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No existen precedentes de una reacción tan extraordinaria como la protagonizada por el Valencia en la segunda vuelta de la presente temporada liguera. Aunque el ... campeonato no ha concluido, la acusada mejoría experimentada por el conjunto de Mestalla supera todo lo vivido con anterioridad. El Valencia ha pasado de ser colista, tras protagonizar la peor primera vuelta de la historia, a instalarse en una zona cómoda de la clasificación, más cerca de una plaza europea que de la cola.
A lo largo de las 90 campañas que lleva el Valencia en primera división, se ha visto de todo. En la mayoría de ocasiones, ha habido un rendimiento equilibrado entre la primera y la segunda vuelta, aunque se han vivido ejercicios con un inicio prometedor que concluyeron en decepción. Sin embargo, cuando el equipo ha ido de menos a más, el desenlace ha venido acompañado de éxitos y alegrías. El Valencia que ganó la Liga 70-71, con Alfredo di Stéfano al frente, solamente venció en uno de los primeros cinco partidos del torneo. Sin embargo, en la segunda vuelta sumó 9 victorias, 4 empates y 2 derrotas, la última en el partido que cerraba el campeonato, pero que no impidió la conquista del título.
Treinta años después de aquel logro y con otro argentino, Héctor Cúper, en el banquillo, el Valencia protagonizó un desastroso arranque en la Liga con 4 derrotas y 1 empate en las primeras 5 jornadas. Sin embargo, a medida que avanzaba el calendario empezaron a llegar los buenos resultados. Al mismo tiempo, se superaban eliminatorias de forma brillante en la Champions hasta alcanzar la final. Los valencianistas fueron capaces de sumar 7 triunfos en los nueve últimos partidos ligueros, a los que se añadieron un empate y una solitaria derrota. El Valencia concluyó tercero en la tabla a 5 puntos del Deportivo que se proclamó campeón. De haber tenido un arranque más regular, habría optado al título.
El Valencia de la campaña 89-90, bajo la batuta de Víctor Espárrago, consiguió un solitario triunfo en las siete primeras jornadas. En la tercera jornada era el último, aunque once partidos después, ya ocupaba la segunda posición. Esa mejoría se ratificó en la segunda vuelta del torneo. El técnico uruguayo proporcionó al equipo una regularidad asombrosa. Los valencianistas se mantuvieron siempre entre los cuatro primeros, acumularon triunfos y solo conocieron dos derrotas en 19 encuentros. El tramo final resultó apoteósico: 9 victorias y 2 empates en las 12 últimas jornadas que le auparon al subcampeonato.
Por su singularidad conviene resaltar lo acontecido en la campaña 57-58. Como consecuencia del desbordamiento del río Turia en octubre, se alteró el calendario liguero. Antes de la trágica riada, el Valencia sumaba tres empates y dos derrotas. Se acordó que el Valencia jugaría todos los partidos como visitante hasta que Mestalla estuviera en condiciones de albergar partidos. En la jornada undécima, el Valencia ocupaba el farolillo rojo y era el único equipo de primera que no conocía la victoria después de afrontar 2 partidos en casa –ante el Barça y el Madrid, que acabaron en empate– y 9 desplazamientos. Al acabar la primera vuelta, cuatro fechas después, los valencianistas ascendían a la novena plaza tras encadenar tres triunfos seguidos. Aquella reacción fue el principio de la gran escalada que aupó al equipo entrenado por Luis Miró a la cuarta posición después de obtener 10 triunfos en las 15 jornadas de la segunda vuelta, a los que se sumaron 3 empates.
Las segundas vueltas del Valencia campeón de Rafa Benítez también destacaron por imponerse en finales de campeonato arrolladores. Sobre todo en su primera campaña, la 2001-02, cuando venció en 10 de las 12 jornadas finales, además de obtener un empate. A los valencianistas les sobró una jornada para entonar el alirón. Dos años después, el título llegó en la antepenúltima jornada.
La conquista de la tercera Liga, en el ejercicio 46-47, llegó como consecuencia de una espectacular recta final. Si en la primera vuelta, el equipo dirigido por Luis Casas 'Pasarín' sufrió un bache de resultados con 5 jornadas consecutivas sin conocer la victoria y 4 derrotas, la briosa reacción en la segunda parte del campeonato contribuyó a que el equipo llegara al final con opciones de adjudicarse el título. Para ello fue necesario que el Valencia ganara 8 de los últimos 10 partidos, con un empate y una derrota. En la jornada que cerraba el torneo entonó el alirón gracias a su triunfo en Mestalla por goleada ante el Sporting, ayudado por el empate del Athletic en Riazor y la derrota del Atlético en el Metropolitano en el derbi madrileño.
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