos con profesionales». Como si para los de ... antes –nadie sabe a quién se refería– el Valencia fuera poco menos que un hobby. Desde luego, muy acertados no estaban porque ahí está el historial que se ha encargado de escribir desde Singapur precisamente su padre. Con profesionales o sin ellos, al menos este equipo palpita. A su manera pero palpita. Enchufarle dos al Athletic de un viejo zorro como Valverde tiene su mérito. Es verdad que los vascos venían del desgaste de Champions y que precisamente su entrenador no estaba al pie del cañón –estaba en la grada, sancionado, con el teléfono echando humo– pero en el balance general nadie le puede discutir a Corberán el éxito de este sábado.
Más aún viniendo de donde venía. Escocido de Barcelona. Dos cayeron en combate respecto al once del 6-0: Copete –parece que por ahora su rol será tenido en cuenta fuera y no Mestalla– y un Hugo Duro que le sacó partido a la suplencia. Descansado para la cita contra el Espanyol y con una muesca más en su revólver. En bandeja le sirvieron el remate final en una noche que iba encaminada a encumbrar en solitario a Santamaría. Sábado de fiesta en Valencia, de los que gustan. Jugar, lo que se dice jugar al fútbol, pues eso queda para los puristas y los analistas. Mientras se sumen puntos y el equipo vaya cogiendo velocidad de crucero, bienvenido sea. Aunque haya cosas que chirrían más de la cuenta. La primera parte, sencillamente, fue un verdadero tostón. Insufrible, por el monólogo rojiblanco. Ni una bocanada de aire se dio el Valencia, con futbolistas ausentes para la causa y casi todos bastante desacertados.
Hay algunos que no tuvieron su mejor noche. A Raba, por ejemplo, el partido se le atravesó de todas todas. No dio ni una a derechas. Tanto se ha hablado de por qué había desaparecido del once tras la rabia de Pamplona y se marchó en el 63' con pitos de la grada por su nula aportación, muy fuera de sitio y sin entenderse con un discretísimo Danjuma. Que nadie piense que Mestalla disfrutó la hora y media de juego. En el minuto 10 empezaron los silbidos y eso que ahora hay teóricamente profesionales.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión